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Veto Man

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Pepe Torrente

Luis Salvador, portavoz de Ciudadanos en Granada ha dicho no. Emulando al altivo Pedro Sánchez, acaba de contestar al PP de Sebastián Pérez con un portazo parecido a aquel displicente “qué parte del NO no ha entendido aún” del líder socialista a Rajoy. Todo se pega.

Luis Salvador quiere quedar  como el Mr. Proper de la corrupción, SuperLuis de Graná. Él apuesta por lo fácil, lo más resultón. Y lo más resultadista también, pero con el corto plazo como máximo recorrido. Ya si eso hablará de respetar la lista más votada otro día.

La política local de Granada volverá a un antiguo escenario, desconocido desde el tripartito, que va a dar páginas a diario, y ratos de TV y radio de amplia cobertura. Serán variadas, a partir de ahora, las vías que se abran al debate estéril, pero ruidoso. A la vorágine de desacuerdos, con más o menos acción teatral, que impidan avanzar como sería deseable. Granada, lamentablemente, será usada como ciudad experimento.

Paco Cuenca, el socialista ungido con el óleo de Ciudadanos, tendrá que ampliar al máximo las tragaderas para intentar aprobar lo que es imposible hacer con ocho votos de veintisiete. Siete concejales y un alcalde no son suficientes para ese reto. Dada la prohibición de Luis Salvador de permitir a Paco Cuenca gobernar con el otro Paco de IU, y de Podemos-Granada, las matemáticas va a ser imposibles en el pleno para lograr la suma necesaria que permita los acuerdos.

Paco Cuenca se deja apoyar por Luis Salvador para ser alcalde, pero no le reprocha que no se pringue junto a él para gobernar juntos.

Está claro que la gestión va a ser usurpada por la política. Se olvidarán de programaciones culturales más o menos viables; de la limpieza de los barrios, que tanto exige a diario; de la promoción exterior de nuestra ciudad…, porque la aritmética plenaria no les llega para gestionar, sino sólo para hacer política. Y de la vengativa.  Será difícil entender que haya quien, como Ciudadanos, permita este retroceso. Pero es más difícil aún de comprender que alguien con sólo siete concejales se preste al juego, sólo por ocupar un sillón que los ciudadanos no le dieron.

Paco Cuenca se deja apoyar por Luis para ser alcalde, pero no le reprocha que no se pringue junto a él para gobernar juntos, y dar pie así a ese cambio que pregonan. Les falta coraje para hacerlo: al uno para decir que NO a lo imposible. Al otro para empeñarse, y decir, yo también me mojo.

Al Sr. Cuenca le puede el ansia de poder. Le ciega el hecho de asirse a la vara, colgarse un collar y un pin en la solapa. Los ciudadanos no quisieron darle esa oportunidad, pero él se la toma prestada. De otra manera no hubiera sido posible.

Y dirán que es por Granada. No es cierto. Si fuera por Granada, no nos llevarían a esta inestabilidad, y respetarían al pueblo, que ya habló democráticamente hace un año. Y bien clarito fue lo que dijo.

Luis Salvador es Veto Man. Veta al PP, veta a Vamos Granada y veta a Paco Puentedura de IU. Lo hace para que no pongamos en duda su espíritu democrático.  Sólo quiere (de momento) que se arriesgue Paco Cuenca; el cual se presta. Su ansia por la vara de mando supera lo razonable. Será su fracaso. Como el fracaso de Pedro Sánchez, su maestro. Ese al que copia.