No es ni el parchís ni el mus, ni la canasta ni si quiera el poker. La jugada que está planteando Susana para hacerse con el control del PSOE se parece más a una partida de ajedrez digna de un campeonato del mundo entre Fisher y Kasparov. Una partida larga y concienzuda en la que cada jugada está más que pensada para evitar que el contrincante pueda recomponer su estrategia. Ya han caído peones y alfiles, caballos y torres. Hasta la mismísima reina de corazones ha rodado por el tablero. El jaque a Pedro Sánchez ha estado a punto de ser mate pero me da la impresión que la partida aún no ha acabado y que los gambitos y los enroques, los amagos, cebos y engaños van a seguir dando que hablar en los próximos meses. De momento parece que Susana, que juega con blancas, tiene la partida en el bolsillo, pero habrá que esperar a unas supuestas primarias para comprobar si los militates socialistas están de acuerdo con las maniobras orquestales en la oscuridad que algunos barones han llevado a cabo en las últimas fechas.
Aquí quien de verdad está urdiendo toda la estrategia socialista andaluza tiene un nombre concreto Máximo Díaz-Cano del Rey , quien desde el año 2012 ocupa la secretaría general de la Presidencia de la Junta.
Algunos me preguntan si Mario Jiménez, el peón que Susana ha colocado en la gestora, es un político inteligente. Yo sólo sé que Jiménez, hasta el momento en Andalucía, ha sido una especie de loro, se ha limitado a ser el altavoz de su secretaria general y repetir lo que le dicen sin aportar ni una sola idea propia. De ahí que la presidenta de la Junta lo haya enviado a Madrid como mero vigía para que la tenga informada de todo lo que se cuece en la gestora. Porque seamos serios, Jiménez es un mero peón sin importancia, un mindundi.
Aquí quien de verdad está urdiendo toda la estrategia socialista andaluza tiene un nombre concreto Máximo Díaz-Cano del Rey (La Solana, Ciudad Real, 1960), quien desde el año 2012 ocupa la secretaría general de la Presidencia de la Junta. Díaz-Cano ha desarrollado casi toda su carrera política en Castilla La Mancha donde ocupó diversos cargos de gobernador, consejero, diputado, senador y delegado del Gobierno. Griñán se lo trajo en el año 2012 a Andalucía y Susana lo incluyó en su guardia pretoriana como consejero aúlico de la presidenta. Él ha sido el verdadero estratega que ha diseñado el golpe de mano a Pedro Sánchez y quien dirige cada movimiento que Susana Díaz da en esta complicada partida por dominar el PSOE.
Dicen algunos socialistas cercanos a Susana, y esta lo repite cada vez que se lo preguntan, que la meta de la presidenta, al menos de momento, no está en Madrid, vamos que no se presentaría en estos momentos como candidata a la Secretaría General del PSOE cuando tenga lugar el Congreso que algunos exigen que se celebre cuanto antes. Es posible que esa sea su intención más íntima. Susana sabe que en Andalucía es la reina y que, dada la escasa valía y entidad de sus oponentes políticos, podria seguir siéndolo muchos años más. Hacerse cargo, ahora, de un PSOE casi en estado terminal sería dilapidar de un plumazo toda su rápida y explosiva carrera política. Otra cosa es que las circunstancias la fuercen a tener que portar la bandera de un partido que atraviesa uno de sus peores momentos desde su fundación por Pablo Iglesias hace ahora casi ciento cuarenta años.
Lo de la defenestración de Pedro Sánchez se entiende porque era indudable que llevaba al partido hacia el abismo.
Soy de los que piensan que la actual crisis del bipartidismo se debe en buena parte a la total ausencia de líderes. No el PSOE, desde que Felipe González dejó la Secretaría General, ni el PP, desde que José María Aznar abandonó la presidencia, han tenido figuras carismáticas que aglutinaran en torno suyo a sus militantes. En el seno de ambas fuerzas políticas han surgido voces y facciones que han puesto en solfa la política de sus dirigentes minando desde dentro muchas de las estrategias que diseñaban sus comités directivos. Lo de la defenestración de Pedro Sánchez se entiende porque era indudable que llevaba al partido hacia el abismo y a ponerlo en manos de su principal adversario que no es otro que el Unidos Podemos de Pablo Iglesias.
En cuanto al PP, yo me aplicaría cuanto antes ese dicho tan español de “cuando las barbas de tu vecino…”, porque mientras se ganen elecciones todo seguirá funcionando mal que bien, pero el día en que las pierdan se va a producir una desbandada de padre y muy señor mío y lo del PSOE actual puede ser un juego de niños. Una pena porque ambos partidos son necesarios para que España siga siendo una democracia europea de referencia. Esperemos que sepan buscar soluciones para que se recupere ese bipartidismo que nos ha proporcionado cuarenta años de estabilidad y progreso. Que así sea.
*Benito Fernández es Periodista