¿Quién lo iba a decir cuando estudiábamos derecho constitucional? Treinta y nueve años después de aprobada la Constitución, lo verdaderamente actual es todo lo que nos saltábamos por intrascendente. El año pasado fue repasar que sucede cuando no hay mayoría para investir Presidente. Después tocó estudiar las funciones del Gobierno en funciones. Ahora el artículo 155. Artículo constitucional que lleva camino de convertirse en concepto por si mismo, como el 135 Efectivamente, decir “el 135” es la forma como zanja un debate político un simpatizante de Podemos.
El cansino nacionalismo que ya lo impregna todo, convierte en tema del momento “ElDesafioSoberanista”. Así, todo junto, transformado ya en una sola palabra, al estilo de MentirosoCompulsivo. De todas las listas con las que se inicia el año, la más afortunada está resultado la de la revista norteamericana Politico, que incluyó a Puigdemont, junto con los hackers rusos, entre los doce personajes que pueden arruinar Europa en 2017. Así pues, con entusiasmo digno de mejor causa, he renunciado a ir a la playa y abierto los manuales de derecho constitucional.
Primera conclusión: debí ir a la playa. El articulo 155 es escueto y no tiene desarrollo normativo alguno. Incluso, si lo leen, decepciona. No habla de tanques ni supresión de autonomías, nada épico, nada trágico. Lo plantea tácitamente es un gran interrogante ¿Qué va después del 155? Y, ya verán, no es el 156.
No nos dispersemos. El artículo 155 solo se mencionaba por ser la única competencia que tiene atribuida en exclusiva el Senado. Si decían: el Senado no es que sirva para mucho, la respuesta estaba servida: si, pero imagina que hay que activar el artículo 155 ¿Cómo lo ibas a hacer sin Senado, Dios mío? ¿Cómo?
El articulo 155 es escueto y no tiene desarrollo normativo alguno. Incluso, si lo leen, decepciona. No habla de tanques ni supresión de autonomías, nada épico, nada trágico. Lo plantea tácitamente es un gran interrogante ¿Qué va después del 155? Y, ya verán, no es el 156.
La norma dice: si una Comunidad Autónoma, un suponer Cataluña, no cumple las obligaciones que impone la Constitución y otras leyes o actúa de forma que atenta gravemente contra el interés general de España, el Gobierno requiere al Honorable que lo haga. ¿No hace caso? Entonces, con la aprobación de la mayoría absoluta del Senado podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a la Comunidad a cumplir. Para ello podrá dar órdenes a las autoridades autonómicas.
El PP tiene mayoría absoluta en el Senado. El Gobierno no necesita negociar su aplicación con nadie. Basta con que el Presidente Rajoy comunique que no le hacen caso. Por ello mejor que las instrucciones las haya dado por escrito. Todos le hemos escuchado, sabemos que puede liarse fácilmente y resultar incomprensible.
También vemos que, aplicando este artículo, ni se suprime la Autonomía ni se manda al Ejercito. Como somos un país civilizado -más o menos- se supone que esas medidas irían más por el dinero. Suprimir transferencias, participación en los presupuestos del Estado, etc. Conociendo el paño, esa falta de dinero no afectaría al sueldo de sus señorías sino a la prestación de servicios. No impediría el 3%, pero si quitar un aula prefabricada.
Otro problema, y no menor, es el momento en que debe activarse. Tendría que ser antes de que se proclame la independencia aunque solo hayan votado los vecinos del 2º A como anuncian los secesionistas, pero no tan antes como para hacerlo cuando el anuncio se hace en un teatro. Es que hay mucho impaciente.
Hay mucho impaciente, ya digo, y eso que la cuestión más importante no la resuelve el artículo 155. ¿Qué va después? No es el 156 que habla de otra cosa. Sería el 116, el de los estados de alarma, de excepción, de sitio. Porque una vez utilizado, lo imposible sería decir no me ha hecho caso así que me quejaré al Tribunal Constitucional. Puede decirse lo mismo que de las espadas toledanas: no la saques sin razón. Pero después de sacada, con razón o sin razón, sostenella y no enmendalla.
Es este el momento de los grandes políticos, sobre todo para evitarnos los problemas a los demás. Para eso les elegimos: para evitar problemas, no para provocarlos. Si quisiera que me dieran problemas hubiera votado a mis hijos. La cuestión es si tendremos algún dirigente que reúna lo que Maquiavelo exigía en estos casos, imitar a la zorra y al león, al mismo tiempo. El león no se defiende de las trampas y la zorra no lo hace de los lobos. Hace falta comportarse como zorra para conocer las trampas y como león para asustar a los lobos. ¿Creen que contamos con alguien así?
*Javier Menezo es Abogado. Letrado del SEPE (INEM). Militante de base del PSOE