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Al Papá político (sic) del Presidente del PP, en Marbella lo encontré

El periódico The New York Times refleja y denuncia el malestar social causado por el éxodo de los superricos escapado de sus domicilios.

 

Los policias nacionales, los guardias civiles, los ertzainas, mossos y forales impiden a los ciudadanos que intentan ir a sus segundas residencias que consigan su objetivo. Estamos en un Estado de derecho. Eso lo repiten hasta la extenuación pulmonar los señores Casado, Egea y Maroto. Lo exigen al gobierno de España, todos los dias en su papel de airada, vigilante y eburnea oposición. Leal pero fiera.

 

Ambos tres se han erigido en cancerberos del país, siguiendo el sendero emprendido por sus mayores en el Partido Popular, antes Alianza Popular. ¡Alabemos a los tres jóvenes defensores de la legitimidad de las derechas españolas envueltas a diario en la gloriosa enseña roja y gualda que preservan de contaminaciones foráneas, rojas y amartilladas!.

 

¿Les han oido, al unísono, o a capela, o en tres voces polifonicamente conjuntadas, contarles a sus iguales nacionales que su mentor políco, la prez del PP, el lustre de las derechas españolas, la encarnación de la perfección democrática, el facilitador de las matriculaciones episcopales, la estrella luminosa del Occidente político, se las piró de Madrid, regido por el PP, en la tarde del dia en que se cerraban colegios y univeridades y se constreñía a los madrileños a quedarse en casa?. No, ¡vive Dios!.

 

El presidente de la Región de Murcia, pepero si los hay, alcaldes de pueblos costeros de Valencia y Alicante, pusieron el grito en el cielo al ver inundarse de madrileños las calles y playas de sus ciudades, trayendo miasmas, virus y otros horrores al haberse saltado los confinamientos y escapado de Madrid. E hicieron todo los posible para que volvieran por sus fueros a la Villa y Corte.

 

Estos tres servidores de la Patria con pingües salarios congresuales y senatoriales (alguno por vivir teoricamente en un pueblo que no conoce nadie) piden el despliegue de los gloriosos ejércitos en todos los territorios de las Españas, pero que no se han presentado voluntarios a la Cruz Roja, a Caritas, a llevar comida a ancianos solos, a Protección Civil. Y hablan sin parar de lo que deberian hacer los que están en puestos a los cuales por sus torpezas no han sido capaces de llegar por vias electorales, ni de pactos.

 

El periódico norteamericano The New York Times refleja y denuncia el malestar social causado en países europeos por el éxodo de los superricos que de forma irresponsable y egoista se han escapado de sus domicilios para ir a pasar el período de confinamiento social en sus segundas residencias en zonas de celebridades millonarias. Aznar figura en la lista que publica el diario de Nueva York. Está desde entonces en su chalé en Marbella, en un complejo aislado y vigilado.

Aznar es el único lider político europeo que cita el periódico entre los ricos huidos. Esta mañana he intentado confirmar en Interior si la escolta de expresidente está de servicio en ese chalé y cuantos funcionarios tiene destacados el ministerio para su protección. Solo lo sabe el comisario ese que tiene preso el juez García Castellón.

La glosolalia de Egea, Maroto y Casado para vilipendiar a los actuales miembros del gobierno español, me hace aguardar con la boca hecha agua feroces criticas a su mentor el sin par y ejemplar enseñador a los españoles de lo que tenemos que hacer para mantenerlo en Marbella. Con escolta pagada con las rebajas presupuestarias del gobierno de Rajoy en Sanidad y Policia.