Albert Rivera, sumarísimo juez, ha decidido condenar a toda la lista municipal del @ppgranada ¿Pruebas? Su olfato. Sólo eso. En Granada diríamos más coloquialmente «por su polla». Pero, no quiero pecar de impertinente.
¿Ese es el valor que tiene para él el #EstadoDeDerecho ? Hay que dudar de las personas cuando las pruebas y las sentencias judiciales lleven a ese camino. Pero dudar porque sí, porque yo lo digo, es tan injusto como aminorar por la vía de la sospecha los principios de nuestro Estado de Derecho. Y la presunción de inocencia es uno de los derechos fundamentales, no me cansaré de repetirlo.
Albert tiene en Granada una oportunidad para marcar distancia con su principal rival electoral. Nuestra capital es el instrumento más a mano, el más oportuno en el tiempo, para marcar sendero alternativo al PP. Por ello no le tiembla el pulso para incumplir aquella promesa electoral que nos encantaba oír: «es lógico permitir que gobierne la lista más votada». Hoy vemos cómo ese ha dejado de ser uno de sus principios. Ya no es su único interés. Su juego está hecho en clave nacional. Y apunta ahora, dicen, a la Diputación de Málaga. O sea…
Si Albert Rivera pensase seriamente en Granada, no dejaría jamás que la volviera a gobernar un tripartito de ingrato recuerdo e infaustas consecuencias para nuestra ciudad.
Porque de lo contrario debería estar en contra de que con su voto se beneficien la gente de Podemos, que tarde o temprano exigirán su parcela propia. Mal que le pese, gracias a su apoyo. O que con su aquiescencia nuestra ciudad pueda ser gobernada por tan sólo ocho concejales(PSOE+IU) y un alcalde neófito.
Si Albert Rivera pensase seriamente en Granada, no dejaría jamás que la volviera a gobernar un tripartito de ingrato recuerdo e infaustas consecuencias para nuestra ciudad. Asumidas generosamente las responsabilidades individuales por los dimitidos, Albert Rivera se queda sin argumentos para no defender el derecho de la lista más votada a gobernar el ayuntamiento de Granada. Ese es un derecho ganado legítimamente, y no un apaño oscuro y vanidoso, anclado mucho más en el revanchismo político que en la viabilidad democrática y eficaz en la gestión, tal y como el que pretenden imponer para Granada.
Y si no, lean lo declarado por el aspirante Cuenca como objetivo de sus intenciones: «»No hay otra na más que desalojar al Partido Popular». ‘Brillantísima’ aportación argumental e ideológica del socialista granadino.
En cualquier caso, que la dignidad triunfe, pero que no se hurte a nadie, con carácter previo o preventivo, sólo por pertenecer a este o a cualquier partido el derecho a ser inocente hasta que no se demuestre lo contrario.