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Antonio Sanz, un Delegado a la altura

Antonio Varflora
Antonio Varflora*

No es tarea fácil resumir en breve la trayectoria política de quien, a día de hoy, es el único político de raza, brillante, trabajador incansable del partido popular andaluz y además con solvencia política. Hombre de acción, y de despacho porque alterna el buen saber hacer en la calle, frente a todos, con todos y cuando es necesario contra todos. Pero también es hombre de despacho, de horas de trabajo. Hombre que le gusta llegar el primero y cerrar el último, jamás deja de responder a una llamada. Hombre curtido en mil batallas con el consenso por bandera: el diálogo y el análisis forman parte de su ADN cotidiano.

Sus ojos, su razón política y corazón están al servicio de su cometido institucional. Ama profundamente a su partido, pero es hombre de principios y por ello desempeña de manera ejemplar y objetiva su portavocía con inusitado deleite. Hombre de profundas convicciones democráticas y lealtad sin límites. Pocos políticos conjugan la sinceridad y trabajan la verdad como él.

A pesar de que ha sido objeto de mofas y burlas desde siempre y por siempre. A pesar de que la nomenclatura del partido lo ha querido defenestrar en más de una ocasión, las últimas, frutos de los celos de quien nunca nada fue, del ínclito llamadmejuanma. A pesar de los pesares, con su naturaleza de luchador nato, ha sabido reponerse sin voces, de manera callada y hoy es el único exponente público de la mejor derecha andaluza. El representa lo mejor del partido popular y lo mejor de la militancia. No es ni ha sido tarea fácil, pero este hombre que ha sabido dar lo mejor de sí, tanto en el Partido Popular como en tareas institucionales, jamás desfallece.

Por no destacar la unanimidad y el respeto en el trato que recibe de los medios de comunicación andaluces, sean de la linea editorial que sean. Todo ello sin abusar del protagonismo fácil, tan en boga por quienes maneja materias tan sensibles en Andalucía como tutelar los CFSE.

 

Ciertamente Soraya ya lo ha advertido. Antonio Sanz se ha hecho merecedor de un viaje a Madrid, equipaje no le falta, y no sería descabellado fijar la capital como próximo destino.

 

Quién nos iba a decir después de tantos años, después de conocerlo tan joven y con tantas lagunas. Después de tantos dimes y diretes, de tantas historias negras y grises…

Hoy y ahora, gracias a D. Antonio Sanz Cabello, el Gobierno de la Nación tiene las espaldas cubiertas, todo un delegado para una gran Andalucía.

Ciertamente Soraya ya lo ha advertido. Antonio Sanz se ha hecho merecedor de un viaje a Madrid, equipaje no le falta, y no sería descabellado fijar la capital como próximo destino.

Nos alegramos y mucho por él, aunque su labor está siendo sobresaliente, también donde quiera que siente su futuro, seguro que siempre sabrá mirar a su tierra con los pies en el suelo.

Creo sinceramente que te debía este artículo Antonio, y reconocer lo que todos sabemos. Mi escrito es fruto de una cordial relación que siempre mantuve con él, con sus lejanías propias de quienes nos gusta enfrentarnos a la verdad sin tapujos. Chocar y discrepar sin perder las formas. Su mesura siempre sirvió para unir y sumar, antes que dividir. Equivocado o no, siempre fue persona activa por Andalucía, por Cádiz, y siempre por y para el Partido Popular. Que buen vasallo, si tuviera buen señor, podría ser el epílogo de su madurez política.

Muchos dirán que peco de atrevimiento, si largo mi pensamiento al ritmo que ya elegí, pero siempre he sido así, Soy y digo lo que siento y lo que pienso y frente a la nada que hoy representa Moreno y su cuadrilla de inútiles políticos, merece resaltar el gran trabajo, la encomiable labor de Antonio Sanz.

 

Me quedé con las ganas de hablar de la herida abierta que mantiene al partido popular de Sevilla abierto en canal y profundamente dividido, por la injusta destitución de Alberto (Díaz)

 

Hoy cierto es que me quedé con las ganas de hablar de la herida abierta que mantiene al partido popular de Sevilla abierto en canal y profundamente dividido, por la injusta destitución de Alberto (Díaz). Años que no se veía una cacicada tan cobarde y rastrera. Sevilla lo sabe y además es conocedora de la gran ignominia que se ha cometido contra él, pero ya llegará todo a su tiempo. También me quedo con las ganas de escribir de Moreno y sus nadas, pero prefiero despejar las claves de la inutilidad política que le acompaña, en otra ocasión.

Cuando hablo de inutilidad política me refiero a su corte de políticos flojos y vagos que acaparan sus vicesecretarias, que son para echarse a temblar o a llorar, según se prefiera. Pero eso puede esperar, de dónde han salido y qué hay detrás de cada Vicesecretario, para otra ocasión, porque la nada no se irá con facilidad del Partido Popular y máxime cuando la nada está encantada de haberse conocido. Lo dicho querido Juanma, nada eres y en nada político te convertirás. Hasta luego Lucas.

 

*Antonio Varflora es el seudónimo un veterano militante del PP andaluz.

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