OPINIÓN/LOLA ÁLVAREZ. El maestro Lledó, Don Emilio, lo pudo denunciar más alto pero no más claro en la entrega de los premios Princesa de Asturias de este año. Agoniza la cultura a manos de la ignorancia, vino a decir, alertando de la paulatina desaparición de la filosofía y las humanidades de los programas educativos.
Lo que oyen, pasito a paso, con alevosía y sin la menor vergüenza, por mor de la aplicación de la LOMCE, se está despidiendo de las aulas, en el más vergonzoso ERE intelectual acometido en España, a la filosofía y, a poco que nos descuidemos, correrán parecida suerte la geografía, la literatura o la historia, por no hablar de la ética, la plástica o la música. Segunda oleada en pro de la ignorancia, que en la primera ya condenaron a la agonía al latín y al griego, ante la indiferencia ciudadana. A este paso, del mundo del pensamiento, las artes o las letras, que es como decir de nuestra memoria, de nuestras raíces, de nuestra esencia, no quedará ni los restos y para cuando queramos darnos cuenta será ya demasiado tarde.
Tamaño ataque frontal al conocimiento está ocurriendo ante nuestros ojos y, salvo las llamadas de atención de cuatro santos locos – gracias, Don Emilio- , no parece despertar el más mínimo interés en una sociedad cansada de tanto desatino y narcotizada por una caja tonta en donde se aplaude el analfabetismo y se jalea la ignorancia.
Ante esto, como ante tantas otras cosas, mirar hacia otro lado ya no es de recibo. Por eso, hoy, que reestreno la voz desde el Sur, la alzo para denunciar la indecente apología de la ignorancia en la que algunos parecen empeñados. Hay que hacerle frente, y faltan manos.