Hace años que puse como sintonía a mi móvil “I got you babi”, la del despertador de la película “Atrapado en el tiempo”. Esto es verídico. Cada vez que sonaba, me invadía la sensación repetitiva del día de la marmota. Yo sabía que el interlocutor me iba a hablar de su tema. Del mismo tema siempre. De esos expedientes que tardan 10 o 20 años en tramitarse, porque siempre hay algún propietario en contra, o todos están peleados entre sí. O hay algún funcionario entorpeciendo por dudosos motivos. También podría haberle puesto la sintonía de Gran Hermano. Cuando conviven en una casa 200 personas durante 8 horas diarias, durante años y años y años… Todos hemos visto al menos 5 minutos de alguna edición de Gran Hermano para saber perfectamente cómo se desenvuelve el ser humano en estas situaciones y cómo puede aflorar todo lo que lleva dentro. Imaginen si los encerramos hasta los 65 o los 70 años. Pero la música de Gran Hermano me resultaba demasiado irritante. La de Atrapado en el tiempo me transmite la esperanza de avanzar algo cada día.
No se si será el carácter del granadino, que disfruta fastidiando a su vecino y a su compañero, o será la moda que impera de judicializar todo y de utilizar la vía penal para resolver cuestiones administrativas, laborales o civiles, pero en todos los casos, los disconformes interponían demandas que paralizaban los expedientes durante años, y cuando no había fundamento para demandar y la mala leche rebosaba, entonces se optaba por la denuncia penal, solo por revancha. Así los trámites se eternizaban y la vida diaria se convertía en un dejà vu.
La primera denuncia penal que recuerdo fue por la demora en el pago de unas obras de la época del alcalde Moratalla, presentada por alguien que a su vez debía dinero al Ayuntamiento. Este claro desvío de la jurisdicción civil a la penal, no tuvo consecuencias para el denunciante. Y después de aquello la frecuencia fue in crescendo. Funcionarios y concejales hemos aguantado año tras año querellas por los motivos mas disparatados: Por no podarle los cipreses al vecino… por haber notificado una multa al propietario anterior… a un inspector de obras por allanamiento de morada… por sectorizar el alumbrado público… por los daños ocasionados en un accidente del camión de la basura… por demoler una planta ilegal en una ejecución subsidiaria… Y pese a ser motivos absurdos y resultar todas las denuncias archivadas, en ocasiones si que han conseguido el efecto coacción y han provocado la dimisión del funcionario de turno, por presión o miedo. En cambio para el denunciante nunca ha habido consecuencias.
Otras veces están detrás de las denuncias los partidos políticos y los propios funcionarios municipales contra sus compañeros. Esas son las más inmorales y el pan nuestro de cada día.
Un ejemplo que todos recordarán fue la dimisión del gerente de Urbanismo en 2008, provocada por una denuncia anónima y falsa , sobre una supuesta invitación de un viaje al Japón, denuncia que no fue archivada hasta que se aportaron los recibos de los pagos del viaje, porque como en tantos otros casos ,para colmo se invirtió la carga de la prueba. Algo que también nos hemos acostumbrado a soportar.
En ocasiones las denuncias han sido interpuestas por particulares, con nombre y apellido, como en el pretendido plagio del proyecto de Avd. de la Constitución o la resolución del contrato del Cuarto Real. Otras veces provienen de colectivos , como ecologistas, asociaciones de vecinos, comunidades de propietarios o cooperativas. Las hemos tenido en el Serrallo por el suministro de agua. En la Azulejera por no devolver a la cooperativa una sanción y una tasa. En el Albaicín por las obras para mejorar la accesibilidad de las calles, o por daños en un alminar, que por supuesto, también hubo que demostrar que no habían sido producidos por ninguna obra municipal. Y en Bola de Oro por las pistas y los usos incorporados a los espacios libres del parque, un supuesto similar a la actual causa del parque Serrallo. Todas archivadas y sin consecuencias para los denunciantes.
Otras veces están detrás de las denuncias los partidos políticos y los propios funcionarios municipales contra sus compañeros. Esas son las más inmorales y el pan nuestro de cada día.
Es frecuente encontrar al mismo grupo de personas detrás de las diligencias penales más mediáticas: las que se tramitaron en el T-1 por dudas sobre la medición y la propiedad de unos terrenos ,que supuso la imputación del anterior concejal de urbanismo. La apertura de una calle para unir dos barrios, la Chana con el Cerrillo de Maracena. La transmisión entre terceros de una gasolinera, que era negocio ajeno al Ayuntamiento. El convenio llamado Penta en la Chana. Todos estos casos finalmente archivados por tratarse de cuestiones contenciosas e interpretaciones de ley, desviadas a la vía penal de forma malintencionada.
Los mismos funcionarios que aparecen en 2008, cuando se denunció en fiscalía una deuda incobrada de 26 millones de euros, igual aparecen en 2013 por una escalera de evacuación de un hotel, que en 2014 por la discoteca del Serrallo o en las diligencias secretas de 2016. Porque aunque las diligencias se archiven y las denuncias sean falsas o la jurisdicción sea inadecuada, no hay nunca consecuencias para el denunciante por la manipulación de la justicia.
Si uno de los problemas actuales de la Juez de Instrucción es buscar la conexión entre las diferentes denuncias acumuladas, podrá encontrar fácilmente el nexo en los concejales y funcionarios denunciantes.
O es que a alguien se ha olvidado del último gran ejemplo de impunidad? la denuncia falsa presentada por los concejales del partido socialista contra el Alcalde , con el amparo de un funcionario municipal, que terminó con Auto de sobreseimiento libre por haber manipulado la documentación con la intención de engañar al juzgador. Ratificado esto por Sentencia que calificó la denuncia como falsa con todas sus letras. Y tampoco ha tenido consecuencias.
Esta impunidad hace que los mismos funcionarios y los mismos concejales aparezcan nuevamente como acusación en el Serrallo y en la nueva macrocausa, que ha provocado el cambio de gobierno municipal. Ahora tienen una ventaja: No habrá Juez capaz de leer todos los expedientes acumulados y en consecuencia no se archivará la macrocausa en muuuuchos años.
Si uno de los problemas actuales de la Juez de Instrucción es buscar la conexión entre las diferentes denuncias acumuladas, podrá encontrar fácilmente el nexo en los concejales y funcionarios denunciantes. Porque los funcionarios que han ido a declarar en secreto, secretísimo, andan jactándose de ello por los pasillos y han vuelto a resucitar los viejos muertos ya archivados o enterrados por otros juzgados. Lo dicho: el dia de la marmota. El Gran Hermano.
Véase en la hemeroteca de la prensa local las impresiones/ declaraciones de los Letrados a la salida del interrogatorio: “viendo los temas que se analizan, en los que no puedo entrar, sí veo cierto revanchismo y cierto análisis muy ‘sui generis’ de las normas urbanísticas para poner en duda la legalidad, con el fin de perjudicar a determinados investigados por relaciones particulares entre esas personas que están denunciando y los que están investigados. Yo espero que todo esto se aclare«……….”aunque haya «buena fe» y «celo profesional» por parte de los órganos judiciales, en este caso Juzgado y Fiscalía, las denuncias que han motivado la apertura de la investigación parten de una serie de intereses «distintos a los generales», con «interpretaciones ‘sui generis’ de la normativa que nunca se han llevado a cabo en la ciudad de Granada» y que ha dado lugar a una «inquisición general de toda la actuación de Urbanismo durante tantos años».
¿Qué habrán contado esta vez tan gordo, tan gordo, para que la juez se haya alarmado de tal manera que ha tomado la decisión de ordenar registros domiciliarios? ¿ Y si finalmente no hay pruebas objetivas, ni nexo entre unos temas y otros y solo hay intereses particulares?
Y eso lo ha captado el abogado el primer día, sin saber aún en qué consisten las denuncias y sin haber visto los expedientes. Porque las nuevas diligencias son tan secretas, secretas, secretísimas, que ni la propia Juez las conoce. El día 23 de Mayo pudimos comprobar con nuestros propios ojos que los casi 40 expedientes relacionados con los temas investigados, se encontraban en una habitación del edificio de la Caleta, metidos todavía cajas cerradas desde el día 13 de abril. De manera que juez y fiscal han llevado a cabo los interrogatorios a los denunciados sin haberse leído ni un expediente. Solo en base a lo que algunos han contado.
¿Qué habrán contado esta vez tan gordo, tan gordo, para que la juez se haya alarmado de tal manera que ha tomado la decisión de ordenar registros domiciliarios? ¿ Y si finalmente no hay pruebas objetivas, ni nexo entre unos temas y otros y solo hay intereses particulares? ¿Y si las cuestiones a discutir son contenciosas y no penales? ¿ habrá esta vez consecuencias para los falsos denunciantes? ¿o volveremos a estar otra vez atrapados en el tiempo? .
Cuántas veces tiene que ocurrir lo mismo para que rectifiquemos el mal camino?.Ya llevamos más de 30. Cuenten las relatadas aquí, que no son todas.
*Isabel Nieto es abogada.
Ha sido concejal delegada de Urbanismo en el Ayuntamiento de Granada.
Dimitió tras su imputación en la Operación Nazarí.