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¿Autogolpe o golpe sobre el golpe en Turquía?

Nacho Trillo
Nacho Trillo

Inicialmente resultó extraño el silencio sepulcral del mundo político occidental ante la intentona golpista en Turquía. Luego, la tardía reacción con que se produjo la condena, efectuada una vez que quedaron consolidados los visos definitivos del fracaso.

Asimismo, que las declaraciones de repulsa se formalizaran por un orden aparentemente establecido y orquestado: Barack Obama -después de la tibia salida de John Kerry, secretario de Estado de EEUU, manifestando previamente que se aseguraran la paz y la seguridad en su interior- para seguirle el portavoz de Ángela Merkel, la UE desde Bruselas, el ministro de Exteriores de España en funciones, José Manuel García-Margallo, desde Mongolia, y rematar finalmente la OTAN.
Torpezas que ya han sido instrumentalizadas por el propio Presidente, Recep Tayyip Erdogan, dentro del victimismo que necesita para consumo interno en tanto realiza una masiva purga contra opositores de todo tipo.

El Presidente Erdogan, que se encontraba de vacaciones y según se afirma fue avisado de la intentona con seis horas de antelación pero no se adelantó para abortarlo, apeló a la población a tirarse a la calle para neutralizarla.

Por el contrario, el Golpe en un primer momento fue condenado sin paliativos ni ambigüedades por Vladímir Putin desde Moscú, que días antes había producido su reconciliación con Erdogan tras el grave incidente del avión militar ruso derribado el pasado noviembre por la aeronáutica castrense turca en su frontera con Siria. También la reprobación de la asonada vino fijada desde Irán, firme aliado natural del país heredero del antiguo imperio otomano.
Al principio de la sublevación militar, los rebeldes detuvieron al Alto Estado Mayor de la Defensa turco sin que sus integrantes sufrieran percance alguno. El cuerpo de seguridad de la Policía, potenciado sin límites por Erdogan para neutralizar al ejército del que siempre desconfió, se mantuvo lógicamente leal al orden constitucional, sufriendo algunas bajas.
El Presidente Erdogan, que se encontraba de vacaciones y según se afirma fue avisado de la intentona con seis horas de antelación pero no se adelantó para abortarlo, apeló a la población a tirarse a la calle para neutralizarla. Curioso que utilizara las nuevas tecnologías de la comunicación cuando las persigue en su nación. En ese instante de confusión, el llamamiento fue interpretado como un signo de debilidad y de posible éxito de los rebeldes, que ya con su propaganda adelantaron haber tomado todo el país y sus instituciones. Hasta se llegó a rumorear sin fundamento que el Presidente turco había pedido asilo político en Alemania y le había sido denegado.
Los golpistas en sus movimientos habían llegado a tomar el centro de Estambul y sus puentes,  la televisión pública, no así incomprensiblemente las privadas que siguieron emitiendo con total normalidad, y el aeropuerto central del país, Atatürk. En Ankara, la capital política, los tanques rebeldes rodearon el Parlamento. En el resto del extenso y poblado país parece que no hubo incidentes a destacar.
Gran parte de la población civil, obedeciendo a Erdogan y a los imanes de la mezquitas que inmediatamente lo secundaron, se echó a las calles de Estambul y Ankara; tomó plazas, calles así como rodeó el aeropuerto de Atatürk ocupado por los golpistas. Numerosos civiles al resistir, sobre todo en los viaductos sobre el Bósforo en Estambul, fueron heridos y muertos por ráfagas de metralletas de los rebeldes lanzados desde tierra y desde el aire por helicópteros. Hubo en toda Turquía más de dos centenares de muertos y se superaron los mil heridos, como balance de víctimas entre uniformados y civiles. El golpe se desinfló a la misma velocidad que irrumpió, y al final adquirió la calificación, como consecuencia de graves errores logísticos, de chapuza.
Erdogan de madrugada llegó a Estambul a través del aeropuerto de Atatürk donde momentos antes se habían retirado los militares fracasados, como simultáneamente y de la misma manera acaeció en la televisión pública. A partir de entonces, se hizo oficial y personalmente con las riendas del poder democrático.

El ejercito de esta antigua Anatolia está compuesto por 400.000 militares y 200.000 reservistas, una de los diez milicias más cuantiosos del Planeta; un 70% superior en números al de España.

El imán turco, Fetula Gülen, antiguo aliado y actual enemigo de Erdogan, autoexiliado en Pensilvania (EEUU), que dirige un férreo e influyente Opus Dei musulmán contra el materialismo, el darwinismo y el ateísmo occidental, negó la acusación de ser inspirador o de haber organizado la revuelta rebelde, culpando por el contrario al propio mandatario turco de ser el autor material de un autogolpe.
El ejercito de esta antigua Anatolia está compuesto por 400.000 militares y 200.000 reservistas, una de los diez milicias más cuantiosos del Planeta; un 70% superior en números al de España. La gran nación turca tiene, con respecto a nuestro país, una superficie superior en un 46% y una población mayor en un 55%, en tanto la renta per cápita es un 44% inferior.
No pareciera que la parcial sublevación militar hubiera estado organizada por mandos y oficiales kemalistas, herederos de la ilustración y del laicismo que llevan la marca secular de su refundador, Atatürk, contra el actual avance de la islamización y el auge interno del terrorismo, como venía siendo habitual cada cierto periodo de tiempo en época pasada y donde nunca falló su triunfo a diferencia de ahora. Sucedió en los años: 1960, 1971, 1980 y 1997.
Al día siguiente de este último golpe, Erdogan siguió haciendo llamamientos para que sus gentes salieran nuevamente a las calles, a pesar de tener totalmente controlada la situación. Al mismo tiempo, realizaba una amplia depuración en los aparatos del Estado turco, con la detención inicial de 2.839 militares y el cese de 2.745 jueces y fiscales, así como miles de funcionarios de la administración pública civil del Estado y hasta de la propia Policía, sospechosos de formar parte de la cofradía de Gülen, aprovechando que el Pisuerga es afluente del Bósforo. Días más tarde, ha continuado la represión y ya se cuantifican en más de veinte mil los encarcelados o depurados, muchos de ellos con marcas de torturas, junto a la promesa de llevar al Parlamento con la mayoría absoluta que dispone el restablecimiento de la pena de muerte, que no se ejecuta en Turquía desde hace más de treinta años y fue abolida hace doce, para que se aplique en breve con carácter retroactivo, «de cara a ahorcar a los detenidos como responsables de la conspiración», según fuentes exaltadas.

¿Qué tienen que ver los jueces y fiscales y los funcionarios civiles con un Golpe de Estado militar contra el ordenamiento constitucional, que siempre es condenable porque los Gobiernos en democracia se cambian a través de las urnas o por los Parlamentos?

Visité Turquía en 1990. Nada tiene que ver con la actualidad. El laicismo entonces dominante está actualmente arrinconado, en tanto el proceso de islamización ha sido enormemente apresurado. La atomización de la derecha y la izquierda laica en múltiples partidos lo han hecho posible, así como las medidas de calado que el partido musulmán de Erdogan ha ido imponiendo lenta pero implacablemente.
La islamización a partir del Golpe promete acelerarse ¿Qué tienen que ver los jueces y fiscales y los funcionarios civiles con un Golpe de Estado militar contra el ordenamiento constitucional, que siempre es condenable porque los Gobiernos en democracia se cambian a través de las urnas o por los Parlamentos?
Pareciera que poco de lo dicho sobre certeza alguna de que formaran parte de la red que se achaca que Gülen tiene montada para propiciar la caída violenta del actual Presidente turco.
Quizás no sea ajeno lo anterior a que en diciembre del 2013 le estalló al Gobierno de Erdogan y a su formación islamista, Partido Justicia y Desarrollo (AKP), varios casos de tramas de corrupción relacionados con el blanqueo de dinero y abusos de poder, que le hizo perder la mayoría absoluta en las urnas de junio del 2015. Pero como ha sucedido en España, no hubo acuerdo entre los tres partidos de la oposición turca. Así que, recuperada por Erdogan esa mayoría absoluta parlamentaria el pasado noviembre por nuevas elecciones, ahora, para que no vuelvan a ocurrir nuevas investigaciones judiciales que le impliquen ni se ponga en duda en un futuro su solidez y dominación de la esfera política, se venga de la magistratura y de los funcionarios desafectos a la vez que también aprovecha para limpiar de laicos al ejército y a la policía más allá de los que han sido ahora protagonistas del alzamiento.
¿Estado de Derecho en Turquía? ¿Se imaginan que lo que está pasando ahora tras el golpe, ocurriera en Venezuela, y en vez de Erdogan se tratara del personaje Maduro? ¿Qué se estaría transmitiendo al mundo desde las cancillerías de Madrid, Bruselas o Washington? A la vez, ¿qué se estaría tramando para desestabilizar la situación interna del país con capital Caracas?

Europa, quién la ha visto y quién la ve… Ahora bien, al tiempo, porque se está creando otro monstruo como lo viene representando la Arabia Saudí, tan aliada de Occidente, consistente en una Turquía aceleradamente islamizada y polarizada, para más inri en las puertas fronterizas de la UE.

La Unión Europea calla porque el autocrático Erdogan -tiene preso a numerosos periodistas por no serles afines, cerrados canales de televisión, hasta un total de quince, radios y diarios, y ha sido condenado en las instancias internacionales no gubernamentales por violar permanentemente los derechos humanos- se encarga de hacer desaparecer de tierra firme de la Unión Europea a miles de refugiados que huyen de las guerras próximas de Siria, Irak y Afganistán, en base al vergonzoso e indecente acuerdo que tienen firmadas ambas partes. A cambio, recibe ayuda y dinero. También, hace la vista gorda con ciertos negocios bastantes sucios que se desarrollan en la cúpula turca. Entre ellos, que el hijo de Erdogan compre petróleo a bajo precio en la zona ocupada por ISIS y lo venda, a cambio de armas y dólares, en el mercado negro. Sobrados documentos gráficos tomados desde el aire lo prueban.
¿Dónde siguen respetándose los Derechos Humanos?
Europa, quién la ha visto y quién la ve… Ahora bien, al tiempo, porque se está creando otro monstruo como lo viene representando la Arabia Saudí, tan aliada de Occidente, consistente en una Turquía aceleradamente islamizada y polarizada, para más inri en las puertas fronterizas de la UE.
Triste escenario recorre el panorama actual repleto de turbulencias que han venido llegando a Europa con más intensidad a partir de la guerra ilegal de Irak, y donde basta tan solo un loco o terrorista solitario con un camión en Niza, o un siniestro Golpe en Turquía, para que las consecuencias políticas sean las restricciones o las violaciones de los derechos y las libertades de la ciudadanía, a los que paradójicamente esos mismos represores, aplicando distintas fórmulas acordes con la situación geoestratégica que goza cada cual, dicen defender.