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Bonilla impulsa el buenismo político andaluz

Antonio Varflora
Antonio Varflora*

“¡Ay! El día que el Partido Popular andaluz encuentre un/a líder del nivel de Cristina Cifuentes. Otro gallo le cantará.” Mientras tanto tócala de nuevo Toni, que tú vales mucho.El nuevo referente popular de Andalucía!

El entrecomillado responde al tuits que muy acertadamente dejaba el Director de este Digital andaluz, y me viene a colación de lo que tenía en mente escribir porque días pasados asistí a ese magnífico Foro de la Nueva Economía, lugar de encuentro político-empresarial en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla. Vaya desde estas líneas mi enhorabuena, agradecimiento y mis mejores deseos como siempre a Jose Luis, que tan magníficamente dirige, tutela y modera el acto. Gran afluencia del sector empresarial, y las mesas de rigor de palmeros populares, unos obligados para rendir pleitesía al líder Moreno, otros qué duda cabe, para deleitarse de sana envidia con el líder gallego Alberto Núñez Feijóo.

Feijóo presentó sin presentar a su amigo Bonilla, nuestro líder. Nueve minutos soberbios, magistrales, de claridad, contundencia y precisión. Desgranando pinceladas de nuestra transición política, dejando nota de su sincera preocupación por el devenir del partido socialista, nobleza obliga. Formamos parte de un ecosistema político que se ha forjado a fuerza de consenso, dialogo y mucha libertad sin ira. No podemos ni debemos apartarnos de la realidad para caer en falsas realidades. Todos, gallegos y andaluces, españoles todos somos gente y gentes normales que vivimos juntos para hacer cosas juntos. Andaluces y gallegos al igual que el resto de identidades nacionales somos pueblo maduro que debe ser tratado con realidad y no con falsas realidades y promesas populistas. Formamos parte de una identidad común, sumamos inteligencia emocional a nuestra historia común. Emoción inteligente que ahonda en nuestro devenir como pueblo. Nuestras raíces comunes, son señas de identidad del pueblo español, que no pueden ni deben ser excluyentes.

Sevilla y Santiago de Copostela, Santiago y Sevilla, dos ciudades enlazadas en la historia viva de este pueblo, sin las cuales nuestra historia común quedaría huérfana.

¡Silencio! Habla Alberto Núñez Feijóo ¡Silencio! Habla el Presidente de la Xunta de Galicia. ¡Silencio! Habla uno de los líderes más solventes del Partido Popular.

Al final llego tu idea de Andalucía, mala copia de la teoría del buenismo político. Más empleo y más servicios públicos. Menos impuestos y más presupuesto. Más inversión y menos corrupción. Cómo Juanma, cómo.

Salón y asistentes rompen en un aplauso sonoro. Fueron nueve minutos, de intensidad difícilmente superable.
Reconozco valor político a Moreno Bonilla por lidiar en la misma plaza que Feijóo, pero también es cierto que la ignorancia política, es muy atrevida. Sin solución de continuidad llegó el líder andaluz para contarnos, qué Andalucía quiere él. No sin antes dedicar entre siete y ocho minutos a los agradecimientos de rigor, demasiado rigor y tiempo lo que sumado a su timbre plano y monocorde, hizo posible que los comensales empezaran a desconectar.

Durante veinte minutos nuestro líder desgranó la difícil y anómala situación en la que nos encontramos. Apeló al dialogo y al consenso, no sin antes zurrar a Susana por desmedida ambición. Apeló al gobierno de amplia base social (16 millones de españoles). Y la Andalucía que tú quieres, dónde y cuándo Juanma, parecían pedir, los cada vez menos conectados.

Susana y Andalucía, nuestra tierra y el paro. La araña socialista y el desempleo. La pobreza de nuestra renta per cápita, vagón de cola de Europa. Camino de la media hora y solo escuchábamos tópicos y mitos de la Andalucía socialista. Pero y la Andalucía que tu quieres dónde y cuándo. Ni está en tu cabeza ni se le espera en tu ideario político.

Al final llego tu idea de Andalucía, mala copia de la teoría del buenismo político. Más empleo y más servicios públicos. Menos impuestos y más presupuesto. Más inversión y menos corrupción. Cómo Juanma, cómo.

El día que Albert Ribera apueste por Andalucía, y organice Ciudadanos con políticos y no marionetas socialistas. Con personas y no personajillos. Con tipos bravos y no desechos de tienta política. Ese día el Partido Popular Andaluz tendrá un serio problema y ustedes lo verán.

Fin del trayecto, tres pinceladas a la doctrina del buenismo político andaluz, aquello que para nuestra tierra, queremos tu, el, nosotros, vosotros, ellos y ellas. Ni una idea ilusionante, ninguna medida alentadora, ninguna novedad, más de lo mismo. Ni idea ni ilusión. Solo esperas como el mal político, ganar por agotamiento o descomposición del socialismo andaluz que en ello están. Puede suceder, porque hay quien dice que Juanma como Rajoy nacieron con una flor allí donde la espalda pierde su buen nombre.

Esta teoría de la no-acción solo tiene un pero. El día que Albert Ribera apueste por Andalucía, y organice Ciudadanos con políticos y no marionetas socialistas. Con personas y no personajillos. Con tipos bravos y no desechos de tienta política. Ese día el Partido Popular Andaluz tendrá un serio problema y ustedes lo verán.

 

*Antonio Varflora es un seudónimo y corresponde a un veterano militante del PP-A