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Brexit el día de San Juan Bosco

“En caso de duda, genuflexión y no pisar al compañero”.

 

La victoria electoral de los conservadores en el Reino Unido permite con todo cuidado afirmar que los ingleses han seguido la recomendación de don Fausto Ángulo Díaz, burgalés, cura a los 22 años con dispensa pontificia, cantor por oposición de la  real capilla de la majestad de Alfonso XIII, que murió a los 94 años a quien recuerdo con cariño, el cual al ensayar con los monaguillos el oficio de tinieblas de la extinta Semana Santa nos hacía todos los años una única advertencia ritual: “en caso de duda, genuflexión y no pisar al compañero”. Práctica útil si las hay, en la vida y en la política. Y vuelvo a Inglaterra. Los ingleses ha votado genuflexión al Brexit, a Su Graciosa Majestad y al candidato conservador. Han preferido lo seguro. Y han decidido al tiempo no pisar al compañero porque los laboristas, aunque pierden, no se ciudadanizan como le ha pasado a la tropa de Rivera, Arrimadas, Girauta y Villegas, aquí. Los ingleses solo aplastan a los hindúes, zulúes, indios cherokees, arapahoes y otros especímenes aparentemente humanos.

La otra conclusión del resultado electoral es que los votantes han salido huyendo de políticas de izquierda más o menos radical como las planteadas por el partido laborista. Macron, Merkel y sus continuadoras; Lagarde y Guindos y , con las distancias y salvas de ordenanza obligadas, los austriacos, húngaros y polacos, y griegos, presentan un panorama descriptivo del desarme ideológico, de análisis y político que tienen las izquierdas en Europa y el United Kingdoon. Incluyamos de paso a los nórdicos.

Trump se ha apresurado a exultar de gozo, sin recato, ante la victoria del primer ministro conservador. Churchill consiguió que la alianza con Roosevelt hiciera resistir  a la pérfida Albión, cuasi imperialmente en y tras la Segunda Guerra Mundial. Llevan camino los ingleses y sus primos americanos de reestructurar en vía comercial y financiera esa alianza. Con la sombra del tratado que está a punto de firmarse con China. El índice de la bolsa española, hoy viernes, subiendo cuatro enteros señala claramente que a las finanzas les importa un ardite el Brexit y que ya lo han descontado con el alegrón que se ha llevado  Trump en medio de su impechment demócrata. Ponga usted un primo, americano, en su despacho por Navidad.

Aquí, como estamos en funciones,  en funciones de tarde y noche como las obras de Buero Vallejo en los tiempos del cuplé, ningún político de los que teóricamente gobiernan ni de los que desde la oposición ansían gobernar, ha explicado al sufrido pueblo elector cuáles son las conclusiones del análisis del Brexit para los intereses españoles incluidos los derivados de la existencia del Irredento. Semejante silencio ya indica cuán democrática es esta sociedad y cuantos resabios existen de la lucecita del Pardo, do vigilaba gustoso don Francisco por el bien nuestro de cada día. También entonces el gobierno estaba permanentemente en funciones. En funciones de lo que decidiera y deseará el vigilante del Pardo por la gracia de Dios. Dios mítico, of course, creado a imagen y semejanza del generalísimo por los obispos españoles con ayuda de don José María Peman. Bajo palio.

Como los ingleses siempre han sido muy considerados con España, desde que descubrieron el sol y la sanidad pública gratuita con la libre circulación, decidieron mucho antes de las elecciones que se produciría  su divorcio vincular de la UE el día 31 de enero próximo, festividad litúrgica de san Juan Bosco. Un detalle viniendo de quienes le cortaron la cabeza a Carlos, su rey y a Maria Estuardo, reina de los escoceses quienes aprovechando el rebujo y su éxito electoral, van a tratar de hacer mutis por el foro. Si los ingleses se van de UE, ¿por qué no se van a ir ellos de UK?. Y Puigdemont que ha comprado la casa de Maciá en Perpiñan, donde los españolitos iban a ver películas porno prohibidas aquí. Procesión habemus.