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El síndrome de Torquemada

Ni admiro a los personajes, ni pertenezco a ninguna fuerza política, ni vieja ni nueva, ni me gusta en absoluto lo que han hecho, es más creo que es un error de principiante.

Querer tener razón es la enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado a más personas, países y religiones organizadas del planeta. Tener posición es lo normal, también tener gustos y preferencias… pero que las ideas y predilecciones le tengan a uno cautivo, o secuestrado, es una trampa del sistema, que suele tener casi todas las batallas ganadas, porque controla los medios de comunicación, versus el poder.

Demasiado fariseísmo en la derecha, en la izquierda, y en el centro, demasiado en los que se llaman apolíticos, demasiado en los ultras y en los moderados, demasiado en la prensa oficial y en las redes, demasiado  contaminado el veredicto de los pequeños torquemadas, que parecen llevar dentro tantos personajes, con sus hienas maquilladas y al desnudo.

 

Demasiado evidente que hace tiempo se decidió quien era el peligro para casi todos, porque estaba levantando todas las alfombras, las caras y las baratas.

Y la conjura por acción y por omisión se puso en marcha, con un desgaste y una resistencia sin precedentes, solo necesitaban que pareciera que se habían equivocado, para disparar a matar. Montaron el circo echaron a los leones y los romanos palmearon, y con ese colaboracionismo vestido de moral, ayudaron para apretar el botón nuclear que garantice la existencia del gatopardismo nacional, y consolide los pobres con los pobres, las niñas con las niñas, y que lo privado lo pagamos con lo público.

Cuanta irresponsabilidad la de ellos por no recordar que tienen voto de pobreza y de apariencia, cuanta ingenuidad  por pensar en ellos y en su familia, cuanta ingenuidad no saber que todos tiene derecho menos ellos y unos pocos más.
¿Cómo dicen? Qué tienen autoridad quienes critican a quienes se hipotecan, y se compran un chalet pomposo en las afueras, y que van a pagar con su dinero, ganado por defender a quienes más lo necesitan. Enfrentándose a los especuladores, delincuentes de cuellos blanco, enfrentándose a quienes están esquilmando este país, planteando tantísimas alternativas que ha hecho que muevan fichas políticas y sociales, partidos y colectivos, y conciencias de esta querida, desvertebrada y desagradecida España.

Cuanta irresponsabilidad la de ellos por no recordar que tienen voto de pobreza y de apariencia, cuanta ingenuidad  por pensar en ellos y en su familia, cuanta ingenuidad no saber que todos tiene derecho menos ellos y unos pocos más, cuanta ingenuidad decir siempre lo que se piensa, olvidándose de las consecuencias, cuanta ingenuidad no haber pensado que no es lo mismo ser un soltero rebelde, y algo conocido, que tener una familia y ser la persona más asediada, observada, y perseguida de este país.

Pero es tan obsceno el espectáculo, tan farisaicas las posiciones de quienes se rasgan las vestiduras por la estética, no por la ética, y que dediquen su tiempo y su dinero, el que tienen y el que no, a engrosar a la banca privada depredadora de nuestras hipotecas, o a la caseta privada de feria y sus consumidores,  o a las comuniones millonarias para escenificar el poderío,  o a esas casas en la playa y en la montaña que divisan desde arriba al resto, o esos viajes exóticos en verano para poderlos contar.

 

Esa buena vida que llevan algunos, los fines de semana y fiestas de guardar, o al menos lo parece, no les hace acreedores de juzgar y linchar a quienes todos los días le ponen un espejo para que se lo miren.

Pero afortunadamente para demasiados, ahora a los de abajo les va a volver a costar ganar otro ciclo político, para tener más representación institucional y más apoyo social. No solo dilapidan a personas, sino a un proyecto que con otros proyectos,  otras fuerzas y muchísimas personas, que pretendieron cambiar con aciertos, y no pocos desaciertos, el desatinado rumbo de este país. Pero ahora se repite la historia, y  David hirió y mató a Goliat con honda y piedra, sin tener empuñada la espada (Samuel 17,49-50)

A nadie le da vergüenza alimentar los monstruos de este país que están devorando la esperanza y el pan, y en cambio emiten voces sin sonido sobre Palestina, narcotráfico, archivo de causas como las Preferentes, Pactos contra la violencia de género para templar,  subidas escandalosas de la electricidad, peligrosas mordazas en TVE, subida impagables de alquileres, y sobre todo, dejar hacer a los buitres…, por supuesto incluidos los de los fondos.

 

Impecable cumplimiento del  mandato de los poderes, felicidades a quienes habéis diseñado el acoso y derribo, chapeau a quienes a sabiendas o no habéis permitido que triunfen los de toda la vida, y más que preocupación por quienes habéis apoyado la estrategia, que denunció internacionalmente el maestro Chomsky.

Aplaudido la estrategia de la distracción, de la gradualidad, de diferir, de buscar y crear conflictos y luego parecer que lo ha resuelto el mismo pirómano, de dirigirse al público como criaturas de poca edad, de utilizar el aspecto emocional en lugar de la reflexión, de mantener a los demás en la ignorancia y la mediocridad, de estimular a la gente a ser complaciente con quien parece que desvela al incoherente y al traidor, de reforzar la autoculpabilidad, de conocer al personal mejor de lo que ellos se conocen, de terminar provocando el instalarse en los síndromes de Estocolmo de los torquemadas, y de la idiotización aprendida, para que los mortales se consideren iguales de divinos que el resto.

Craso error el de su equipo de comunicación, presupongo que no han ido por libre, instándoles a que un problema personal tenga dimensión política y grupal, sometiéndolo a un referéndum. Pero dicho esto quien soy yo para opinar sobre las señas de identidad de una fuerza política que tiene 5 millones de votos.

¡Ah, que tire la primera piedra quien esté libre de incoherencias o contradicciones en el nivel personal, cupular u horizontal¡ ¿ Cuantos condenados más por errores de manual, que nada tienen que ver con meter la mano, sino la pata? ¡Qué irresponsabilidad la de esta pareja, no haber previsto ellos como muchos otros y otras, que no tiene bula para gestionar su vida privada, ni para absolutamente nada, al contrario que la mayoría.

 

Sabemos con detalle… de violación explicita de la intimidad, como va ser su casa, pero y del resto de diputados y demás ¿Quién protege a unos, y acribilla a otros? ¿Qué está pasando? ¿Qué linchamiento es este?

Me quedo con Mario Benedetti cuando decía cosas como:

La perfección es una pulida corrección de errores. -Quién lo diría, los débiles de veras nunca se rinden. La mariposa recordará por siempre que fue gusano. -No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ya te dije que el mundo es incontable. -No hay que prometer nada porque las promesas son horribles ataduras, y cuando uno se siente amarrado, tiende a liberarse, eso es fatal. -Pedir perdón es humillante y no arregla nada. La solución no es pedir perdón, sino evitar los estallidos que hacen obligatorias las excusas. -Es curioso cómo a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel. -Cuando el infierno son los otros, el paraíso no es uno mismo. -Me explicaron que era una cordial invitación a que me fuera de inmediato.

 

Ni admiro a los personajes, ni pertenezco a ninguna fuerza política, ni vieja ni nueva, ni me gusta en absoluto lo que han hecho, es más creo que es un error de principiante, yo jamás lo hubiera hecho, ni ayer ni hoy,  pero como defensora a ultranza de la justicia y los derechos, aunque sea en contra de mis propias convicciones, he sentido la obligación de continuar siendo un verso suelto, sin miedo al miedo, ni a ser minoría desde la ética de la libertad de pensamiento, y de opinión, y porque no busco jamás el “me gusta”, sino un mundo más habitable, hoy opino para incorporar al debate un punto de vista más, simplemente eso. Por lo que sería saludable que no interpretaran ni calificaran. Sencillamente  debatir desde la tolerancia y el respeto, busquemos desesperadamente el dialogo, lo menos tóxico posible, haciéndonos la vida lo más fácil posible. No nos obliguen a autocensurarnos para poder comunicarnos.