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Ciudadanos, el ingrediente de todas las salsas

Juan Tortosa Bn
Juan Tortosa

Al paso que van, a Ciudadanos acabará ocurriéndole en Andalucía como al PA y a IU. Estas dos formaciones gobernaron en su día en coalición con los socialistas, y ambas acabaron mordiendo el polvo. Ni Partido Andalucista ni Izquierda Unida sacaron demasiado provecho (político) de su paso por el gobierno andaluz. Sus votantes terminaron cabreados porque aquellos en quienes habían depositado su confianza acabaron dejándose fagocitar, y su gestión no revirtió jamás en un aumento de las expectativas electorales.

No solo no supieron conservar su «cuota de mercado», sino que cuando estuvieron sentados en el gobierno andaluz siempre tuvieron «carteras-marías», por mucha vicepresidencia de la que en su momento pudiera presumir Diego Valderas. Como en aquella parábola bíblica, en lugar de invertir bien los escasos denarios de los que disponían, prefirieron ponerlos a buen recaudo por miedo a perderlos.

Ni supieron poner en valor su posición -que en ocasiones fue determinante- ni tampoco hacerla rentable en posteriores convocatorias electorales. El PA acabó desintegrado, aunque todavía conserva 316 concejales, y firmó su acta de defunción en septiembre del año pasado en Torremolinos; y en cuanto a IU, ahí andan digiriendo su situación tras obtener en marzo de 2015 el peor resultado de su historia en las elecciones autonómicas, menos de un siete por ciento de los votos, con lo que redujeron a cinco los doce escaños que habían conseguido tres años antes. Ahora es el turno de Ciudadanos, ese ingrediente de color naranja que se ha propuesto valer para todas las salsas: lo mismo apoya a Cifuentes en Madrid y a Susana en Sevilla que firma un «pactus interruptus» de incierto futuro con Pedro Sánchez.

De las pocas cosas que conocemos sobre los miembros de Ciudadanos destaca, sobre todo, la versatilidad de sus convicciones.

PA e IU, cuando gobernaron con el Psoe en Andalucía, funcionaron como tontos útiles de los socialistas para hacer de cortafuegos frente a un PP que no ha conseguido nunca comerse un rosco en los treinta y muchos años que van ya de autonomía. En resumen, que quienes gobernaron alguna vez en coalición con el Psoe, lo que consiguieron fue reforzar el predicamento del partido hegemónico y perpetuar su poder omnímodo. ¿Qué pasará con Ciudadanos? Ellos no gobiernan con el Psoe, pero sus nueve escaños sirvieron para investir a Susana y propiciar que los socialistas continúen al frente del chiringuito sin que ninguna alfombra sospechosa haya corrido el riesgo de ser levantada.

De las pocas cosas que conocemos sobre los miembros de Ciudadanos destaca, sobre todo, la versatilidad de sus convicciones: Juan Marín, su portavoz, sabemos que en 1983 ocupó en Sanlúcar de Barrameda un puesto en la lista de las municipales de Alianza Popular , que en el 2000 trabajó en el gabinete de comunicación municipal del PA y que, ya en 2007, fundó el CIS (Ciudadanos Independientes de Sanlúcar), partido con el que llegó al gobierno municipal tras pactar con el PSOE… hasta 2014.

Funcionando como una apisonadora, el Psoe continúa garantizándose una hegemonía indefinida en Andalucía que Ciudadanos no solo no pone en peligro, sino que, como ocurrió con sus antecesores, PA e IU, les acabará pasando factura.

Julio Jesús Díaz Robledo (secretario segundo del Parlamento andaluz por Ciudadanos) fue concejal del PSOE en La Palma del Condado (Huelva) hasta finales de 2013; Marta Bosquet procede del GIAL (Grupo Independiente por Almería), un partido que estuvo siempre tonteando con el PP y con el ladrillo… Todos ellos, como Girauta y Rivera, que también fueron del PP y ahora encabezan los 40 representantes que Ciudadanos tiene el Congreso de los Diputados, son la derecha más directa, la que menos disimula, aquella en la que sus miembros menos engañan porque donde esté lo políticamente correcto, donde esté el poder, donde esté el dinero… allí estarán siempre ellos. Ganando cuotas de influencia a la chita callando y jugando a ser los buenos de la película, cuele o no cuele.

El pasado 24 de febrero, en el Parlamento regional, parecía que iban a votar a favor de una proposición de ley de Podemos para regular la atención temprana en Andalucía. Todos los partidos estaban de acuerdo menos el Psoe pero en el último minuto, voilà!, Bosquet se fue a ver a Susana, se pusieron de acuerdo, Ciudadanos acabó votando con el Psoe y dejaron tirada la propuesta y… a muchas familias andaluzas cuyos hijos padecen trastornos en su desarrollo.

Funcionando como una apisonadora, el Psoe continúa garantizándose una hegemonía indefinida en Andalucía que Ciudadanos no solo no pone en peligro, sino que, como ocurrió con sus antecesores, PA e IU, les acabará pasando factura. Más pronto que tarde, acabarán saliendo escaldados de tanto tonteo con la «familia» socialista.