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Congreso abierto para el PP, también en Andalucía

Antonio Varflora
Antonio Varflora*

Domingo de Resurrección en Sevilla, el almuerzo ha merecido la pena no sólo por lo que nos tenía preparado el amigo Enrique, la ocasión y los comensales lo valía. Tenemos claro quién o quienes nos van a ayudar en esta ardua tarea de recaudar firmas para exigir un congreso con todas las garantías y una auténtica renovación. Andalucía debe estar en la punta de lanza de este movimiento interno. ..

Por fin hemos vuelto a la normalidad, atrás dejamos estos días de desconexión  y volvemos al compás de espera que agita la política del postureo. Estamos a las puertas de un nuevo Gobierno para España, sí el Señor Sánchez puede y sabe dónde va. Al final la suerte electoral reunirá a tres desechos de tienta, según argot taurino. Sánchez ya solo piensa en ser Ex presidente de Gobierno. Albert, ya no sueña, los españoles han visto sus cartas y leído su juego, no será porque los andaluces no lo habíamos advertido por activa y por pasiva. Miren, miren cómo funciona «el clan de la manzanilla». El compañero y camarada bolivariano, marxista, y leninista Iglesias, ya no sabe dónde acudir para tapar grietas. Ya no es una cuestión de Mareas, y otros experimentos, o confluencias como gusta decir. El problema de Pablo es la  marejada que anuncia un auténtico tsunami dentro de las filas de Podemos. No es un problema de sus fuentes de financiación, de Venezuela o de Irán. El problema es endógeno,  no hay partido, ni comparten estructura ideológica común, ni gestionan ni saben lo que es eso, la estructura es primitiva. Fueron capaces, con gran inteligencia política de canalizar la ira y el descontento de parte del pueblo español, pero después qué. Después nada.

El bochornoso espectáculo del Concejal Bódalo lo dice todo. Ya no cuela Pablo, la gente te ha tomado la medida y empiezan a sanar  la ceguera mediática  de quienes  te habían elevado  a la categoría de vocero del paraíso.

No se da por enterado el Partido Popular que lo mejor es que se vayan a templar gaitas, o con el cuento a otra parte. Para su propia organización lo mejor es la oposición, sólo desde la oposición el Partido popular podrá regenerarse y “ser fuerte”.

Ante este panorama, a estos tres Iluminatis de la política nacional, no les queda más que sentarse y repartir sus miserias,  en forma de Gobierno, pacto de perdedores, o como lo quieran llamar. Un gobierno que tendrá fecha de caducidad y los días contados.

Mientras tanto,  Génova sigue afinando sus cítaras por si la política le diera la oportunidad. No se da por enterado el Partido Popular que lo mejor es que se vayan a templar gaitas, o con el cuento a otra parte. Para su propia organización lo mejor es la oposición, sólo desde la oposición el Partido popular podrá regenerarse y “ser fuerte”. Pasar página a una generación de políticos quemados y a estas horas más que amortizados.  Los esfuerzos de Moncloa por mantener el “status quo”, suenan ya a chirigota gaditana. El tiempo y la corrupción los ha atrapado y ya no son fedatarios de su propia realidad. De nada les sirve atacar a Casado, Levy, Maroto y los nuevos valores del Partido Popular, ellos representan lo mejor de la militancia, y la nueva savia que  está llamada a devolver al Partido Popular a la senda del poder político. Corramos un tupido velo, no sin antes desear a la justicia que dirima cuanto antes las responsabilidades  si así las hubiere.  A mí sólo me queda, respetar la presunción de inocencia penal,  pero como  militante, si me veo en el derecho a  exigir la responsabilidad política de  todos los señalados por la justicia. Nuestros dirigentes políticos, al igual que en las democracias europeas más avanzadas, deben aprender a conjugar el verbo dimitir. Es hora de dar ejemplo, y no solo serlo, sino también parecerlo.

En Andalucía también toca reflexión, y Congreso. Frente a quienes opinan que aquí no toca Congreso, ahora toca más que nunca. Ya no más ninguneos a la militancia, ya no más dedazos.

El Partido Popular debe cerrar esta etapa con el Congreso Nacional más abierto, transparente y participativo que se nos ocurra, forma de volver a ser creíbles. En este partido cabemos todos, y todos debemos contribuir a renovarlo y enriquecerlo, no sólo por nuestro interés sino porque es necesario para la democracia española.

En Andalucía también toca reflexión, y Congreso. Frente a quienes opinan que aquí no toca Congreso, ahora toca más que nunca. Ya no más ninguneos a la militancia, ya no más dedazos. Tenemos banquillo, devolvamos la palabra a los militantes y que ellos decidan. Hagamos un partido abierto, democrático y libre, ya no valen los Congresos del 98,9% ni del 99,8%. No tengamos miedo a nuestras bases, ellas son nuestro ADN, son los ojos y manos de nuestro partido.

Somos legión los que ya lo solicitamos abiertamente. Por último, sería importante homenajear por última vez y como se merece a D. Javier Arenas, último servicio al Partido Popular, y no aceptemos que quiera estar el día después pase lo que pase, y esté quien esté…

*Antonio Varflora es un seudónimo empleado por un veterano militante del PP en Andalucía.