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Day in, day out

Asistimos a un dudoso ejercicio de funambulismo de los poderes del Estado en cuanto se ha traspasado al Judicial parte de las competencias y obligaciones del Ejecutivo...

 

«Bomba que ha explotado ayer ante un país asombrado al ver la policía en la sede  de la libertad patria como en tiempos del teniente coronel Tejero custodiando a electos representantes del pueblo soberano, presos preventivos diecinueve meses».

 

 

Lo cantaba Eleanora Fagan Gough, más conocida como Billie Holiday y apodada Lady Day.  Una profunda melodía de jazz con los sonidos del contrabajo punteando el texto. ¿Oisteis?. Las notas se escapan a los altos escayolados techos pintados del Salón de los pasos perdidos del  antiguo convento de las Salesas Reales. Perdidos los pasos que no van a ninguna parte porque sus salidas conducen a la satisfacción de los satisfechos y a la confusión y desespero de los desconcertados.

Day in, Day out. Día dentro, día fuera.

Desde que el general Franco murió y su régimen orgánico pasó a ser democrático y los padres constituyentes propusieron a los españoles vivos entonces el texto de la  Constitucion y éstos, mayoritariamente, votaron su conformidad, la soberanía reside en el pueblo y se ejerce a través de representantes en las Cortes generales. Congreso y Senado. Los otros poderes del tripartido y garantista esquema dividido y divisorio que el señor de Montesquieu declaró que era el que homologaba los organismos vivos menos salvajes de los políticamente existentes, están más o menos vinculados a él y dependen de él. Porque las Cortes generales, sus integrantes elegidos por los soberanos ciudadanos españoles dictan las leyes que plasman él como y él cuando del caminar común.

Day in, day out. Día dentro, día fuera.

Esto es,  al Ejecutivo, lo elige, norma, sostiene, deviene y destruye el Legislativo. Las Cortes generales. Esto es, al Judicial lo norma y da pautas de obligado cumplimiento el Legislativo. Las Cortes generales. Ejecutivo y Judicial atemperan sus pasos al ritmo creador o destructor de vigencias normativas de obligado cumplimiento. Tan es así que los jueces son funcionarios públicos con régimen de tales y ejercen el Poder Judicial al sentenciar tras escuchar y ver lo que los ciudadanos les presentan. Pero cuando por propia conveniencia  abandonan su función ,  pasan a ser funcionarios o administradores del Legislativo, cosa que no pueden hacer los diputados y senadores ciudadanos del común que no sean funcionarios, cuando ya no los elige nadie. Recordemos tales privilegios  a la hora de razonar.

Day in, day out. Día dentro, día fuera.

Hemos sabido y podido ver a los cuatro diputados y un senador electos en las últimas elecciones generales del 28A por partidos catalanes, presos por resolución del Tribunal Supremo, privados preventivamente de libertad desde octubre de 2017, conducidos desde la prisión al Congreso de los Diputados o al Senado, primero para recoger el acta y credenciales y al siguiente día para participar en el acto de constitución de la nueva Legislatura, la XIII de este periodo democrático de la Historia de España.

Day in, day out. Día dentro, día fuera.

 

Estamos, creo, en una peligrosa situación para la convivencia territorial de las Españas y para el avance político, social, legislativo y humano de quienes habitamos esos territorios.

 

Asistimos a un dudoso ejercicio de funambulismo de los poderes del Estado en cuanto se ha traspasado al Judicial parte de las competencias y obligaciones del Ejecutivo, lesionando entre éste y aquel al prestarse a subir al trapecio sin red, las de Legislativo que es la sede visible de la representación corporal de la soberanía nacional que reside en el pueblo. Y el pueblo está hecho de personas, no de corporaciones, ni entidades.  Situación que ha llevado a que parte de esos ciudadanos en elecciones libres y garantistas ética y democráticamente, hayan elegido para representarlos en las Cámaras a personas presas preventivamente por orden del Poder Judicial a instancias de un Fiscal general designado digitalmente por el Poder Ejecutivo que se apresuró a hacer saber al universo mundo que así se mostraba el Estado de derecho.

Day in, day out. Día dentro, día fuera.

Me parece disparatado jurídica y políticamente que el más alto tribunal de un país miembro de la Unión Europea mantenga diecinueve meses en prision preventiva, sin condena alguna y por indicios de hechos aún no probados ni calificados en igualdad de armas, que no destruyen la presunta inocencia, garantizada constitucionalmente de esas personas encarceladas, a dirigentes políticos a quienes se acusa por los mismos fiscales que hicieron derivar las responsabilidades políticas del Ejecutivo utilizando la vía de la querella para depositar una bomba de relojería en las manos de los magistrados de la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Bomba que ha explotado ayer ante un país asombrado al ver la policia en la sede  de la libertad patria como en tiempos del teniente coronel Tejero custodiando a electos representantes del pueblo soberano, presos preventivos diecinueve meses. Bomba de relojería que continúa hoy con los escritos intercambiados e intercambiables entre el Legislativo y la Sala Segunda y la Fiscalía y esa misma Sala para evitarse el bochorno ante Europa y el TEDH de suspender en sus funciones a los electos que tomaron posesiones ayer.

Day in, day out. Día dentro, día fuera.