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De la Torre y familia meditan si volver a ser alcalde de Málaga

Contra todo pronóstico el PP de Málaga le ha pedido formalmente a Francisco de la Torre que vuelva a ser candidato a la alcaldía en junio del año que viene. El alcalde actual de Málaga, con tres mayorías absolutas a sus espaldas y casi 18 años en el sillón de primer edil, de aceptar el reto y volverse a presentar acabaría su mandato con 80 años.

Desde hace años que en los cenáculos políticos de Málaga se habla de la era post De la Torre, de quien le sucedería en el liderazgo social y político de la derecha en la segunda capital de Andalucía.  Ni que decir tiene que en todas las quinielas el nombre de Elías Bendodo ha venido figurando como incuestionable número dos del partido, desplegando una gran actividad política de promoción personal desde la presidencia de la Diputación Provincial.

Pero ha sido Bendodo precisamente quien en estos días ha dado el paso para pedirle oficialmente a Paco de la Torre que vuelva a ser candidato en 2019. A esta circunstancia hay que añadir el hecho de un distanciamiento personal y político evidente desde hace tiempo entre ambos dirigentes populares. Tienen los dos una fuerte personalidad y les une que, ambos, se quieren y se admiran exageradamente a sí mismos. De la Torre ha pedido un mes de tiempo para dar su respuesta al ofrecimiento. Compás de espera pues.

Es lógico, por tanto, preguntarse qué ha podido suceder en el PP de Málaga para esta inesperada revirá con el cartel electoral del año que viene.

 

 

De la Torre quizás sea el político español en activo que más años lleva ocupando responsabilidades públicas de forma ininterrumpida.

 

 

De la Torre y su familia, desde hace tiempo que hablan de su retirada definitiva de la primera fila de la política. Entró en la vida pública con 29 años, en 1971, nombrado entonces presidente de la Diputación de Málaga, cargo que desempeñó hasta 1975. Su buena relación con la familia del entonces gobernador civil franquista fue, según distintas versiones, clave para el ascenso político de aquel apuesto y joven malagueño, Licenciado en Sociología y Doctor Ingeniero Agrónomo, nacido en el barrio de la Victoria.

De la Torre quizás sea el político español en activo que más años lleva ocupando responsabilidades públicas de forma ininterrumpida. Lo ha sido todo en su vida política y no siempre estuvo encuadrado en la derecha, derecha. Más bien sus raíces ideológicas hay que encontrarlas en aquella socialdemocracia de derechas que lideró Paco Fernández Ordoñez. Fue un hombre que evolucionó, que siempre fue considerado como un demócrata de los de primera hora y en su colección de tarjetas de visita se encuentran cargos como Consejero de Economía de la Junta preautonómica, Senador, Diputado y Alcalde. Militó en diversos partidos como el Partido Andaluz Socialdemócrata, la Unión de Centro Democrático o en el PP desde 1982. Pese a su evolución política, siempre en defensa de los derechos y libertades, quienes han tratado a Paco de la Torre reconocen que es un hombre muy individualista, que le gusta mandar y que no se considera un hombre de partido al uso. Tiene, además, un punto de orgullo capaz de influir en su estado de ánimo y en la toma de decisiones, por muy importantes que sean.

En este punto es donde muchos creen en Málaga que se encuentra el tablero donde la derecha se juega el seguir gobernando la ciudad y la provincia. El gesto de Bendodo, reconociendo públicamente a de la Torre como la persona que el partido quiere que continúe, es interpretado como un gesto ladino de cariño y respeto, confiando quizás que con esa argucia Paco de la Torre se dé por satisfecho y mantenga la idea de abandonar la primera línea dando paso a Bendodo. La mujer del alcalde, Rosa Francia, está siendo una de las voces más influyentes que le recomiendan, en privado y en público, la retirada definitiva y su opinión junto a la de sus hijos parece que podría ser determinante en la decisión final.

 

Le tocó hace 18 años modernizar Málaga, ordenar la nueva ciudad que se ha desarrollado frente al mar en zonas antaño fantasmales y abandonadas que un día fueron reflejo del desarrollo industrial de Málaga.

 

Es, por tanto, muy probable que el ofrecimiento de repetir como candidato a de la Torre se quede en un gesto de deferencia del partido, un reconocimiento a su trayectoria y, de paso, atraerle para que apoye a quien le suceda, esto es Elías Bendodo, especialmente en una campaña donde no parecen estar las cosas muy a favor de que el PP mantenga su hegemonía. El fenómeno Ciudadanos convierte el escenario electoral en una gran incógnita, de hecho el PP gobierna Málaga en virtud del apoyo de Cs.

De la Torre accedió a la alcaldía en el año 2000 sin ser candidato en las elecciones que ganó Celia Villalobos. Tras el nombramiento de la mujer de Pedro Arriola como ministra de Sanidad, corrió la lista municipal malagueña y fue cuando recayó la alcaldía en el número dos, Paco de la Torre que era, además, el delegado de Urbanismo..

Le tocó hace 18 años modernizar Málaga, ordenar la nueva ciudad que se ha desarrollado frente al mar en zonas antaño fantasmales y abandonadas que un día fueron reflejo del desarrollo industrial de Málaga. Para esta misión Paco de la Torre recondujo las relaciones políticas con la Junta de Andalucía en Sevilla, hallando en los socialistas un apoyo similar al que le hubiese otorgado a los proyectos de Málaga un gobierno del PP. Suavizar y atenuar la confrontación de las dos capitales andaluzas, quizás sea uno de los activos políticos de los que pueda presumir de la Torre tras casi dos décadas como alcalde malagueño.

A los populares malagueños no solo se les abre la incertidumbre con la figura de quien puede dejar de ser alcalde, también con los efectos que pudiese producir en las municipales una nueva derrota del PP en las autonómicas – bastante probable según los sondeos– que irán por delante de las municipales y que seguramente volverá a liderar y perder el también malagueño Juanma Moreno Bonilla.