_María del Carmen, ¿has visto la chirigota de las suegras, la del Selu?
_Sí, es muy simpática, pero ¡hay que ver cómo pinta a las suegras! Ni que fuéramos demonios. Te aseguro que eso no es así siempre. Que me lo digan a mí.
_Por supuesto, niña, que tú con tu nuera uña y carne, ¿no?
_Mira, para mí como una hija y yo para ella como una madre.
_Mujer, pero de vez en cuando habrá algún roce…
_Por supuesto, ya lo dijo la película aquella: “Nadie es perfecto”.
_Porque hay que ver lo guapa que es tu nuera. ¡Tiene una belleza exótica…!
_Bueeenoooo, guapaaaa, guapaaaa, no es, María Auxiliadora, lo que pasa es que siempre se ha sacado mucho partido.
_Sí, ya sé que no es muy alta…
_¿Muy alta? Yo un día siendo novios le dije: “Hija de mi vida, con lo recortaíta que eres y la peazo peana que tienes”. Que gasta un 39 la criatura. Claro que fue y lo cascó.
_¿Y tu hijo qué te dijo?
_Me dijo que para presumir de haber estudiado en un colegio de monjas tenía muy poca caridad cristiana, pero yo lo paré en seco y le dije: “Niño, ¿a ti no te gusta tanto la novela del XIX? Pues lo que tu madre, que soy yo, ha hecho ha sido describir a tu novia, una descripción en toda regla. Vamos, como don Benito Pérez Galdós.
_¿Y él qué te dijo?
_Pues que tenía mucha letra menúa, como el escritor, claro.
_Oye, ¿estarás loca con la nieta, no?
_Sí, pero no la veo.
_¿Y eso?
_¿Eso? Pues mira, tú sabes que yo siempre he sido una persona que he respetado a los demás y que soy librepensadora y todas esas cosas, pero a la niña le han puesto India.
_¿India como el Gandhi o como los indios aquellos, Los Tabajaras, los del cóndor, que una estaba deseando que pasara el cóndor?
_Sí, pasó, pero luego llegó la gaviota. ¿Será por animales, chiquilla?
_Aves …Y entonces, ¿no la ves?
_ A ver, yo siempre he dicho que cada uno en su casa y Dios en la de todos, pero que cuando la niña venga a la mía yo la voy a llamar María del Carmen, Carmen o sus sucedáneos. ¿Te quieres creer que a una niña que se va a criar en la Puerta Osario le pueden poner India? Eso es levantar los paños del altar, María Auxiliadora.
_¿Y entonces?
_Pues nada, que dice mi hijo que mi nuera se ha apuntado a Meditación y todas las clases las empieza diciendo: “Mi suegra es encantadora”, un mantra de esos. Fíjate en qué lugar me dejan a mí, que como me líe la manta a la cabeza…
_Tú, tranquila, María del Carmen, que como empieces con los lexatines no acabas.
_Con lo que me gustaba a mí la niña de María del Robledo, pero mi hijo decía que era muy intensa.
_Intensa debe ser porque se ha hecho de Podemos, sector Pablo Iglesias.
_Sí, por ese lado hemos escapado bien. Resignación, niña. Pero una cosa te voy a decir, María Auxiliadora, que quitando esa minucia, a mi nuera la trato divinamente. ¿No es lo que ha elegido mi hijo? Es más, para que veas lo buena gente que soy, creo que toda aquella suegra que ofendiera u ofendiese a su nuera, debería sufrir condena, vamos, que cayera todo el peso de la ley sobre ella.
_¿Qué condena, niña?
_Pues una condenaaaa, un poner, como la del real jugador de balonmano o la de las tarjetas black, porque a mí es que me pone negra tanta injusticia.
_Pero, si…
_ Y no se hable más que ya está aquí la primavera.
*Clara Guzmán es Periodista.