The news is by your side.

Defensa, falta a lista

Pedro Pitarch
Pedro Pitarch

Aunque parezca que estemos “de nuevo” en campaña, no es cierto. Seguimos en la misma que se inició con las elecciones andaluzas de marzo 2015 y que luego se fue “remaquillando” para municipales, autonómicas, catalanas, generales, y otra vez generales (26-J, de momento). Pero que nadie tire ni el rímel ni el labial puesto que todavía quedan las vascas y gallegas para el otoño. En España hemos inventado el movimiento perpetuo electoral con un ya ajado discurso sostenido sobre tres puntales: “y tú más”; “vamos a ganar”; y, sobre todo, “la mano tendida” que seguramente acabará en epidemia de tendinitis aguda. Tangencialmente, asimismo se oye hablar de reparto de poltronas, de supuestas políticas de regeneración e, incluso, tímidamente, de programas.
Sin embargo, en este fandango en el que estamos inmersos, nada o muy poco se oye hablar o debatir sobre la defensa nacional. Falta a lista. Debe ser la normalidad de los nuevos tiempos en los que no escasean, en los niveles político y político-militar, estrategias nacionales rimbombantes, consejos nacionales o comisiones delegadas.

En España hemos inventado el movimiento perpetuo electoral con un ya ajado discurso sostenido sobre tres puntales: “y tú más”; “vamos a ganar”; y, sobre todo, “la mano tendida” que seguramente acabará en epidemia de tendinitis aguda.

Tampoco están ausentes programas especiales de armamento, que tienen la virtud de repartir la llamada modernización entre los Ejércitos y la Armada. Además —y esto lo sabe bien el ministro de defensa (ahora en funciones), señor Morenés—, tales programas mantienen a flote los negocios, especialmente los armamentistas (aunque quizás gastar en caviar, cuando no hay para pan, sea dilapidar). Lo ausente es precisamente lo que constituye la esencia y la razón de ser de las Fuerzas Armadas (FAS): sus cometidos. Sin éstos, o sin capacidad real para cumplirlos, los nuevos tiempos parecen poner en cuestión la propia existencia de las FAS.
Hasta el Nuncio sabe que la defensa nacional es hoy, para nuestra clase política, un asunto intrascendente y periférico, lo que supone una invitación a expresarse sobre ello. Sintetizando, resulta difícil comulgar con la rueda de que las necesidades defensivas de España se cubran con unas FAS meramente capacitadas para participar en algunas operaciones de paz, y en la vigilancia de los espacios de interés. Una situación que sugiere que pudiéramos estar acercándonos a una crisis militar. Claro que a lo mejor vienen los comunistas de solera coaligados con los “patrióticos” podemitas —con Julito a la cabeza—, y arreglan todo en un pispás.
Qué lío. De ahí, quizás, esa inesperada y en principio poco comprensible visita a España de un presidente norteamericano, el señor Obama, cuando éste ya está finalizando su mandato y con un gobierno en funciones en Madrid. Sospecho que en su actual estrategia global lo que al Pentágono más le interesa de España es Andalucía y, más concretamente, la comarca militar norteamericana Morón-Rota. Curiosamente, y como si fuera un mensaje “urbi el orbi”, en ella será donde Obama pisará por primera vez suelo español. Desde esa perspectiva, la visita de Obama cobra mucho más sentido.