The news is by your side.

Del ‘Duque’ de Palma al ‘Papa’ del Palmar

No vienen mal meditaciones anexas a estos sucesos contemporáneos, aunque la historia de la Humanidad esté repleta de casos similares y escritores como Tolstoi, Balzac o Blasco Ibáñez.

Ocurren coincidencias extrañas. Dos acontecimientos rodados por la vertiente surrealista de la mágica España, ambos relacionados con un par de ‘casi’ homófonas palabras: palma y palmar. El ex duque de Palma, hollador de alfombras palaciegas por un lado, y el ex papa del Palmar, también inmerso en los boatos necesarios en todo pontificado. Ahora y al mismo tiempo, cada uno a  una celda donde el barrido, los rígidos horarios, el olor a rancho  e incomodidades sin cuento─ amén de la pérdida de libertad─ les harán meditar sobre las cercanías de las glorias con las desgracias.

No vienen mal meditaciones anexas a estos sucesos contemporáneos, aunque la historia de la Humanidad esté repleta de casos similares y escritores como Tolstoi, Balzac o Blasco Ibáñez, por ejemplo, describieran las ambiciones  con admirable psicología.

 

Tal vez, los dos condenados lloren por un pasado de ditirambos entre los palmeos de un pueblo necesitado de poseer ídolos a cualquier precio para derribarlos después, claro. .

 

Aquel héroe balonmano patrio llevado en palmitas por vistosas casaderas y alguna infanta al grito alegre de: « ¡Ese es para mí!» O el otro, el pontífice ─gracias a dádivas institucionales de un anciano obispo vietnamita, más cerca del allá─, el cual saboreó el placer de los vítores de la feligresía palmareña e internacional en triunfales procesiones de palmas como hace 2000 años experimentó Jesús de Nazaret.

En cualquier caso, es palmario la llegada de sus palmas del martirio. Duro será una posible frase como esta: «Recluso Urdangarín, vuelva a tomar la fregona, échele un poquito de lejía, y vuelva a limpiar la celda…» O, dirigido hacia el ex papa: «Déjese de amenazar con hisopazos excolmulgatorios y haga mejor el camastro. Todavía no ha asimilado el fracaso de su estrategia y ya es hora: todo posee un tiempo contado».

 

Por todo ello y por mucho más, soy optimista en cuanto al futuro del turismo español y de la ficción literaria, siempre alimentada por la cruda realidad.

 

Pocos países podrán  ofrecer tamaña variedad de personajes y situaciones, como el record de la brevedad ministerial, desposeído de la ansiada cartera. Sería un placer escuchar los comentarios de un resucitado Don Miguel de Cervantes por estar llena su novela de encantadores: el cura, bachiller, sobrina…, todos decididos a salvar a Don Alonso del demonio quemando sus libros, aunque tal vez hoy satanás sea una jauría, según se lee. ¡Menudo material dispondría Don Miguel para actualizar una crítica a la monarquía, la nobleza, las desigualdades sociales, las injusticias, los jueces y al clero!

Cervantes establece desde el principio  la incertidumbre. Incertidumbre autoral, nominativa, genérica y una crítica al galope de la imaginación, dándole una ‘segunda realidad’ al aparente hecho real.Pues bien, desde un buen deseo de paciencia para el par de víctimas ambiciosas o irreflexivas, una a punto de dinamitar la dinastía borbónica y hacer imprecar a su cuñado en arameo, y el otro pulverizador del mito de las sillas gestatorias tridentinas para sus numerosos seguidores canadienses, suizos y otros, dispuestos hasta la muerte a soltar millones a cambio de salvaciones eternas.