The news is by your side.

Demetrio Carmona declarado inocente en el ‘Caso Tres Reyes’

Por su interés informativo reproducimos íntegra la sentencia que consta de 46 folios.

 

El Abogado del Estado de Almería, Demetrio Carmona del Barco, ha sido absuelto y declarado inocente en la sentencia que la Audiencia de Almería ha dictado hoy, seis años después de que estallase el llamado Caso Tres Reyes. Junto a él también ha quedado liberado de cargos el abogado Rogelio Vargas.

Este caso, fue  bautizado por la GC por la película del mismo titulo, donde también un comando intenta robar un «tesoro» iraquí.

Los abogados Carmona y Vargas, junto a cinco personas más, fueron acusados por la Guardia Civil de ser miembros de una ‘banda criminal organizada’, argumento que la sentencia acaba de desmontar definitivamente.

“Es evidente y palmario que no se dan los requisitos que hemos mencionado, pues no hay estructura alguna entre los siete acusados, algunos de ellos apenas se conocen, como se ha visto a lo largo del estudio de los otros delitos no podemos llegar ni siquiera por sospechas de la existencia de objetivos comunes, pues parece que por un lado iban Abad y Morales y por otro Mateos y Flores. No se aprecia división de funciones, ni jerarquía, ni como decimos una mínima coordinación, más allá de alguna frase en la que Flores dice aquello que nos lo vamos a repartir todo, pero que no sabemos en qué contexto ni con que finalidad y a que hacía referencia. Entendemos que los hechos que se condenan son aislados y fuera de una mínima organización que nos lleve a condenar por grupo criminal”.

 

Piropos por una instrucción de 16 meses

Pese a que con este pasaje de la sentencia la instrucción de la magistrada Alejandra Dodero (la misma que ha presidido la vista oral del niño Gabriel) queda pelín en evidencia, por haber sustentado desde el inicio de la causa la existencia de un ‘grupo criminal’ y analizando por tanto los delitos en base a este supuesto, la Sala aprovecha y se deshace en elogios para la rápida instructora, hoy compañera magistrada en la misma Audiencia Provincial que quienes dictan la sentencia:

“Si trasladamos toda esta doctrina al caso presente hemos de señalar en primer lugar que en la fase de instrucción sólo podemos hacer el comentario que se trata de un trabajo ejemplar para la complejidad de la causa, pues con siete acusados, siete delitos y tres acusaciones particulares se remite a los Juzgados de lo Penal el 11 de julio de 2014, es decir, unos 16 meses después desde que se denunciaran los hechos”.

«La cacería de Demetrio», artículo publicado en Ideal de Almeria el 9 de febrero de 2014.

 

La sentencia que absuelve al hasta ahora ‘principal encartado’ del Caso Tres Reyes, cuyo texto íntegro reproducimos más abajo por su interés informativo, es el lavado de cara a una instrucción bastante singular y según las defensas “marrullera e intencionada” por parte de los agentes actuantes. Una sentencia que obvia el contexto y el trasfondo social y político de Almería, que también tuvo su participación y donde la corrupción en la administración pública, estuvo latente desde el minuto uno de esta historia. Claro que judicialmente eso no cuenta.

 

Consecuencias de una investigación prospectiva

La absolución de Carmona, seis años después de estar apareciendo como un delincuente en la portada de La Voz de Almería, editora obsesionada por destacar a Carmona como jefe de la banda de los Tres Reyes, viene a dar la razón a quienes han venido sosteniendo en estos años que la Justicia estaba permitiendo en este procedimiento mezclar churras con merinas, basando todo el sumario en unas escuchas telefónicas que, al final, fueron impugnadas porque no estaban todas, las habían editado y el tribunal decidió no tener en cuenta la prueba de las escuchas en su conjunto, pese a todo defendió las bondades para ambas partes. Mejor así, porque de haberlas oído – todas las que se realizaron en aquellas semanas, como pretendían las defensas – hubiese llamado especialmente la atención la llamada desde Madrid de un alto cargo de la G.C. a su viejo amigo de Almería Demetrio Carmona, cuyo teléfono estaba intervenido, donde ya le advertía, como amigo y en confianza, que todo era un despropósito, un montaje y que tuviese cuidado porque iban descaradamente a por él.

Carmona y sus dos socios almerienses procesados fueron tan engañados como las supuestas víctimas finales que denunciaron ante la G.C.  ¿Los malos? los capitaneados por José Antonio Mateos Acedo, el mismo que dice la sentencia que engañó a todos diciendo que era capitán del Ejército y agente del CNI. El tribunal reconoce que Mateos Acedo se vestía habitualmente con uniforme de capitán, pero también dice que nunca perteneció al Ejército. Así al menos lo dice un papel sellado por Defensa en el procedimiento.

 

Ejercito y CNI, alejados de la causa

Conviene resaltar que también en la sentencia, como sucedió a lo largo de la instrucción, se realizan notables esfuerzos por alejar, cuanto más mejor, al Ejército y al CNI de todo este embrollo de los dinares iraquíes, tan falsos como los espías de Almería. Breves comunicaciones por escrito de Defensa y del CNI bastaron para desaparecer de la causa, tesis que la Guardia Civil mantiene en las diligencias desde el primer momento, solo por olfato, sin ningún papel que lo sustente en esos primeros momentos. Sin duda el sargento y sus guardias fueron más listos que Carmona y Vargas a la hora de detectar a los falsos espías. Leyendo en la instrucción cómo se manifestaba Mateos Acedo en los interrogatorios de la G.C., como se refería críptica y ambiguamente a su supuesta pertenencia a un servicio de inteligencia, es fácil llegar a la conclusión que su testimonio solo bordeará un supuesto estatus en «la Casa», nunca reconocerá su pertenencia, de la misma forma que protege la privacidad el CNI a sus agentes y exagentes. En este caso concreto, tras publicar mi primera crónica sobre el caso, el Portavoz del CNI me llamó para desmentir que el Sr Mateos Acedo perteneciese o hubiese pertenecido a «la casa».

Quizás esto explique por qué en el trámite de instrucción se negó la presencia de determinados testigos propuestos por las defensas. Por ejemplo, se rechazó a un Sr. de Madrid, amigo y compadre de Acedo, el mismo que me confesó en su día por teléfono que hacía tiempo había estado comiendo en el Tribunal Supremo con un conocido magistrado y el   “capitán” Acedo y según este testigo su acceso a los magistrados era fácil porque llevaba labores de contrainteligencia en la sede del tribunal. ¿Era verdad o mentira ese acceso rápido del supuesto militar al TS? Nos quedaremos con las ganas de saberlo. Tampoco se volvió a saber nada de uno de los intervinientes en los hechos de forma presencial, no activa y al que se le menciona como agente de la CIA, muy interesada, decían, en negociar la recuperación de millones de dinares falsificados por EEUU para socavar la economía del Iraq de Sadam en la primera guerra del Golfo, parte de esos billetes guardaba en una nave de seguridad el primer denunciante del Caso Tres Reyes, el empresario ejidense Manuel Rodríguez Lozano.

 

Cuatro de los siete procesados en el Caso Tres Reyes en una imagen tomada el 30 de julio de 2013: Angel Morales, Rogelio Vargas, Demetrio Carmona y Josep Abad.

 

Demetrio Carmona, entre todos lo mataron… civilmente

Demetrio Carmona, católico y de derechas, con 25 años al frente de la Abogacía del Estado en Almería, antes de 2013 ya era un objetivo a batir no se sabe muy bien por quién o quiénes.

La tesis más extendida es que el fuego fue rachado y desde distintas trincheras por diferentes motivaciones. Se dijo que los que apretaron finalmente contra él fueron algunos compañeros funcionarios de Hacienda, a los que Carmona habría pillado con las manos en la masa tiempo atrás y se la tenían jurada. Mamoneos varios, corruptelas y siempre con beneficios monetarios de por medio. También se apunta a Estanislao Berruezo, el poderoso empresario de Tíjola, con grandes amistades y contactos, especialmente en el seno de la Guardia Civil. Berruezo, que ya apareció implicado en la Operación Lila o condenado recientemente por agredir a un guardia civil del Seprona, fue socio de la familia Carmona y precisamente fue en este contexto donde se producen las amenazas para que pague lo que les debe, amenazas efectuadas por José Abad de las que dice la sentencia que Carmona no fue conocedor y así lo reitera al referirse a la comisión de diversos delitos enjuiciados en esta causa.

El empresario catalán José (Josep) Abad Marcos – al que la Guardia Civil mencione como ‘Giuseppe’ en sus transcripciones – es un hombre muy bien relacionado con el PP catalán de García Albiol, siendo amigo personal entre otros de Alberto Fernández Díaz hermano del que fue ministro del Interior. En Almería Abad también conocía al alcalde Luis Rogelio Rodríguez Comendador, al presidente del PP y de la Diputación Gabriel Amat y al Sub Delegado del Gobierno Andrés García Lorca con los que se llegan a reunir para denunciar las tramas de corrupción que, según ellos, campaban a sus anchas en la administración periférica del Gobierno PP en Almería.  Tampoco se hace referencia alguna a la visita de Carmona al Ministerio de Justicia para entrevistarse con el ministro Alberto Ruiz Gallardón, entrevista organizada por Acedo que no llega a celebrarse por un imprevisto y que «el capitán» anula en las mismas escaleras del ministerio, a escasos metros del despacho del ministro. Nada que salga de los limites de Almería y Málaga interesa al relato de la verdad judicial.

Sumen a todo eso que este procedimiento ha tenido en estos años hasta tres señalamientos, suspendidos fundamentalmente por problemas de agenda de las defensas, dilaciones indebidas que han beneficiado claramente a los condenados al ver rebajadas las penas tal cual contempla la Ley. “Por ello ­– dice la sentencia – la única causa que se puede reprochar a la Administración de Justicia, y que adelantamos que sólo nos permite la aplicación la atenuante de dilaciones indebidas como ordinaria, es el periodo aproximadamente de un año que se produce en los distintos señalamientos que hace el Juzgado de lo Penal nº 3, debido única y exclusivamente a razones de agenda, aspecto que no deben soportar los ciudadanos que se ven implicados en una causa penal como acusados, ni tampoco los que denuncian como supuestas víctimas de un delito”.

 

Una injusticia bajo el paraguas de la Justicia

Lo cierto y verdad es que nos encontramos ante un nuevo caso de injusticia cometido al amparo del aparato judicial español en la perdida Almería. Demetrio Carmona fue cesado al día siguiente de presentar el empresario Manuel Rodríguez su denuncia contra los supuestos agentes del CNI, los mismos que les había presentado Demetrio porque querían comprarle los dinares y él encantado de hacer negocio. La entonces Directora General de la Abogacía del Estado, Marta Silva Lapuerta, hija del ministro de Franco Federico Silva Muñoz y sobrina del tesorero del PP Álvaro Lapuerta, actuó disciplinariamente en base a los titulares de la prensa del día después de las detenciones y así lo reconoció en su escrito de comunicación del cese a Carmona. Posiblemente haya sido el caso en estos años en el que una administración del PP haya actuado con mayor celeridad ante la imputación judicial de uno de sus cargos públicos.

Tras el cese de la jefatura en Almería fue trasladado a la Abogacía en Granada, como uno más del equipo. Demetrio Carmona ha sufrido en carne propia el repudio de un sector pudiente de la sociedad almeriense en estos cinco años. Se ha visto desacreditado, vilipendiado, criticado, arruinado, convertido en un cadáver civil arrastrado por los mentideros. Solo se acercaron a él en estos años los más humildes, aquellos a los que ayudó y aconsejó desde su puesto de abogado Jefe durante tantos años.

Hoy, esta mañana, ha conocido la sentencia que él esperaba impaciente hace tiempo para intentar de una vez hacer borrón y levantar cabeza. Pero estaba triste, solo ha contestado con cuatro palabras a un wasap de felicitación por su sentencia: “Pero es una vergüenza”. Ciertamente lo es.

Una sentencia que probablemente llegue al Supremo en casación, pero que de momento viene a poner a cada uno en su sitio. Mientras tanto los abogados miran con lupa los cuarenta y tantos folios de la sentencia, parece que hay materia sobre la que recurrir según las partes.

Deseando ver mañana algunas portadas de la prensa en Almería para comprobar la capacidad – o no–  de algunos para digerir sapos mañaneros.

 

LA SENTENCIA

‘No hay estructura alguna entre los siete acusados, algunos de ellos apenas se conocen’.