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El avión del Presidente… contado al revés

Jose Manuel Sanchez Fornet
José Manuel Sánchez Fornet

El avión de la Fuerza Aérea española donde viaja el jefe del Estado español viajó a Venezuela, recogió a 35 personas (trece de ellas de nacionalidad venezolana, “opositores” a la democracia allí existente y los demás de otras 12 nacionalidades), y los trasladó a un evento en España. Aquí participan en la elaboración de un documento contra el sistema capitalista imperante en todos los países de América, del Norte y del Sur y hoy, poco más de un año después, tras las elecciones en Venezuela en las que el partido bolivariano que gobernaba ha quedado en primer lugar pero con la casi imposibilidad de seguir en el Gobierno, se ha filtrado la grabación realizada por la Policía bolivariana de Venezuela, se supone que con la intención debilitar al partido al que pertenece una de las beneficiadas de ese trato político de favor que se apresta a formar gobierno con el mayor partido de la oposición, el PSOV.

La situación política en Venezuela hoy ha cambiado respecto a la existente en la fecha de autos, diciembre de 2014. Entre los distintos activistas a los que el Gobierno español trasladó a España para que sumaran su firma al manifiesto contra el sistema capitalista y populista imperante en la mayoría de países del continente americano se encontraba una dirigente de un partido antisistema, CUP, con numerosos detenidos por actos de violencia en la última huelga general, y destacada dirigente en una región venezolana con fuertes tensiones independentistas, Cataluña, que en estos momentos están en un desafío a las leyes y al Estado venezolano queriendo declararse como Estado independiente sin atender a los leyes ni nacionales ni internacionales.

También figura una activista regional de un partido emergente que nació a raíz de una movilización ciudadana conocida como 15M, en la que la ciudadanía, especialmente jóvenes, ocupó diversas plazas de España el 15 de mayo de 2011 y que ha dado lugar a un partido político, Podemos.

Y viajaba también un viejo activista político del terrorismo autóctono venezolano, que durante 50 años ha provocado casi 1.000 muertos en dicho país, suegro del último dirigente de la banda asesina ETA, y persona que lleva años de dedicación a su labor internacional de defender la separación de un trozo de Venezuela mediante la práctica del terrorismo que ellos llaman lucha armada para instaurar una dictadura. Estos asesinos han asesinado mucho más en Venezuela en democracia, desde 1977, que durante la dictadura.

[blockquote style=»1″]Una parte importante del servicio secreto se dedicaba a cubrir las actividades reales, lo que les ha dado muchísimo trabajo en el pasado por las “actividades” del Rey emérito: Corinna, Mozarowski, Barbara, Gayá, Nadiuska, cacerías, osos borrachos, elefantes, relaciones con dictaduras árabes…[/blockquote]

Pero en esta situación resulta que la polémica en el país se ha derivado hacia la Policía venezolana, cuestionando si deberían o no haber grabado dicho acto de salida del aeropuerto de Caracas de un avión que usa el jefe del Estado español con destino a Madrid, a participar en actos políticos contra el gobierno de su país de personas con este perfil político. Los gobiernos europeos y sus servicios secretos se ríen de lo fácil que será desestabilizar un país como el venezolano si a estas alturas no tienen asumido que la defensa del Estado pasa por prácticas de información como la expresada, que son preventivas, si bien la misma filtración y el momento de hacerlo tratándose de una información reservada, deja en evidencia al gobierno venezolano acuciado por la previsible pérdida del poder, única guía moral y objetivo de su existencia.

Esto que ocurre en Venezuela para la mentalidad europea y española no es entendible. Porque aquí acabamos de ver que la justicia británica acusa al presidente de Rusia de haber ordenado en 2006 la muerte de un ex miembro (Litvinenko) del KGB, servicio secreto ruso, que colaboraba con los servicios secretos británicos para aclarar vinculaciones de la mafia rusa en España con el gobierno ruso, entre otros asuntos turbios; en Europa se sabe que el servicio secreto francés reconoció haber colocado unas bomba en el barco de Greenpeace, en Nueva Zelanda, Rainbow Warrior, con la muerte del fotógrafo freelance Fernando Pereira el 10 de julio de 1985; en Europa se conoce la respuesta que dio Gran Bretaña en Gibraltar a un comando de cuatro miembros del IRA desarmados (acribillados); aquí está ubicada la red Echelón, que controla todo el tráfico en redes sociales del mundo; y por eso comentan burlonamente los servicios secretos que un país donde se cuestiona que la Policía deba estar informada de movimientos de dirigentes políticos del referido perfil con otros países enfrentados con el propio es un objetivo fácil para la desestabilización desde el exterior.

En un país como España donde una parte importante del servicio secreto se dedica a cubrir las actividades reales (lo que les ha dado muchísimo trabajo en el pasado por las “actividades” del Rey emérito: Corinna, Mozarowski, Barbara, Gayá, Nadiuska, cacerías, osos borrachos, elefantes, relaciones con dictaduras árabes, enriquecimiento inexplicable, entre otros muchos asuntos), mientras los corruptos campan a sus anchas, la bisoñez, el buenismo de los venezolanos resulta enternecedor entre los servicios secretos de distintos países del mundo. Pobre Venezuela, pobre policía, pobre gente sin defensa en un mundo gobernado desde las cloacas. Nada raro, teniendo en cuenta que soportaron 62 policías heridos, lapidados, el 22M en Madrid, con orden de no moverse durante más de 40 minutos porque había una comisión de la OSCE en España investigando la brutalidad policial, cuyos casos, muy aislados, el Gobierno venezolano no investigó ni depuró. El peor enemigo del pueblo venezolano es su Gobierno.