El Caleidoscopio

El caleidoscopio pertenecía al abuelo, mágico instrumento acaparador de nuestras fantasías por sorprendernos continuamente con simetrías luminosas. Visualizadas las escenas, volvía a guardarse a la espera de nuevas entregas. La política me lo trae al presente, metáfora de alianzas simétricas, imprevisibles, para acabar a la búsquedas de antiguos enemigos para unirse contra los nuevos amigos; o escenarios para, draga en mano, mandar a los oponentes al hogar de Belcebú, más si antes nació entre ellos el eros en el mismo tálamo. Siempre ocurrió.

Mientras, disipados los más en hacer girar el cilíndrico instrumento, absortos en las hipnóticas simetrías y  esperanzados en el hallazgo de alguna nueva, no reparamos en los problemas cotidianos. Por otro lado, instalados los próceres en dar vueltas ni siquiera atisban sus anhelos del mañana, viven al ritmo de rectificar compulsivamente, más pendientes de las ocurrencias del contrincante. Es vivir instalados todos en una huida hacia la fugaz nada.

Al menos, si hubiese meditaciones sobre las relaciones entre el pasado y el presente, tal vez, pensasen más los advenedizos políticos, muy bien pagados, para terminar al festivo albur del caleidoscopio.

El PSOE volvió a resucitar de su Otumba después de una noche triste en su Ferraz gracias a don Pedro, vencedor de barones rebeldes y de alguna emperatriz fatal para sus aspiraciones. Hoy, capturados con las manos en la masa, una pléyade de peperos pululan por recoger sus euros derramados, unos por fuera y otros negociando ayudas como lo hizo Cortés con los mexicas.

Cualquiera se pone ojiplático ante la triple alianza por su evidente inestabilidad, más un PP tarambana, ahora niño juguetón a la ‘gallina ciega’. Ya le queda tantear para atrapar al ave. No se lo deseo pero puede acabar ucedeado, mientras el PSOE se dedica al bello deporte de escoger a desertores.

En Andalucía asistiremos al parlamentario número de la cabra, aquella desgraciada girando sobre una diminuta peana justa para albergar sus cuatro pezuñas unidas y al ritmo de un tamborilero gitano. Al señor Moreno bien le vendría preguntarle al domador calé su técnica para sobrevivir gracias al generoso pueblo de entonces y deudor de impuestos ahora.

Unas miasmas mundiales de populismos y extremismos sin cuento impregnan a un mundo zarandeado por catástrofes naturales y economías tambaleantes. Para colmo, los gastos mundiales para modernizar y aumentar el armamento se disparan. Ya ha comenzado el señor norcoreano, el de los muy generosos pantalones a lanzar cohetitos para no quedar en el olvido del rubio mandamás…

A esperar otras elecciones, a despabilar a un personal deseoso de estar en otras cosas más divertidas aunque nos afecten y mucho los giros caleidoscópicos. Afortunadamente, el problema catalán lleva visos  de solución porque si el Vaticano acaba de nombrar al cura independentista Joan Planellas Barnosell, arzobispo de Tarragona, es cuestión de tiempo la llegada de la república. El departamento de estado de la citada institución sigue funcionando con pocos errores. Allí no usan los caleidoscópicos, prefieren los telescopios para observar con detalle las órbitas de los cuerpos traslúcidos y algún espía de confianza.