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El Caso Albox, material para los politólogos

Francisco Torrecillas, de los 300 votos a la mayoría absoluta. El Caso Albox.

 

Quizás algún día se estudie por los politólogos del futuro el caso Albox. Un pueblo de unos doce mil habitantes en la provincia de Almería, feudo tradicional del socialismo andaluz y enclave destacado de una comarca electoralmente controlada siempre por ellos y que han pedido en un quinquenio. ¿Por qué la han perdido?

Y será un caso digno de estudio para comprobar por qué una masa social de más de dos mil personas, son capaces de irse del blanco al negro sin pasar por la casilla de salida. O lo que es lo mismo, dejar de votar al PSOE para darle la mayoría absoluta a un Sr. de derechas de toda la vida, a quien el PSOE quiso utilizar hace casi tres años para que no gobernase el PP, tras la condena e inhabilitación del alcalde socialista Rogelio Mena. A Mena, tras cumplir condena, el PSOE lo volvió a colocar en las últimas listas, -lo del Código Ético ha brillado por su ausencia todo el proceso- pero ya nada sería igual, los miles de votos que el PSOE obtenía antaño se han quedado en unos 600. Mena, además, es un dirigente histórico de la UGT del metal, cuyo sindicato pese a conocer su trayectoria judicial no movió un dedo para apartarle temporalmente como hizo el PSOE al resultar condenado.

¿Qué ha pasado? Puede que el hastío y el asco del ciudadano de a pie haya sido el factor determinante para un vuelco tan espectacular. Pero para entenderlo algo mejor conviene una mirada atrás con los muchos errores que se han cometido en Albox por las fuerzas políticas y especialmente el PSOE, todo ello ayudados por las crónicas que Jorge Colipe ha enviado desde aquel enclave y que nos han ido narrando la fractura social en la que se ha sumado un pueblo por culpa, sobre todo, de la corrupción política.

 

Albox ha sido uno de los pueblos de Almería más mimado por la Junta de Andalucía. Que sus alcaldes fuesen miembros de la ejecutiva regional del PSOE ha ayudado mucho a la entrada de millones públicos en la localidad.

 

Tras la inesperada – por ellos- salida de Mena de la alcaldía convencieron al ciudadano Francisco Torrecillas, quien, con unos 300 votos y un concejal, él mismo, fue colocado por los socialistas en la alcaldía tras el denominado ‘Pacto de Aranjuez’ en el que participaron por el PSOE dos personas de la absoluta confianza de Susana Díaz y del partido. Por un lado, la entonces responsable de Política Institucional de la agrupación de Almería, Adela Segura (actualmente desaparecida en combate) y Rodrigo Sánchez Haro, a la sazón miembro de la ejecutiva provincial, asesor jurídico del PSOE, que lo dejó todo cuando Díaz le nombró su último Consejero de Agricultura por la cuota almeriense. El gran objetivo del pacto entre los socialistas y Paco Torrecillas, fundador de Alianza Popular de Fraga en Albox, hombre de derechas de toda la vida, no era otro que evitar a toda costa que el PP y su dirigente local Juan Pedro Pérez Quiles ocupasen el ayuntamiento y…levantaran las alfombras de verdad.

De hecho, el modus operandi del PP de Albox, como oposición al PSOE local, ha estado basado en llevar a los tribunales de Justicia todas aquellas cuestiones pestilentes que iban apareciendo en la administración municipal y, particularmente, la adjudicación de obras públicas a la empresa de un familiar del primer Teniente deAlcalde Francisco Pérez Conchillo.

 

El PP, durante años, se ha destacado por atacar la supuesta corrupción que habría carcomido a uno de los ayuntamientos más mimados por la Junta de Andalucía en Almería. Aunque en realidad, la primera en alzar la voz contra la corrupción del PSOE de Albox, salió desde dentro, la exconcejala socialista Esther Soto, que llegó a denunciar con nombres y apellidos a excompañeros que se lo estarían llevando bajo cuerda. Aquella investigación, llevada por  la Fiscalía Anticorrupción en Almería, quedó varada en un cajón y nunca más se supo pese a los indicios y evidencias hallados, todo ello ante la indisimulada indignación de los guardias de la UCO, verdaderos impulsores de las primeras investigaciones quienes siempre creyeron que en Albox había materia penal considerable. A Gázquez, fiscal Anticorrupción de Almería, consideró que no había lugar para abrir diligencias.

El último alcalde socialista de la localidad, Rogelio Mena, llegó a ser una estrella política fulgurante de no haber salido a la luz el judicializado ‘caso Rambla’, parece que un caso claro de corrupción política y económica. Por esa obra pública pidió papeles la oposición del PP y por negárselos acabó el alcalde imputado y condenado a no ejercer cargo público durante dos años.

Ido Rogelio Mena lo sustituyen por una socialista que, legalmente, no podía acceder al cargo de alcaldesa, según la Justicia, por no ser del partido que la presentó. Casi todos los concejales socialistas, cuando Mena fue condenado, optaron por darse de baja del PSOE y liberarse para estar solo a las órdenes de Mena. Todos estos chanchullos de bajas y altas, por supuesto se realizaron con la aquiescencia de la dirección provincial del PSOE de Almería dirigida por un gris funcionario llamado José Luis Sánchez Teruel.

 

Tras la dimisión de Sonia Cerdán, todo muy precipitado e inesperado, es cuando entra en escena Francisco Torrecillas que, como concejal entonces de CILUS-Linares, ostentaba el único sillón obtenido al margen del PP y PSOE en la corporación. Al veterano maestro, director del Instituto local durante años, se la pusieron en bandeja de plata: la alcaldía y con los socialistas gobernando, pero sin las siglas del PSOE. Por cierto, esas alturas del calendario político ya se sabía que ese era un paso sin vuelta atrás. Pero optaron por cualquier malabarismo con tal de que Pérez Quiles no entrase con la excavadora y el PP se apoltronase en un punto estratégico de la comarca para el PSOE.

 

Torrecillas con la vara de alcalde votado por los concejales socialistas que se habían borrado del PSOE de mentirijillas.

 

Quienes conocen a Torrecillas le definen como un hombre con carácter, de derechas, muy convencido y orgulloso de cómo es y lo que hace. Nada más arrancar el ‘nuevo equipo’ comenzaron las primeras disensiones internas no tardando Torrecillas en abandonar la disciplina y romper con los socialistas. Solo uno de los concejales se fue con él y empiezan a hacer cosas en el pueblo que saltan a la vista. Era el viejo modelo instaurado en su momento por Jesús Gil en Marbella, muchas macetas, mucha pintura y asfaltado y, en algún caso, pasándose la legalidad por el forro.

Por esa razón Torrecillas está, a día de hoy, investigado en una causa abierta en un juzgado comarcal por haber confesado públicamente que no había pedido licencia para una obra realizada en Albox porque sabía que no se la iban a dar.

No obstante, día sí día también, la página en la red social Facebook del propio Torrecillas estaba plagada de fotos, anuncios y comentarios sobre una nueva obra que el alcalde había ordenado realizar en el pueblo. Y lo que más llamaba la atención era comprobar como la oposición, salvo los jurídicos, se habían quedado sin argumentos políticos para combatir a un alcalde que, según algunos, podría estar militando en Vox.

De hecho, antes de las elecciones se cuenta en el pueblo que Paco Torrecillas mantuvo contactos con otros partidos para incorporarse como candidato, respaldado por unas siglas conocidas. Su gozo en un pozo, ni Cs, ni PP ni Vox se interesaron por el viejo y polémico profesor de Albox. Fue cuando tuvo que inventarse unas nuevas siglas ya que con CILUS mantiene un contencioso judicial por el uso de las siglas y la ocultación de correspondencia jurídica desde la dirección del partido. Este asunto también está en los tribunales y, de momento, todos los testimonios oídos en sede judicial señalan a Torrecillas como quien podría haber ocultado correspondencia en la que se le indicaba su situación de ilegalidad como alcalde al no representar a CILUS. Un conflicto, todo sea dicho de paso, que al propio alcalde le trae sin cuidado.

Llegaron las últimas elecciones y, oh sorpresa, el Sr Torrecillas obtiene mayoría absolutísima en Albox, bajando el PP y se descalabra el PSOE, con el recién nacido Rogelio Mena al que votaron algo más de 600 albojenses. Por cierto, que se sepa, a estas alturas el SG del PSOE, Tito Carrillo, no ha hecho amago por dimitir y asumir unas las responsabilidades políticas por una derrota tan estrepitosa que ha causado vergüenza entre el sanchismo almeriense.

Así, de la noche a la mañana, el PSOE-A se ha quedado sin el control político de Albox, mientras la derecha avanza electoralmente por la comarca.

Albox ha sido un pueblo muy presente en la mesa de la ejecutiva regional del PSOE andaluz desde hace décadas. Entre otras razones porque en el reparto congresual de sillitas provinciales, siempre el alcalde de Albox tuvo sitio guardado como Secretario de Ideas y Programas. Eso sucedió también con el antecesor de Mena, José García, otro dirigente socialista al que la justicia le ajusta las cuentas por casos de presunta corrupción como exalcalde.

Cuando estalló el primer petardo en Albox, a cuenta de la polémica de las facturas y contratos que pedía la oposición y Mena se negaba a darlos, Susana Díaz fue interrogada en Antena3Tv sobre la polémica de Albox a lo que dijo que se trata de peleas de pueblo por unos papeles.

Bien es cierto que poco después Mena era apartado de la dirección regional “temporalmente” se dijo oficialmente. Nunca más volvió e incluso abandonó la militancia en el partido.

Susana Díaz actuó porque supo de las andanzas del tal Rogelio y se enteró, además, que este señor viajaba a Madrid en coche del ayuntamiento más veces que a Almería. Y todo porque allí conoció a una mujer que acabó siendo contratada como jurista por el ayuntamiento, apareciendo también como su nueva pareja sentimental a la que dedicaba grandes piropos desde Facebook.

 

El alcalde Rogelio Mena estaba constantemente en Madrid resolviendo problemas de Albox, con dietas pagadas por el ayuntamiento. Luego la vanidad y las RRSS se encargaban de contarnos la verdad.

 

A la jefa del gobierno andaluz le horrorizaba la posibilidad de tener un “Monago” tan cerca, con lo duros que habían sido semanas antes los socialistas con el presidente extremeño, y fue cuando dio orden de que dejase la dirección regional con gran cabreo por el afectado.

Fue cuando Susana Díaz cometió su gran error con Albox, no hacer un seguimiento a todo lo que estaría por llegar, incluidos los procedimientos judiciales que siguen lentos pero vivos desde entonces. Dejó el tema en manos de su hombre de confianza en Almería, José Luis Sánchez Teruel, pusilánime dirigente, conocido por no haber ganado una elección el PSOE desde que manda en la S.G. del partido en la provincia.

Este caso también ha venido a confirmarnos como los partidos se sostienen en función de intereses de sus cuadros y dirigentes, nunca los de la gente de a pie, y que dependiendo de quién corte el bacalao – cuando lo hay- a ese es al que hay que seguir.

 

Torrecillas es un abuelo con energías y ganas que ha decidido pasar a la historia de Albox con letras algo más grandes de las que ya tenía reservadas como maestro. En la calle, me cuentan, la gente comenta “este hace cosas y no se lo está llevando como los otros”. Ese populismo, mezclado con las necesidades vitales de muchos ciudadanos, da votos. En un pueblo es muy fácil enganchar seis papeletas a cambio de que te coloquen una farola en tu oscura callejuela. Y esas cosas o parecidas ha venido haciendo a quien la mayoría absoluta de albojenses le ha dado todo el poder municipal.

En el PP ya deben de estar analizando qué les ha pasado, aunque la primera conclusión a la que deben de haber llegado es que sus paisanos no quieren a Juan Pedro Pérez Quiles de alcalde, que el PP necesita un cambio de estrategia y que en un pueblo como Albox los votos se consiguen poniendo farolas y asfaltando caminos de mala muerte, fruto de tantos años de reales o presuntos mangazos.

Imagen para la posteridad. Se cierra el ‘Pacto de Aranjuez’ que comenzó en esa ciudad semanas atrás entre Torrecillas y el PSOE de Almería. Susana Díaz tuvo puntual conocimiento de la alianza que después duró poco en el tiempo.