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 El complejidio

Se quiere guardar Juan Marín de quienes suelen gastar mucho rencor, estigmatizar todo lo ajeno y poner inconvenientes cuando el poder no les sonríe.

 

Juan Marín lleva mal ver al PSOE enfadado, y a Susana desairándolo cada vez que puede. Necesita corregir cuanto antes ese problema que le arrea su mala conciencia, porque cree que su cantera de votos socialistas merece algunos guiños y amables gestos, y procurar así evitar rencores.

Pareciera como si la imberbe política gubernamental del C’s de Juan Marín necesitara hacerse perdonar por cada paso que dio contra el PSOE andaluz para retirarlo de San Telmo.

Actúan tímidos, como disculpándose por el atrevimiento. Además de renegar de VOX desaforadamente, exagerados en postureo mediático recurrente aun habiéndoles aceptado sin escrúpulos su apoyo para presidir el Parlamento, Juan Marín ha dicho que no va a sacar la guadaña contra los eventuales incrustados que le dejara el PSOE de Susana. Es su manera de disculparse por haberles arrebatado el poder.

Esa meliflua forma de actuar en el poder sin parecer tan poderosos.

Al PSOE de todas las cosas, cuando llega a los sitios, le cuesta menos trabajo arrasar con lo que huela lo más mínimo al anterior partido gobernante. Nos lo demuestra la historia, con ejemplos recientes, José Félix Tezanos en el CIS, pongamos por caso.

Al PSOE no le tiembla el pulso para poner a los que tiene que poner y de patitas en la calle a todo el que pueda y huela a disidente ideológico. Además de llegar con el carné en una mano, son esos nombramientos quienes traen en la otra el decálogo o manual de instrucciones para tomar las primeras medidas de poder, de acuerdo con los intereses del PSOE. Se trata de llegar, sí, pero también de mostrar poderío socialista.

Andalucía no es un caso aparte, aunque sí es novedoso que no sea ya el partido de los socialistas quien ahora pueda nombrar y quitar.

C’s dice que no quiere parecerse a ese estilo, aunque no lo dice por hacer gala de una personalidad propia, sino por parecer amable para evitar rencor, estigmas e inconvenientes. Contra el PP lo llamaban maricomplejismo. Con C’s habrá que retomar el reproche, aunque se reinvente el acomplejamiento, un complejidio que se atisba, de seguras maneras.

Precisamente se quiere guardar Juan Marín de quienes suelen gastar mucho rencor, estigmatizar todo lo ajeno y poner inconvenientes cuando el poder no les sonríe. A los hechos me remito, don Agapito.

Hay quien añade a su razón que los exitosos ciudadanos de Rivera aún no encuentran cantera afiliada y titulada para replegar enérgicamente al régimen.

Seguro que los habrá sin afiliar, y de calidad técnica suficiente sin tener que apechugar con los vigías que deje el expoder perdido del PSOE de Susana.

O eso, o arrepentirse de ese buenismo así que pasen unos meses, y comprueben cómo es el dóberman del PSOE cuando ni come ni reparte a la costumbre de casi cuatro décadas seguidas de su hegemónica existencia política en Andalucía.

Será el principio de su fin, porque a la política del poder la debe de reforzar el poder del partido que sustenta al gobernante, y no el partido que amarró todo antes de irse a la democrática y constructiva oposición.

Díganme si no, ciudadanos de Juan Marín, qué explicación tienen a 36 años de hegemonía en Andalucía, si no hubiera sido por el poder del PSOE ganado a base de la lealtad que procura ser quien parte y reparte. Y déjennos de ingenuidades, que destejer lo tejido por el régimen no va a ser costura fácil. Ni sus pespuntes delicados.