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El ego

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Silvia de Carrión*

Una cosa es trabajarte el carisma y otra muy distinta es morir de amor con uno mismo, ojito que se puede morir de ego y se puede morir de amor. Y algunas personas matan el amor asfixiadas por su propio ego.

Ha llegado el momento de reconocer que, el carisma, esa magia especial, ese no sé qué, que qué se yo, ese charms que a todo el mundo atrapa y que te puede llegar a ser invencible frente a toda adversidad, es una arma de doble filo que como no la controles, se te vuelve en contra y se  desvanece. Entonces no queda nada, Ni amor, Ni carisma ni alma.

Atentos porque el carisma está tan de moda como infravalorado, como el sexo o el amor o una buena delantera, como casi todo en esta vida. Tan de moda casi como la tontería de parecer que eres interesante o imprescindible y tus cualidades solo dependen de las necesidades de tus seguidores para que te perciban como carismático, y te conviertes en lo que estamos asistiendo en nuestra actual escena pública: un mediocre que se cree que tiene poder porque hay una masa insatisfecha y terriblemente conformista que ve valores donde hay defectos y que ve aura donde hay oscuridad.

 

Atentos porque el carisma está tan de moda como infravalorado, como el sexo o el amor o una buena delantera, como casi todo en esta vida.

 

Y todo esto aplicado a todas las facetas y disciplinas de nuestras vidas da como resultado que seamos testigos de la injusticia de ver como, por ejemplo, se velan más por los propios intereses que por los intereses de la sociedad en su conjunto pisoteando las premisas filosóficas del bienestar en las formas de Gobierno. Tiene su explicación: somos vulnerables y manipulados por ese ente regular, débil, insignificante, que está en mitad de la nada y que oscurece al ente superior, extraordinario, excelente, genial simplemente por el hecho que le puede hacer sombra.

Si no, observen porque probablemente en el dia de hoy: o lloraremos  a mares o nos riamos a ratos; o toquemos fondo, o nademos con el agua al cuello, o seamos la estrella, o nos estrellemos, o seamos el rey del mambo o el mambo sea el rey, o nos querrán o nos odiaran. Nosotros mismos, O brillamos, o nos apagan la luz.

Por eso permitámonos brillar. Pasen y disfrute.

 

*Silvia de Carrión es Procuradora de Tribunales y Blogger.

@Nomentiendas