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El estigma de la pobreza perpétua

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Pese a ser una de las regiones europeas con mayor potencial, pese a su excelente clima, a la calidad de sus productos agrícolas y ganaderos, la laboriosidad de su gente, a su folklores y su alegría innata y al enorme acerbo cultural que atesora, Andalucía ha sido siempre una tierra en la que la miseria y la pobreza han echado raíces y han asentado sus reales como una especie de estigma que nos marca desde hace siglos. Los andaluces éramos esclavos de los cartagineses y romanos, fuimos sumisos ante el invasor árabe, pedigüeños y pícaros en la Edad de Oro, anafabetos integrales y, en épocas más recientes, sufridos jornaleros asalariados por poco más de un mísero mendrugo de pan diario del cacique o el terrateniente de turno. No me entiendan mal. De todo hay en la viña del Señor, pero una gran parte de la población andaluza respondía a estos paradigmas de atraso e incultura.

 

Me acuerdo que José Rodríguez de la Borbolla, a finales de los años ochenta, repetía sin cesar aquello de que en breve tiempo “Andalucía será la California de Europa”

 

Después de cuarenta años de dictadura franquista, donde las estructuras decimonónicas del poder perduraron, parecía que la llegada de la democracia iba a cambiar el destino de esta tierra. La consecución de la tan ansiada autonomía y el triunfo de una izquierda que llegó al poder a finales de los años setenta del pasado siglo permitían augurar un futuro más próspero en el que el sacrificio y la pobreza perpetua fuese erradicada de esta sociedad. Así lo señalaban en sus discursos los primeros presidentes socialistas de la Junta que prometían un futuro de rosas para una comunidad marginada cuyo desarrollo industrial había sido olvidado durante decenios. Me acuerdo que José Rodríguez de la Borbolla, a finales de los años ochenta, repetía sin cesar aquello de que en breve tiempo “Andalucía será la California de Europa”, mientras Manuel Chaves apostaba por una primera, segunda y hasta tercera modernización que nunca llegó al menos a los bolsillos de los ciudadanos, aunque parece que sí alcanzó algo esta lotería en forma de fraude de los EREs a señalados miembros del PSOE y sus familias y amigos.

Tras casi cuatro décadas de monocolores gobiernos socialistas, Andalucía sigue donde estaba con Franco y antes de Franco, a la cola de España. Sólo encabezamos rankings nefastos como el de número de parados, el record de la mayores corrupciones políticas o el de mayor fracaso escolar. Menos mal que los socialistas iban a crear una nueva Andalucía de la prosperidad. No sólo no somos la California de Europa sino que, dados los últimos datos sobre los índices de pobreza, continuamos siendo la Jamaica europea. Y lo peor es que no escarmentamos y seguimos confiando nuestro futuro a los mismos bueyes.

Estas Navidades se ha publicado un informe realizado por la consultora AIS Group con datos del Instituto Nacional de Estadística que ha tenido un escaso eco en los medios de comunicación andaluces (y ninguno en La Voz de su Amo de Canal Sur) pese a que sus datos eran realmente escalofriantes. El titular decía “Nueve de las diez ciudades más pobres de España son andaluzas”. Vamos todo un regalo de Reyes para la gran lideresa Susana Díaz empeñada en pasar a la historia como la gran renovadora el nuevo socialismo.

 

Tras casi cuatro décadas de monocolores gobiernos socialistas, Andalucía sigue donde estaba con Franco y antes de Franco, a la cola de España.

 

Por si no han tenido oportunidad de verlo, les doy algunos datos. Las cinco capitales de provincia españolas con mayor población en riesgo de pobreza son, por este órden, Córdoba, Almería, Huelva, Málaga y Sevilla. En cuanto a las diez ciudades de más de 50.000 habitantes con mayor tasa de población en este mismo riesgo de pobrreza son: Sanlúcar de Barrameda (40%), Alcalá de Guadaira (38,6%), Utrera (37,6%), La Línea de la Concepción (37,6%), Córdoba (37,2%), Chiclana de la Frontera (36,7%), Almería (36,7%), Torrevieja (Alicante) (36,6%), Linares (36,5%) y Dos Hermanas (36,1%). Tres grandes municipiosde Cádiz, otros tres de Sevilla, uno de Jaén y dos capitales, Córdoba y Almería.

Con este panorama comenzamos un año que puede ser crucial para esta tierra si, como muchos esperan, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, decide por fin dar el paso adelante y hacerse con las riendas del PSOE en ese futuro congreso que no se celebrará al menos hasta que pase Semana Santa y Feria. Susana quiere andar sobre seguro y dar pasos firmes para atraerse a su bando a esas federaciones aún díscolas que siguen apoyando a Pedro Sánchez. Ya parece haberlo logrado con Cataluña y con Murcia. Con Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Aragón, Valencia, Galicia, Asturias y Canarias mayoritariamente de su parte, solo le queda controlar Madrid y el País Vasco para que el congreso de junio (?) sea uno más de los antiguos cónclaves a la búlgara en los que el secretario general salía elegido por un 99 por ciento de los delegados. Ya veremos. Mientras, los andaluces, a los que este lío del PSOE nos la trae al fresco, seguiremos siendo la comunidad española con el liderezgo de mayor riesgo pobreza per cápita. Estupendo.

 

*Benito Fernández es Periodista.