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El estímulo de Cádiz

Clara Guzman
Clara Guzmán*

_Niña, ¿te has apuntado al curso? Al de la estimulación del clítoris y no pongas esa cara de beata de medio pelo. Eso debe ser, pero a lo grande, como la reunión que tuvimos del “Tuppersex”, que nos compramos aquello para lavarnos lo que dijimos y fue cuando comprendimos el significado del anuncio del frescor salvaje de los limones del Caribe…

_Vamos a ver, chiquilla. ¿Tú eres de Cádiz, tú eres acaso desempleada?

_No, pero yo creía que eso era en todos los ayuntamientos…

_No te enteras, aquí en Sevilla gobierna el PSOE de Espadas y como no te quieras apuntar al curso del Harakiri, que creo que ya hay demanda…

_Mujer, para una vez que los políticos nos dan una alegría al cuerpo. Porque yo he leído que es Kichi el que estimula; vamos, el alcalde, que para un desavío no está mal el hombre.

_¿Cómo va a ser el alcalde, chiquilla, con la de desempleadas que hay allí? No iba a dar abasto el hombre y seguro que acababa aborreciendo el asunto.

_Pues yo he leído en un periódico de los de internet: “Kichi enseña a las paradas de Cádiz a estimularse el clítoris para buscar empleo”.

_¿Y pone el tipo de empleo?

_Ya no da más datos.

_Eso son cosas de los periodistas, hija. Pero de los periodistas que son de otra cuerda distinta a la del Kichi, tú me entiendes.

–¡Anda, ya tienen la culpa los pobres periodistas! 

_Te recuerdo, y a los hechos recientes te remito, que echarle la culpa a los periodistas es una costumbre muy popular, niña.

_Que te veo de venir, María del Carmen, que te veo de venir. Di que eso es muy español y englobas más.

_Lo que yo he leído es que son unos cursos de habilidades sociales, cuyo objetivo es la inserción laboral y la búsqueda de herramientas para encontrar empleo.

_¡Caramba, qué sofisticación, chiquilla! Así que ya no basta con el dedo.

_El dedo ya es para otras cosas. Para elegir presidente de la Junta de Andalucía, aspirante a tener la tarjeta Black o ministro del Interior. Ahora todo son herramientas.

_Hija, pues estoy por decirle a mi marido que vaya limpiando el destornillador.

_¡Qué vulgar eres, niña! Aunque yo no te quiero desilusionar, pero para mí que esto es de pega. Vamos, para que lo canten en los Carnavales de Cádiz, tú sabes. Creo que esto lo sacan para luego tener temas y que no se queden secos.

_Vamos que vas a llevar tú razón, porque la concejal de Podemos que ha organizado todo este tinglado erótico –laboral- festivo se llama Camelo, Ana Camelo.

_Ya te lo decía yo, chiquilla. Si es que no hay vuelta de hoja, el gusto es para quien se lo trabaja y estas mujeres están todas desempleadas…