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El nenico de Pujol

El benjamin de la saga aprendió en casa a medrar y a guardar con incontinente voracidad como su progenitor.

Entre los numerosos hijos de los señores Pujol Ferrusola hay uno que tiene el carácter de último. No tuvieron más. Este caballero de la Orden de Pujol Ferrusola fue secretario general de Convergencia con otro conocido expresident de la Generalitat, el famoso rey Artur de la tabla redonda made en Palau de Sant Jaume. Dicho en román paladino, Más el inhabilitado.
El benjamin de la saga aprendió en casa a medrar y a guardar con incontinente voracidad como su progenitor que tuvo que confesar que a buen resguardo tenía lo que no debía haber guardado sin haberlo declarado. Con estos antecedentes no es raro que tras negocios variados fuera con su gentil presencia a la sala de un juzgado. Juzgador que con independiente criterio y convicción razonada, pese a progenitores y abogados de minutas elevadas, mandolo a prisión sin más. A una prisión catalana que bajo el mandato democrático y constitucional depende de la Generalitat que un día ya lejano presidiera su papá y ahora preside un señor del que se acaba de publicar que a él la Constitución no le hace ni fu ni fa y no la piensa jurar, ni siquiera prometer por imperativo muy, pero muy que muy legal.

 

 

Tengo en prision, con condenas de dos años, a un par de hombres a cuyas familias atiendo en la abogacía pro bono de Los Pajaritos, barrio, según los medidores de miseria, el más pobre de España, que está en Sevilla.

 

Ni tercer grado, ni segundo grado. Pero he aquí el milagro de los milagros penitenciarios, la Generalidad de Cataluña, presidida por el señor Torra ha concedido a uno de los nenes del presidente Pujol, el ocultador de bienes ilícitos, el tercer grado a las pocas semanas de entrar en prision condenado a más de dos años de reclusión. Es evidente que la Republica del señor Torra es más mejor que el Reino de don Felipe VI. Sobre todo para los Pujol. Cuanto cubren las banderas, ¡válgame el cielo!.
En marzo de 2013, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) imputó por el caso de las ITV a Oriol Pujol Ferrusola, que estaba llamado a ser el sucesor de Artur Mas al frente de la Generalitat. El tribunal vio serios indicios de que Pujol se valió de su “peso político” para lucrarse y beneficiar a empresarios amigos. La Fiscalía le atribuyó los delitos de tráfico de influencias, cohecho y falsedad documental. También solicitó tres años y cuatro meses de cárcel para su mujer, Anna Vidal, que fue el canal utilizado por el exdiputado nacionalista para cobrar los sobornos. En julio de 2014, Oriol Pujol renunció a su escaño en el Parlament y el caso pasó a la justicia ordinaria. El único de los siete hijos del expresident Jordi Pujol que siguió la carrera política aceptó una pena de dos años y medio de cárcel por tráfico de influencias, cohecho y falsedad. Pujol admitió haber recibido comisiones ilegales para favorecer a empresarios y amigos suyos del sector de la inspección técnica de vehículos (ITV). Ingreso en la carcel de Brians en enero de 2019. Y ha salido hoy en tercer grado, 29 de marzo de 2019.
Menos mal que la milenaria sabiduría de la Iglesia, catolica por supuesto, ha hecho coincidir la salida del preso no político sino comisionista abusador con la festividad de san Ludolfo de Ratzeburg, obispo y mártir. En Wismar, en la región de Holstein, lugar nefando para el magistrado Llarena, en Alemania, san Ludolfo, que por defender la libertad de la Iglesia fue aherrojado, por mandato del duque Alberto, en una reducida cárcel, donde quedó tan agotado corporalmente que, al ser liberado de prisión, partió hacia el Señor. Este sí que tuvo el tercer grado y sin condicional.