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El paro invernal andaluz

¿Podemos pensar que Andalucía mejora? Respondería que sí.

Un poco de decepción si que tienen que haber causado los datos de empleo y paro de Andalucía del primer trimestre del año. Hay menos empleo y más paro y eso que Semana Santa cayó a finales de marzo. Dicho de otro modo, ha dado tiempo a que los despedidos de la hostelería en enero o tras las rebajas volvieran a encontrar el empleo estacional de Semana Santa sin que su enésimo fin de contrato contabilizase este trimestre.

Si recordamos el año pasado, la explicación para la subida del paro fue que Semana Santa cayó en abril, a mediados, sin tiempo para contabilizar en el primer trimestre a los contratados para las vacaciones. Así vivimos. Mirando al cielo o al calendario para saber si sube o baja el paro.

Andalucía ha sido, esta vez, diferente. La población activa, los que trabajan o les gustaría hacerlo, aumentó en 11.300 personas.

Hay un primer dato que diferencia este trimestre Andalucía de, por ejemplo, Cataluña, la Comunidad donde más bajó el paro. La reducción allí fue por la peor de las razones posibles, la caída de la población activa. En Cataluña el desempleo se redujo en 20.600 personas, pero también se perdieron 12.900 empleos.

El descenso, otra vez, de la población activa en el conjunto de España nos habla de la fragilidad de la recuperación. El mercado laboral sigue expulsando gente o bien porque se jubilan o bien porque ya no buscan el empleo, un desánimo que suele afectar a los que más tiempo llevan sin trabajo, agravando su situación.

Andalucía ha sido, esta vez, diferente. La población activa, los que trabajan o les gustaría hacerlo, aumentó en 11.300 personas. Habrá que ver que pasa en el futuro porque el último año contabiliza 37.300 andaluces menos en el mercado de trabajo. Vamos, que la fuerza laboral se ha reducido un 1% en un año. Además, el número de asalariados se redujo en 3.900 personas. Ha sido en términos relativos la Comunidad donde menos ha bajado. Semana Santa con su hostelería y el empleo público han ayudado. El tiempo no, el mal invierno ha dejado un mal dato de paro.

El segundo factor que se une al crecimiento del empleo y explica ese medio millón de parados menos es la caída de la población activa. En 85.800 personas.

Así las cosas ¿Podemos pensar que Andalucía mejora? Respondería que sí. La Comunidad lleva seis años reduciendo la tasa de paro, desde ese 36,77% del primer trimestre de 2013. Una disminución de medio millón de personas desde ese momento hasta ahora se explica por la suma de varios factores. Primero, el crecimiento del empleo con 420.200 nuevos asalariados. Vienen a ser 234 nuevos empleados cada día durante cinco años. Semejante volumen lo que dice, también, es que parte del empleo ya existente pero que chapoteaba en la economía sumergida, ha decidido aflorar.

Tenemos, por tanto, un aviso para el futuro. Aflorado casi todo el empleo sumergido y creado empleo a un ritmo nada despreciable -aunque tampoco extraño porque tras una crisis hay un primer momento de fuerte creación de empleo, ya que las plantillas habían sido tan reducidas que el aumento de la actividad requería ya no solo más horas extras, sino más trabajadores- la situación se estabilizará y el nuevo empleo de los próximos años no será tan elevado. Pensemos, también, en las incertidumbres sobre si la robotización creará más empleo, menos o, como pasa siempre, más para unos y menos para otros.

El segundo factor que se une al crecimiento del empleo y explica ese medio millón de parados menos es la caída de la población activa. En 85.800 personas. España ha perdido en seis años casi 900.000 activos, mientras aumentan los jubilados, por cierto. La población envejece, hay menos personas en edad laboral. Otra piraña en el acuario de las pensiones.

Celebremos que Andalucía ha descendido de esa línea que era el millón de parados. Cuenta con 975.700 y está, casi, en el nivel de 2009.

Y nos queda el paro. Una tasa que, miren, no es la mayor. Extremadura tiene más. Andalucía está en el 24,74% y contamos con una provincia, Cádiz, que cuadruplica la de Guipúzcoa. En Guipúzcoa gusta mucho Cádiz. Mi parte de familia guipuzcoana suele aprovechar los eventos familiares para decirme que suerte tienes que vives allí. Como si de Almería a Cádiz se tardara media hora. Pues bien, si mi sobrina, la que adora Coín, fuera en coche, atravesaría toda España y en cada provincia encontraría más paro que en la que deja atrás.

Celebremos que Andalucía ha descendido de esa línea que era el millón de parados. Cuenta con 975.700 y está, casi, en el nivel de 2009. Es previsible que la reducción continúe, aunque con menos intensidad. Y ya, por no cansarles, dejo para otra ocasión analizar quién se beneficia más de esta mejoría del mercado laboral, si los hombres o las mujeres, si los jóvenes o los mayores. Todos, no obstante, afectados, como decía antes, por las fechas turísticas, por la lluvia o la sequía. Lamentablemente, el sufrimiento de estos años pasados ha servido de bien poco y los problemas de estacionalidad y temporalidad siguen ahí. Así no hay empleo de calidad.