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El sueño de Deb Haaland

La primera mujer indígena que podría llegar a la Cámara de EEUU.

El 28 de agosto de 1963, en la capital de los EE UU, Washington DC, frente al monumento de Abraham Lincoln, tuvo lugar uno de les discursos más famosos de la historia de la humanidad. El orador era el abogado y activista pro derechos civiles y miembro del partido demócrata, Martin Luther King. Ese día de verano, 200.000 manifestantes de todas las razas, religiones, edades y clases sociales  a favor de los derechos humanos, concentrados para la gran ocasión,  escucharon con atención y emoción  el famoso discurso de Martin Luther King: “I have a dream”.

 

A partir de ese día, hubo un antes y  un después en la concienciación de la problemática racial existente en los Estados Unidos de América.

 

Las cosas empezaron a cambiar poco a poco, los poderes públicos tomaron medidas para erradicar la discriminación racial, la sociedad civil americana y occidental despertó de un sueño imaginario y descubrió que existía una discriminación social por el hecho de tener el color de la piel diferente a los indoeuropeos. El racismo existía y estaba incrustado en lo más arraigado de una sociedad que presumía de ser la más libre e igualitaria del mundo occidental.

Efectivamente, las cosas cambiaron para bien, aunque el racismo aún perdura en muchos lugares de la américa profunda y del sur. Seguramente, gracias al discurso de Martin Luther King, en el año 2009 los Estados Unidos de América tuvieron el primer presidente de origen africano, Barack Obama, siendo candidato por el Partido Demócrata, ganó las elecciones frente a su rival del Partido Republicano John McCain, que descansa en paz desde el pasado sábado, y la reelección 4 años más tarde, contra también republicano y ex gobernador por Massachusetts, Mitt Romney.

 

A pesar de todo, después de 55 años de ese día memorable para la historia de la humanidad y para los derechos civiles en Estados Unidos, aún a día de hoy, existen minorías raciales que se encuentran discriminadas y esperan su 28 de agosto particular.

 

Entre estas minorías hayamos los pueblos indígenas de América del Norte que poblaban las llanuras de costa a costa, desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico, antes de la llegada del hombre blanco al nuevo continente. Pueblos y tribus,  quienes,  fueron deportados  y casi exterminados por completo en unos de los holocaustos más silenciados de la historia de la humanidad.

A todo ello, parece ser que la abogada y  activista pro derechos civiles de los pueblos  indígenas, nacida en el Estado de Arizona y perteneciente a la tribu  del Pueblo de la Llanura, Deb Haaland, está  a punto  de cambiar las cosas y por primera vez desde la fundación de los EE UU, una mujer de origen de la tribus de los antiguos pobladores de las llanuras podrá ser elegida miembro de la Cámara de Representantes, como candidata del Partido Demócrata por el Estado de Nuevo México. Eso sucederá si gana  en las próximas elecciones que se celebrarán a finales de  este año.

 

Todo indica que existen muchas posibilidades que esto suceda debido al gran respaldo que recibe de las asociaciones pro derechos humanos y otras de carácter femenino como #Metoo. Las encuestas realizadas hasta el momento le dan una ventaja respecto a sus máximos rivales políticos para convertirse como la primera mujer indígena que llega a la Cámara de Representantes.

 

Para este fin,  ha elaborado un programa electoral marcadamente socialdemócrata, con una  fuerte dosis de ecologismo, un alto grado de feminismo, algunas gotas de patriotismo y mucha sensibilidad con los problemas de las minorías raciales; todo esto, combinado con un discurso que recuerda  al “Yo tengo sueño” de Martin Luther King y el  “ahora es el momento“.

Seguramente,  a sus 57 aniversarios  y  55 años después  del discurso de Martin Luther King frente al monumento de Abraham Lincoln, el sueño de Deb Haaland y la de muchos nativos de América del Norte, se cumplirá el próximo Noviembre.