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‘El tito y el sobrino’ en el Parlamento andaluz

Juan Pablo Durán, presidente del Parlamento, ha adjudicado a dedo un contrato de 14.000 € a una agencia donde trabaja su sobrino carnal.

«El Tito y el sobrino” fue uno de los productos de entretenimiento radiofónico de mayor éxito durante décadas en Radio Sevilla. Era un diálogo semanal del beticismo y el sevillismo, cargado de guasa y chispa, gracias al ingenio literario de Juan Tribuna que escribía los guiones. Lo interpretaban ante el micrófono Manolo Méndez y Pepe Da Rosa.

Hace 40 años, cuando los andaluces empezaron a despertar y pedir igualdad con el resto de autonomías históricas, el “tito y el sobrino” para la inmensa mayoría eran Méndez y Da Rosa, ninguno escenificó nunca trapicheos familiares en sus divertidas disputas.

Cuarenta años después los simbolismos junto a ciertos hábitos, vuelven machaconamente porque nunca se fueron con la modernización de Andalucía. Otro “tito” ­– Juan Pablo Durán– y su sobrino –Alejandro Fernández­– han acaparado la atención de la clase política celebrante de las cuatro décadas de lucha por la autonomía. De por medio un contrato menor, a dedo, cuatro mil euros por debajo del límite para que se conceda mediante concurso.

 

14.000 euros para una campaña del 4D

Todo porque el presidente del Parlamento decidió aceptar una propuesta de campaña para el 4D que le llegó desde una agencia de Madrid –para que espabilen las de aquí– y que compró por unos 14.000 euros, sin concurso y por adjudicación directa, amparado dentro de la legalidad según comunicó el propio Parlamento: «La tramitación del referido expediente, en fase de ejecución, cumple las prescripciones vigentes establecidas en las Normas de Contratación del Parlamento de Andalucía aprobadas por la Mesa de la Cámara”. La campaña, ha justificado Duran, está siendo muy seguida en las redes. Lo que no dice el presidente es que la misma ha provocado un rechazo muy considerable por su poca calidad y, sobre todo, por cómo se transmite el mensaje que se pretende. Vean un spot de ejemplo.

 

Uno de los anuncios de la campaña contratada por el Presidente del Parlamento de Andalucía por 14.000 euros para celebrar el 40 aniversario del 4D.

 

Desde luego, en el oriente andaluz, no han faltado voces que denuncien que por aquellas provincias no se usan esas expresiones  (tópicas y postmodernas) como en Sevilla, Cordoba o Cádiz.

Todo es legal, dicen que todos los papeles están en orden, pero resulta que en dicha agencia trabaja Alejandro Fernandez Durán, sobrino del presidente, –responsable también de redes de las JJSS en Córdoba-  y hay quien ha querido ver un acto de «nepotismo descarado» desde la presidencia de la primera institución de Andalucía. Aunque ética y estéticamente es más que cuestionable esta adjudicación de dinero público, los cierto es que parece que todo se ha hecho ajustado a la legalidad, aunque, de entrada, no enseñaron el contrato que sustenta dicha operación. El hecho de que el sobrino del presidente del Parlamento de Andalucía no sea ni directivo, ni accionista, solo un trabajador en la agencia beneficiaria del contrato, no es motivo para llevar la adjudicación a la Fiscalía.

El problema, por tanto, hay que circunscribirlo al ámbito de la ética, la estética y la política. ¿Por qué Juan Pablo Durán aprueba el encargo para una empresa donde trabaja un familiar directo? ¿Por qué, conociendo esta circunstancia, no lo sometió a consideración de la Mesa el asunto?

La respuesta a estas preguntas, desde una perspectiva política, necesariamente tiene que ver con esa sensación de manejo cortijero y caprichoso que cuarenta años en el poder otorgan a quien lo detenta, en este caso el Psoe andaluz. No conviene olvidar que el Sr Durán, antes de ser protocolariamente la segunda autoridad institucional de Andalucía, ha sido un hombre de aparato del partido y de los duros, como cuando decía aquello de “la derecha solo sabe matar”.

 

Un presidente fruto de la improvisación

 

El cargo de presidente del Parlamento no estaba inicialmente destinado para Juan Pablo Durán, en ese momento Secretario General del PSOE cordobés.

El hombre en el que verdaderamente Susana había pensado para el cargo de Presidente del Parlamento se llama Manuel Jiménez Barrios, (Chiqui). Un día antes del pleno de constitución del Parlamento, los socialistas cayeron en la cuenta que la Ley del Gobierno impedía que un miembro del ejecutivo provisional asumiese la presidencia de la Cámara. Un lio legal que provocó improvisación de última hora y una llamada a Córdoba. Durán contestó que sí sobre la marcha y sin tiempo material para meditar ante el espejo si serviría para ese cargo. Si Diego Valderas, jefe entonces de IUCA, sirvió para el mismo puesto, debió pensar, por qué él no iba a ser capaz de lo que le proponía la jefa.

Su predecesor en el puesto, Manuel Gracia, ya estaba con un pie en el Puerto de Sevilla y a la inmediatamente anterior, Fuensanta Coves,  hacía tiempo que Susana maniobró en las sombras para apartarla de la política a raíz de unos supuestos comentarios de Coves sobre Díaz que no fueron del agrado de la presidenta y su entorno.

Durán, tal como se preveía tras su nombramiento, no está brillando con luz propia, ni marcando la impronta que se espera de la presidencia del Parlamento de Andalucía. Lo suyo parece más bien una faena de aliño diario, una especie de guardia del tráfico de la vida parlamentaria andaluza, atendiendo sobre todo a quienes le mantienen en el puesto, su partido y los diputados anaranjados de Juan Marín. Quizás por ello esté ofreciendo la imagen del presidente más partidista y aparatista, el menos político por tanto de todos los que han ocupado ese sillón desde la fundación del Parlamento en 1982.

Ojeda Escobar, Marín Rite, Ángel López, Mar Moreno, Fuensanta Coves, Javier Torres Vela, todos socialistas en líneas generales, supieron desempeñar su papel institucional sin renunciar a los intereses ideológicos  que les vinculaban al carné del partido. También es cierto, en honor a la verdad, que ninguno de ellos tuvo un contrapeso político e institucional tan fuerte y poderoso en la presidencia de la Junta como sucede actualmente con Susana Díaz. He ahí otra de las claves del muy discreto, discretísimo papel del actual presidente del Parlamento, al frente de una institución de carece – si alguna vez lo tuvo– de liderazgo social. Ni siquiera en los organismos de extracción parlamentaria están presentes los nuevos partidos Cs y Podemos, caso de la RTVA por ejemplo. Para resolver estas anomalías democráticas Juan Pablo Durán no ha movido un dedo desde la autoridad moral y política que existe depositada en la presidencia del Parlamento.

 

Durán: «Un error»

 

El presidente Durán ha sido pillado en un renuncio con el carrito de los helados, “un error” según su propia confesión, y en política dicen que los errores se pagan. No parece que sea este el caso. El PSOE le ha apoyado en la polémica, aunque sin demasiado entusiasmo todo hay que decirlo, la misma cantidad empleada por el PP a la hora de criticar la polémica contratación. Se entiende, los populares gobiernan instituciones en Andalucía y lo de sacar a paseo el nepotismo y el enchufismo de familias y parientes, no es una guerra que les convenga abrir y ellos saben muy bien por qué.

Lo más curioso en esto del enchufismo de parientes es que suelen ser de conocimiento público, incluso hay quien lo ve como la cosa más natural del mundo. Una vez escuché: ¡Si su suegro es el concejal de Cultura, como no va a colocar a la nuera de taquillera del museo, joé! Este tipo de comentarios son los que rubrican socialmente una supuesta normalidad en lo que realmente es una chorizada contra los intereses generales de los ciudadanos y la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo público.

 

Comparencia de Teresa Rodriguez tras conocerse el polémico contrato. La dirigente de Podemos enmarca el hecho en la podredumbre que azota a las Juventudes Socialistas  de Cordoba, envueltas en numerosos escándalos a los que hace referencia.

 

Desde las filas de Podemos, su portavoz Teresa Rodríguez, no se ha andado con rodeos (vean el vídeo) y tras calificar lo sucedido como un caso claro de nepotismo afirmó:  «Es una metáfora perfecta de los 40 años del 4 de diciembre de 1977: progreso para los que tienen el carné del PSOE en la cartera».  En esa misma línea han ido las críticas de Izquierda Unida y ambas solicitando la dimisión en la presidencia del Parlamento.

Teresa Rodriguez, no obstante, a la hora de plantear la denuncia pública de lo sucedido, se extendió con grandes reflejos políticos en una serie de consideraciones que remarcan la gravedad de lo que está sucediendo en el seno de las Juventudes Socialistas de Cordoba, sumida en una grave crisis a cuenta de la corrupción de algúnos dirigentes que han sido expulsados. Que el sobrino del Presidente sea alguien destacado y conocido en tanto que es coordinador de redes de las JJSS en Córdoba, le sacan del anonimato familiar, algo que él mismo se encargó de remachar con el último tuit que colgó en su cuenta antes de cerrarla al periodista Rafael Ruiz de Abc- Córdoba quien había destapado la noticia del contrato.

Lean el texto del tuit: «Eres una vergüenza para las nuevas generaciones que llegamos al medio. Saltarse el código deontológico periodístico es muy grave y debería ser motivo de despido» y, por si acaso, con copia a la cuenta del diario como denunció Teresa Rodríguez.

Pero Juan Pablo Durán no dimitirá, como tampoco le obligará la mayoría desde el plenario a bajarse del sillón dejando el manejo de los botones que abren y cierran los micrófonos, entre otras razones porque Ciudadanos, que tanto presume de haber venido a regenerar la vida pública española, considera que no es para tanto este hecho si todo se ha hecho legalmente, como así ha sido.

¿La ética, la estética? La ética y la estética no dan de comer a nuestra clase política dirigente.

Mientras, la gente, como en los viejos tiempos, entretenidos escuchando las modernas aventuras de un tito y su sobrino 2.0. ¡Pues que viva el 4D!