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El votante socialista de mi calle

Estábamos de acuerdo: el partido ese de la derecha extrema era el vencedor. No cuantitativamente, sino cualitativamente.

 

Si, soy y no soy el votante socialista de mi calle. En mi anterior colaboración, Oh bella ciao, asombrado aún por los resultados que las elecciones andaluzas habían dejado en mi calle (en Almería, con eso se lo digo todo) concluí que era el único votante socialista de toda ella. Pero no, hemos contactado por facebook y somos más. Cinco, en concreto. No crean hemos quedado ahí. A diferencia de muchas de las agrupaciones locales socialistas, nosotros sí nos hemos reunido en asamblea. La gravedad del momento exigía análisis y decisiones.

Oh bella ciao

El lugar de la asamblea fue el espacio multicultural por excelencia del barrio, el bar, famoso en la ciudad por sus tapas, sus menús asequibles y la carta de cervezas de importación. En un pasado no tan lejano, vivimos allí momentos felices. Como en la retrasmisión del festival de Eurovisión. Antes – desde las cuatro de la tarde, vaya- animados por los gimn tonic de ginebras afrutadas, y dirigidos por una transformista famosa coreamos a pleno pulmón las canciones más feas del mundo. O, lo que es lo mismo, las históricas de ese festival.

Volvamos a la asamblea. Nos constituimos en la mesa del fondo a la derecha, porque no había otra y lo tomamos como una señal de las calamidades futuras. ¿Qué hacer? De primeras, descartado unirnos a cortar calles en protesta por los resultados. No fue porque llegábamos dos semanas tarde, o por debilidad de carácter, sino porque nuestra calle es peatonal. Solo podríamos cortar el carril bici y eso sí que no. Creemos en la sostenibilidad ecológica, no como los que estaban en la puerta fumando.

 

El populismo en España no es nuevo y el terreno para Vox ya estaba desbrozado hace años.

 

Abandona cualquier acción, solo quedaba la reflexión, hacerles la autocrítica a todos esos que nos habían dejado como una isla roja en ese mar azul. En la época en la que el comunismo era de verdad, hacerles la autocrítica a dirigentes caídos en desgracia era muy normal y para nada se veía raro eso de “auto” aplicado a otros.

Estábamos de acuerdo: el partido ese de la derecha extrema era el vencedor. No cuantitativamente, sino cualitativamente. El populismo en España no es nuevo y el terreno para Vox ya estaba desbrozado hace años. La idea central del populismo es sencilla. La sociedad se divide en dos grupos antagónicos, el pueblo puro frente a las elites corruptas. ¿Sufrís? Eso es porque vosotros, pueblo puro, sufre debido a que España os roba ¿Sufrís? Eso es porque las élites corruptas rescatan bancos y no a las personas. ¿Qué ha ocurrido ahora? La idea de Podemos y el nacionalismo, los dos grupos sean los de arriba y los de abajo, los de la nación imaginada o los colonos, estaba ahí. Una vez aceptado como algo natural que esa división existe, bastaron unos cuantos impulsos y hete aquí ¿sufrís? Eso es porque las elites corruptas solo dan ayudas a los inmigrantes, o porque esas élites han pactado con los independentistas para humillaros.

Si, mucho ir a cortar la calle después de unas elecciones, olvidando la tabarra que nos dieron con lo de democracia es votar. Pero el caso es que la gente-ese pueblo puro- ha votado.

Así que aquí están y en la asamblea de votantes del barrio -y a estas alturas catadores de cervezas- nos dimos cuenta de que su importancia cualitativa está en la capacidad para imponer los temas de debate. Timidamente, quizás, en un terreno en el que aún se tienen que mover con cuidado para no ahuyentar a votantes escandalizables. Pero ahí está: aquí no cabe el que venga a degollar carneros en el salón de casa o arrancar clítoris. Demasiada sofisticación y demasiado largo, Vox lo resuelve con frases más sencillas y, al fin y al cabo, son el original. Si deciden sobre que se habla, ellos ganan.

 

El mensaje de Vox llega publicitado gratis por una izquierda cuya reacción exagerada les hace quedar, encima, como moderados. O como víctimas.

 

Pero lo de la izquierda es aún mejor. Con un paso más acelerado que los legionarios desfilando, les dedica declaraciones tuits, post, artículos. Cada uno más exagerado e impostado que el anterior.  El mensaje de Vox llega publicitado gratis por una izquierda cuya reacción exagerada les hace quedar, encima, como moderados. O como víctimas. Para entendernos, serían la Miriam Saavedra de este gran hermano político.  No sabemos los planes de futuro de ese socialismo. Tal vez cuando empiece la caravana de cesados, asuman las élites socialistas que se van y nos digan algo. Sin embargo conocemos, perfectamente, lo que Vox opina sobre inmigración o lo que haría con los ocupas de la casa de la esquina, que por cierto han arrancado ventanas, entrado en otras casas para, con lo que encuentran, acondicionar su casa ocupada en un estilo entre vintage y fusión. Fusión de lo que pillán aquí y allí, para entendernos. ¿Influyó el asunto ocupas cruzando de una casa abandonada a otra a través de agujeros en las paredes, que tienen a la calle soliviantada? Pues sí. En la panadería del barrio, entre hogazas de masa madre, la noticia era que habían venido a ponerles internet ¿será verdad? Es fácil: nos pasamos un meme por el grupo wassup: ellos tiene internet y la luz la pagas tú

El panorama, concluimos después de un recorrido por el mundo de la tapa y la cerveza, es complicado. Con capacidad para imponer en el debate de ideas, y después numéricamente la elección de alcaldes, o Diputación, aislarles, esa alegoría del cordón sanitario no parece lo más acertado. A ver, amigos, como comprobó Podemos, entrar en las instituciones -no por asalto- es, al final, un trabajo ingrato, de negociaciones que no llevan a nada, de ideas que no se pueden materializar por la falta de dinero,  porque no es tu competencia, porque es absurdo o porque para qué vas a boicotear a Cocacola si en el comedor del congreso tomarte dos te sale a mitad de precio. ¿Saben lo que hemos pensado los votantes de la calle? El próximo director de Canal Sur debería ser de Vox y luego, ya, cada martes le recuerdan eso de Ud prometió cerrarlo.