Pues sí, las crisis económicas y políticas –aquellas suelen estar en el origen de estas- las pagan los de siempre. Y los de siempre son las clases medias. No son los pobres del mundo, ni la famélica legión ni, mucho menos, los ricos. Las clases medias. El 75% de la sociedad, los de en medio. Saben que los políticos les robarán, y los banqueros les subirán la hipoteca. Pero también que las cosas pueden ir a peor. Siempre pueden ir a peor. Y, como lo saben, son conscientes de que la estabilidad es garantía de no ir a peor.
Viene esto a cuenta de que noviembre ha demostrado que la incertidumbre afecta al empleo. De los de siempre, claro está. Cataluña acapara la subida del paro este mes. Cuando la economía se basa en la confianza del consumidor, y este ha escarmentando después de los años de euforia, la revolución mejor por twitter. Que la economía dependa nueva y especialmente del consumidor interior, del jubilado que no va al viaje del INSERSO o del turista asustadizo nos devuelve, dicho sea de paso, a nuestro sistema económico tradicional: turismo, comercio, ladrillo y temporalidad.
Así, Andalucía, que ha celebrado el 4D pero no se ha liado la manta a la cabeza proclamado republica alguna, ha salido bien parada. Las campañas agrícolas en Almería, donde el paro baja un 4%, Córdoba y Jaén; el repunte de la Construcción y el comercio. Como ven, eso del Black Friday es una buena idea. Los contratos que se han hecho para ese fin de semana, se dejan ya hechos hasta reyes. Mientras, sube en Málaga, Cádiz y Huelva, porque el Turismo es para el verano.
Por tanto, no contemos con recuperar los niveles de desempleo de 2007 en por lo menos seis años.
Total, Andalucía ha reducido el paro en los últimos doce meses en más de 71.000 personas. Es mucho, pero es también hay mucho de donde reducir. En términos relativos es un 7,50%, por debajo del descenso medio en España que es el 8,30%. El mes finaliza con 851.742 parados. Eso es uno de cada cuatro desempleados españoles. Hay Comunidades donde el nivel de paro se aproxima al de antes de la crisis. Aquí, aún no. Falta por reducirse 300.000 parados para llegar a ese nivel. Es normal que el ritmo de descenso de estos dos años se atenúe. Por tanto, no contemos con recuperar los niveles de desempleo de 2007 en por lo menos seis años.
Andalucía tiene, aún más acusado que el resto de España, un problema de calidad del empleo, que suma al de cantidad. Se necesita mucho empleo para bajar a limites asumibles las cifras de paro y, además, ir creando empleo de calidad que permita contar con mejores sueldos. Este mes hicieron falta 24 contratos de trabajo para crear un empleo. La contratación indefinida apenas llegó al 5% del total. ¿Cuánto tiempo seguiremos diciendo que es mejor un empleo precario que ningún empleo? Pues ya les digo, como seis años, por lo menos. Y eso para reducir el desempleo a un nivel de alborozo para nosotros, pero escandaloso para la media de la Unión Europea.
El mercado laboral andaluz se asemeja a una batidora, se entra y se sale a enorme velocidad. Coge y expulsa.
En medio de todo ello, sigue la cuestión de la protección a los parados. El 62% de los desempleados andaluces recibe algún tipo de ayuda por desempleo, pero apenas una cuarta parte de ellos cobra prestaciones contributivas, las de mayor cuantía. El resto, como mucho 430€. Así que tenemos a cuatro de cada diez parados sin ingresos. Los que cobran reciben de media 767 €. Junto con Extremadura, la menor de España. Se debe a los bajos sueldos que generan menores cotizaciones y al tiempo que un andaluz tarda en encontrar un empleo que dure lo suficiente – un año- para generar una prestación contributiva. El mercado laboral andaluz se asemeja a una batidora, se entra y se sale a enorme velocidad. Coge y expulsa. Pero bueno, al menos podremos decir que esta Navidad será la mejor en cuanto a creación de empleo en ocho años.