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En la cabeza de la conspiración

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

No sé qué habrá de cierto en el rumor que corre por diversos cenáculos políticos de la capital de Andalucía, pero dicen las malas lenguas que en las últimas semanas, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, está desplegando una inusitada actividad conspirativa manteniendo reuniones más o menos secretas con importantes figuras del socialismo hispano tanto en Sevilla como en Madrid con el fin de conocer e primera mano cuáles pueden ser sus apoyos en el hipotético caso de que decida, por fin, hacerle frente a su actual secretario general en el comité federal que se celebrará días después de la celebración de las elecciones vascas y gallegas del próximo domingo donde, si alguien no lo remedia, el PSOE se puede dar un batacazo de los que hacen época.

Y es que la gran apuesta alternativa a Pedro Sánchez, la gallina dominante en esta caótica granja, no quiere acudir a dicho comité a jugarse un rentoy desautorizando la perenne negativa de su secretario general a permitir un Gobierno del PP, para quedarse colgada de la brocha y sin red. Sabe que Sánchez tiene detrás a toda su Ejecutiva que apoyará sin dudarlo lo que diga el jefe y que algunos de los barones díscolos, tan dicharacheros ultimamente, podría acojonarse a la hora de la verdad y recular si no ven demasiado claro que el socialismo hispano necesita un relevo urgente si no quiere ser engullido por la nueva izquierda de Unidos Podemos.

Susana dice que va a defender en ese crucial comité federal en el que volverá a proponer a cara de perro que se permita al PP gobernar gracias a la abstención del PSOE.

Parece cierto que dichas reuniones se han producido y que Susana ha obtenido el respaldo de, al menos, media docena de barones que agruparían en torno suyo a casi el ochenta por ciento de la militancia socialista. Mientras Cataluña, País Vasco, Castilla León y Canarias se muestran reticentes a plantear batalla, los secretarios generales de Extremadura, Castilla-La Mancha, Valencia, Madrid, Murcia y La Rioja se han mostrado proclives a apoyar la postura que, según sus allegados, Susana dice que va a defender en ese crucial comité federal en el que volverá a proponer a cara de perro que se permita al PP gobernar gracias a la abstención del PSOE. En lo único que está dispuesta a ceder es concederle a Sánchez la posibilidad de que negocie la retirada de Mariano Rajoy de la candidatura a la Presidencia del Gobierno y su sustitución por otra persona bien del PP o, a ser posible, por una figura inpendendiente del centro derecha. Algo que, a estas alturas, de la película, resulta bastante improbable de conseguir.

El comité federal de mediados de octubre no es para tomárselo a broma. De lo que se decida en él va a depender si los españoles volveremos o no a acudir a las urnas en unas terceras elecciones generales a finales del presente año. Resulta curioso comprobar que, pese a los dos fracasos electorales que Pedro Sánchez obtuvo tanto el 20D del año pasado como el 26J de éste, los socialistas sigan teniendo la llave que abra la puerta de la necesaria gobernabilidad. Y no creo que el lider del PSOE se atreva a recurrir a la ladina añagaza de plantear un referéndum entre los militantes porque eso sería desautorizar y dejar al resto de los dirigentes socialistas en ridículo.

Todos menos quien tiene en sus manos la posibilidad de evitar una nuevas elecciones que sigue encastillado en el no como único recurso retórico y bastante demagógico para paliar sus desastrosos resultados en las urnas y salvar su pellejo.

El caso es que han pasado ya más de nueve meses desde aquellas elecciones y el panorama sigue tan oscuro como el 21 de diciembre de 2015. Me da la impresión, por lo que escucho en la calle, en el autobús, en el ambulatorio, en la cola del super o en la barra de los bares que la inmensa mayoría de los españoles está hasta los mismísimos de aguantar esta situación de interinidad permanente en el que nos tienen sumidos nuestros representantes políticos. La frase de “ya está bien de pamplinas, si Rajoy ha ganado dos veces seguidas, que gobierne de una vez y que el PSOE, en la oposición, lo someta a todos los controles que sean necesarios para evitar que haga de su capa un sayo” es la que más se oye y la que parece compartir buena parte de la ciudadanía. La misma frase que ha reiterado desde hace tiempo Susana Díaz y que comparten muchos de los dirigentes históricos del PSOE, desde González a Zapatero, pasando por Rubalcaba o Corcuera. Todos menos quien tiene en sus manos la posibilidad de evitar una nuevas elecciones que sigue encastillado en el no como único recurso retórico y bastante demagógico para paliar sus desastrosos resultados en las urnas y salvar su pellejo.

Susana está por lo tanto en el ojo del huracán y da la impresión que, esta vez sí, parece dispuesta a plantear batalla. Yo, qué quieren que les diga, sigo dudándolo porque, conociéndola como la conozco, sé que es una política a la que se le suele ir la fuerza por la boca. Y todos sabemos que del dicho al hecho…

 

 

*Benito Fernández es Periodista