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En memoria de Joselito, Morante elige al Miura ‘Estanquero’

José Antonio Morante... quiere coser más de cien años de historia con el hilo invisible del arte que se une a la suerte y a la muerte. 

José Antonio Morante, ‘Morante de La Puebla’, ha decidido torear un ‘Miura’: un novillo de la ganadería de Miura. Y él mismo lo ha elegido. Conocedor y veedor de reses bravas, Morante ha seleccionado a ‘Estanquero’, un coloraíto «un poco salpicao y ojinegro, de buena planta», nos cuenta el ganadero, Antonio Miura Martínez. ‘Estanquero’, un buen mozo utrero de Miura, está marcado con el número 43 en los libros de ‘Zahariche’, el legendario cortijo de los Miura, entre La Campana y Lora del Río.

 

Morante de la Puebla con Alejandro Delmás, autor de este trabajo.

Pero todo pasa por la memoria de José Gómez Ortega, ‘Gallito’, ‘El Príncipe de los Toreros’, destripado sin piedad en Talavera de la Reina el 16-5-1920 por el toro ‘Bailador’, de la viuda de Ortega: un cruce de Veragua y Santa Coloma. De alguna manera, y como un surrealista trajes de luces que se bordara a través del océano del tiempo, José Antonio Morante… quiere coser más de cien años de historia con el hilo invisible del arte que se une a la suerte y a la muerte. 

En ‘su’ Puebla del Rio, Morante contribuyó económicamente a la restauración de la antiquísima Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Granada, una construcción mudéjar de los siglos XIV-XV. Surgen abundantes parecidos de Morante con ‘Gallito’, nacido en Gelves, también junto al Guadalquivir y muy cerca de La Puebla: Joselito se volcaba con la Esperanza Macarena, su iglesia y su Hermandad, de la que fue consiliario… del mismo modo que el ya fallecido Eduardo Miura Fernández fue Hermano Mayor. 
Juana Rocha Villegas, tía-abuela de Morante, asistió al entierro de Joselito El Gallo, en 1920: «Lo más grande que jamás se haya visto en Sevilla», decía Juana del entierro de José, el príncipe de los toreros: que compró en un joyero de Paris ‘esas’ mariquillas verdes a ‘su’ Esperanza Macarena: 

 

esos cinco broches compuestos por pétalos de cristal de roca francés de color verde, broches engarzados en oro blanco y rematados por brillantes… que muchos han confundido con esmeraldas. ‘Parece que está, ‘dormío’, Dios mío en su capote de brega’, cantaban Juanita Reina… y Juana.  «No tengo un pasodoble preferido. El toreo tiene su música, pero no es un pasodoble», sentencia Morante.Siguiendo su propio ‘gallismo’, más la estela y el recuerdo de José Gómez Ortega, nacido en Gelves en 1895, José Antonio Morante Camacho, ribereño de La Puebla del Río y príncipe de los toreros de este tiempo, al menos de los toreros ‘de pellizco’… ha decidido enfrentarse en el Festival de la Hermandad de la Macarena -que el 12 de octubre cierra la temporada en Sevilla- a un ejemplar utrero -tres años- de Miura, un toro de lidia nacido en ‘Zahariche’.
Miura: sólo el nombre impone y estremece. Miura es otra cosa. Los Miura han criado de toros de bandera como ‘Murciélago’, ‘Catalán’, ‘Rabicano’, ‘Escobero’ y aquel ‘Galleguito’ al que el propio José Gómez Ortega estuvo a punto de desorejar en la Plaza sevillana de la Real Maestranza. Pero es también la ganadería de la que nacieron los toros de leyendas y romances que acabaron con las vidas de Pepete (…’Jocinero’), Espartero (…’Perdigón’, ‘malhaya ‘Perdigón’, el torillo traicionero’), Domingo del Campo ‘Dominguín’ (‘Receptor’), Manuel Rodríguez ‘Manolete’ (‘Islero’)… y algunos más: hasta un total de siete víctimas mortales.
La idea de enfrentarse a uno de los ‘pavos’ de ‘Zahariche’, el cortijo ente cerros cuya entrada está flanqueada por calaveras inquietantes… nació en el propio Morante, que habló con la Empresa Pagés y con los hermanos Antonio y Eduardo Miura, antes de concretar su selección para el festejo macareno. «En Joselito y Juan Belmonte se engloba toda la tauromaquia. Son dos toreros que copan la perfección… la faena moderna nace con Joselito y él siempre ha sido una referencia para mí. Eso, aunque Morante no se parece a nadie. La inspiración nace de hablar contigo mismo y con el toro. Es un diálogo íntimo. El toreo tiene su propia música. Y no es un pasodoble: es un hilo, un sonido que viene desde el toro y que conecta al toro y al torero. Tienes que tener oído para oír ese eco. El arte de torear va en la distancia, la forma de ponerse y en la colocación. Domingo Ortega podía parecer seco. Pero en lo suyo había arte de torear. Aparte de la inspiración que pueda suponer como idea en momentos puntuales, de Joselito hay que quedarse con ese modelo de hombre íntegro que él fue. Es la referencia y es la herencia que tienes. Y si Joselito, precisamente él, hizo grandes faenas con ‘miuras’, yo me lo he pensado, me lo he preguntado y me he dicho… ‘¿por qué no?», ha resumido José Antonio Morante al firmante de estas líneas.

 

 

Morante, ante la cámara de Miguel Morenatti

 

José Antonio Morante posee, instalado en su finca de ‘Huerta de San Antonio’, en La Puebla del Río, el despacho original que perteneció a Joselito, y que este tenía instalado en su casa de la Alameda de Hércules: ése es el mismo despacho que Gregorio Corrochano visitó en 1918 y que entonces era un despacho moderno, con el documento original enmarcado de 1881 en el que los toreros Antonio Carmona, Manuel Domínguez, Lagartijo y El Tato reconocen «privilegio de alternativa a las plazas de Maestranza de Ronda y Sevilla». «Desde este despacho se movió el toreo», gusta de decir Morante.
«Sí, todo ha sido idea de él, de Morante, su decisión», coinciden Antonio y Eduardo Miura, que agregan: «Vino a casa y se preocupó hasta de elegir al novillo, ese número 43, ‘Estanquero’, como los de los estancos de tabaco». Morante fuma puros habanos…»Pues no había caido en eso», repone Antonio Miura. «Sí que parece que a él le ha pasado por la cabeza la idea de Joselito», observa Eduardo, que también matiza: «hay bastantes diferencias entre nuestros toros de hoy y los que criaba mi abuelo Eduardo, los de la época de Joselito».
«Y si Joselito, precisamente él, hizo grandes faenas con ‘miuras’, yo me lo he pensado, me lo he preguntado y me he dicho… ‘¿por qué no?»
Fallecido en 2013, Pepe Luis Vázquez Garcés, ‘Pepe Luis Vázquez’, el genial artista rubio de San Bernardo, fue un gran amigo de la familia Miura y de Eduardo Miura Fernández, padre de los actuales ganaderos de ‘Zahariche’, Antonio y Eduardo Miura. En los años de la posguerra, y mientras estuvo en activo, Vázquez pisaba ‘Zahariche’ con muchísima asiduidad: para tentar las reses miureñas. Pepe Luis Vázquez Silva, hijo de Vázquez Garcés, encabezará el cartel del Festival de 12 de octubre en el coso del Baratillo. También hará el paseillo el novillero Manuel Vázquez Rodríguez, sobrino del actual Pepe Luis y sobrino-nieto de Pepe Luis Vázquez Garcés, aquel torero ‘tan’ de Sevilla. Esto opinaba Pepe Luis Vázquez Garcés sobre los ‘miuras’: 
«Hay otras ganaderías sin esa fama, y cuyos toros han matado más toreros. La mala suerte para Miura es que sus toros han matado a figuras, y por eso suena más. El toro de Miura es recogido de barriga, largo, con el cuello flexible. Tiene algo de látigo en la facilidad con que se revuelve. Pero, a pesar de todo, eso no es lo importante. Lo que de verdad le diferencia es su personalidad, una especie de capacidad psicológica para darse cuenta de cuándo es dueño de la situación. Cuando sale el toro bueno, es bueno de verdad, te haces con él, y como son largos, de bonita lámina y bien armados, la corrida es un lujo. Pero si te achicas, se da cuenta y entonces va por ti. Que no se dé cuenta de que le tienes miedo. Sobre todo, que no se dé cuenta, porque entonces abusa de su poder y ya no tienes dónde meterte». 

 

«Nuestro toro… ya se sabe cómo es. Es grande, pero porque le caben los kilos. De este modo, con los novillos siempre tenemos un problema, por el peso», reflexiona Antonio Miura, quien está satisfecho en general de cómo ha ido la temporada 2018 para los productos que, provenientes de los cerros entre La Campana y Lora, han irrumpido en las plazas de España y Francia. «Se han visto buenos toros, que han dado juego; ahora mismo me acuerdo del sexto de la corrida de San Isidro, en Las Ventas; de la corrida de Albacete, al menos de tres o cuatro toros en Francia, la novillada de Calasparra fue muy buena…»: este es el baremo de la vida del ganadero de reses bravas. Por sistema, los Miura prefieren eludir la leyenda trágica. Alguna vez, en algún momento, y en relación a ‘Islero’ y Manolete, se les ha podido escuchar, con un punto de fatalismo… «aquella corrida de Linares… iba para Murcia».
Y el 12 de octubre se tenderá un puente o un hilo de luces entre más de cien años: desde que el ‘gallismo’ quintaesencial de José Gómez Ortega se midiera con los miureños en los años ‘diez’ del Siglo XX… hasta el estreno ‘gallista’ de José Antonio Morante con ‘Estanquero’, uno de los herederos de tantísima leyenda… ‘Catalán’, ‘Murciélago’, ‘Galleguito’… ‘Islero’, ‘Jocinero’ o ‘Perdigón’. Menos de un mes antes del paseíllo (con traje corto) del Festival de la Macarena, esa Esperanza a la que nuncan abandonan las verdes mariquillas francesas de José Gómez Ortega… a José Antonio Morante Camacho sólo cabe dedicarle la frase sacramental que abrirá ese mismo paseíllo: ‘Que Dios reparta suerte’. 

 

JOSELITO NO CORTÓ LA OREJA DE ‘GALLEGUITO’

Eduardo Miura Martínez: ‘Galleguito’ fue un gran toro, duro, cuya cabeza tenemos disecada aquí en el salón de ‘Zahariche’, con sus dos orejas en su sitio.

 

 

El 30 de septiembre de 1915, en Feria de San Miguel, se cortó la primera oreja en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, concedida por el Presidente Sr. Filpo. La firma del hito correspondió a José Gómez Ortega ‘Gallito’… pero ocurrió con ‘Cantinero’, un ‘santacoloma’ de los de Moreno Santamaría… y eso, aunque las consejas de la historiografía popular e incluso viejas serigrafías históricas que se venden a la puerta de la Plaza de Toros de Sevilla relatan que esa oreja, supuestamente, se la cortó José a ‘Galleguito’, de Miura, en la corrida del día anterior, 29. Ya se habían empezado a conceder orejas en España, pero la Real Maestranza insistía en que en su plaza no se adoptaría tal práctica, por considerarla ‘fuera de lugar’.
José, ‘Gallito’, rompió las tablas de la ley no escrita en el recinto del Baratillo. El propio Eduardo Miura Martínez destaca que «en efecto, mucha gente cree que José cortó esa oreja a ‘Galleguito’, pero no fue así. Aquel día, aquel 29 de septiembre de 1915, Joselito lidió de los nuestros a ‘Galleguito’ y a ‘Capachito’. Le acompañaban en el cartel su hermano Rafael ‘El Gallo’ y Juan Belmonte, fíjese qué cartel.




Cabeza del toro Galleguito.

‘Galleguito’ fue un gran toro, duro, cuya cabeza tenemos disecada aquí en el salón de ‘Zahariche’, con sus dos orejas en su sitio. Joselito -que también estuvo muy bien con ‘Capachito’- le hizo una gran faena, mató de una estocada, dio una vuelta al ruedo muy ovacionada y dejó a la gente muy predispuesta, muy ‘caliente’, de cara a la corrida del día 30 con los de Moreno Santamaría, Y ahi fue cuando de verdad, José cortó la primera oreja en la historia de la Plaza de la Real Maestranza».
Las imponentes cabezas de ‘Galleguito’ y ‘Capachito’, junto a la de ‘Cantinero’, también se hallaban en la pared del despacho de Joselito, en su casa de la Alameda. Hablando de los dos ‘miuras’ de 1915 en San Miguel, José dijo a Gregorio Corrochano, en 1918: «Esos son los dos toros que he matado más a mi gusto; como usted ve, eran dos buenos mozos, y además tenían mucho que matar, particularmente el colorado (‘Galleguito’). Fueron los que me prepararon el triunfo de la oreja». Después del dramón de Talavera -que también contó con Corrochano como testigo presencial y cronista en ‘ABC’-, la cabeza de ‘Galleguito’ pasó a propiedad de la familia Miura. Y ahí está hoy, presidiendo el salón de ‘Zahariche’, casi igual de amenazante que aquel 29 de septiembre de 1915… y con las dos orejas en su sitio.