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En recuerdo a aquel 4 de diciembre de 1977

Maria Jose Andrade
Maria Jose Andrade

Mi padre, que era mucho de refranes, decía que «quien guarda, haya»…Y vaya si lo llevó al pie de la letra.

Cuando murieron mis padres tuvimos no solo que deshacer una casa sino también una vida. Mientras decidimos y no entrar en la que había sido nuestra casa habían pasado cinco meses, pero por fin cruzamos el umbral…y allí estábamos mi hermano y yo,  enfrentándonos a los recuerdos y a más de treinta años de nuestro pasado.

Mi casa era una auténtica máquina del tiempo y aunque mi padre no llevaba un diario, sus notas marginales en cada uno de los documentos que caían en sus manos, nos situaba en el momento en el que lo había escrito y nos veíamos, nítidos y claros, en un tiempo en el que ya no estábamos.

Una de las muchas cosas que encontramos fue una pequeña bandera blanca y verde: «Manifestación por la Autonomía de Andalucía. Celebrada el 4 de diciembre de 1977…Sevilla». Ahí estaba un trozo de papel por el que había pasado casi veintiocho años (ahora son más, concretamente treinta y ocho). En él quedaba atrapado una fotografía, que a pesar del tiempo transcurrido, tengo guardada en mi memoria.

Así que vuelvo a la máquina del tiempo de las fotografías y los objetos guardados y siento de nuevo esa mano grande y protectora de mi padre que intentó que yo viera, aquel día de diciembre, en blanco y verde.

Creo que era un día soleado y mi padre me cogía la mano con fuerza. Había mucha gente…miles de banderas, o por lo menos eso creía yo (ya se sabe que cuando eres pequeña todo es más grande y nunca es de noche). Gritaban pero no eran voces de enfado. La calle, esa es la sensación que tengo, estaba llena de alegría. La gente reía y el ambiente estaba impregnado de júbilo y fuerza.

Nos encontrábamos a una distancia prudencial de la cabeza de la manifestación y  yo podía ver, desde el lugar donde estábamos, la que fue sede de Fuerza Nueva. Muchos habrán olvidado ese lugar, pero en esos momentos daba miedo…Miedo, eso era lo que mi padre tenía en ese momento: Un miedo de años, un miedo de silencio, un miedo de ya no saber a qué.   Aún así quiso participar. Quiso que mi hermano y yo estuviéramos presentes y que viviésemos la Historia en directo.

Yo sólo tenía 10 años y no era consciente de lo que allí estaba ocurriendo, pero ahora sí y soy capaz de darle la importancia que tuvo y de que lo que supuso para Andalucía y los andaluces.

Ahora que muchos debaten sobre la nueva forma de configurar Expaña (no lo he escrito mal) ha llegado el momento de reivindicar la Andalucía que todos queremos y lo que nosotros, los andaluces, tenemos y debemos hacer para que sea lo que siempre tuvo que ser: la primera Comunidad Autónoma de España.

Somos trabajadores, desarrollamos ideas únicas que son la admiración del mundo. Nuestras empresas son ejemplos en lugares como Silicon Valley y nuestros productos son la envida de todos, contamos con trece restaurantes con Estrella Michelín y tenemos una de las estaciones de esquí más importante del mundo en Granada…por el contrario, en una de nuestras provincias, en Huelva concretamente, las mujeres son las peores pagadas de España, deportistas como la triatleta María Pujol, se las ve y se las desea para poder visibilizarse como mujer en el deporte y a otras ni siquiera se las ve.

¿Qué está pasando? ¿Qué nos pasa a los andaluces? Me gustaría poder contestar esta pregunta sin herir ninguna sensibilidad porque bastante me duele a mi la mía…Así que vuelvo a la máquina del tiempo de las fotografías y los objetos guardados y siento de nuevo esa mano grande y protectora que intentó que yo viera, aquel día de diciembre, en blanco y verde.