En silencio

 No creo que vayas a compartir este artículo. Y posiblemente no llegues al final. Pocos leen en este momento. Leemos en diagonal y 140 caracteres. Solo leen de principio a fin los intelectuales.

Hemos llegado a 2020 siendo lamentables. Nos han hecho mentir. Y nos mienten. Lo estamos comprobando a lo largo de este confinamiento. Este “Estado de Alarma” ha despertado los instintos más perversos. Siempre nos han enfrentado. Hay que etiquetarse y ser etiquetado. O eres de izquierdas o de derechas. Y últimamente, o de uno de sus extremos. Tienes que pertenecer a un colectivo, al que sea, no puedes tener libertad de pensamiento. Ser crítico. Te clasifican.

Engañamos. El siglo XXI: la Era de la Información, la Era digital, la Era de la Informática que nos haría libres y nos pondría el conocimiento en la palma de la mano nos ha traído a la Era del Postureo. La información sesgada, manipulada y orientada movida por los intereses de la economía del conocimiento.

Y las redes sociales convertidas en patios de vecinos gritando, haciendo mofas y chistes ante un problema tan grave como ésta situación. Es triste. Muy triste.

Ahora nos vienen con los bulos. Las Fake News. Siempre han existido. Antes se llamaban chismes, cotilleos y alcahueterías. Ahora corren qué se las pelan por las aplicaciones de mensajería -principalmente WhatsApp y Telegram- publicadas en medios digitales y replicadas en las Redes Sociales.

Todo un peligro que ahora persigue el Gobierno. ¿O no lo persigue y solo recopila datos para desmontar las falsas noticias? ¡Vaya lo que nos está trayendo esta crisis sanitaria! Por no hablar de la ilegalidad de la protección de datos. Adiós LOPD.

Una vergüenza tremenda de clase política que no corre como las noticias a resolver el problema y sigue mirando la agenda a ver qué dia tienen libre para reunirse la próxima semana o la siguiente y tomar medidas serias. Que ya hemos reconocido y señalado bastante los errores, el del 8-M, el del mitin de Vistalegre y los partidos de fútbol dichosos. Es todo muy triste. Por el país que vamos a dejar a nuestros hijos y nietos. Por quebrar la economía y el empleo de esta manera tan cruel.

Porque los comités de expertos siguen sin dar una, aunque sus medidas dan para miles de horas semanales de televisión. A lo mejor era eso, seguir alimentando las tertulias. Porque seguimos sin ver la realidad. Seguimos sin conocer datos reales, estudios certeros, rapidez seriedad, transparencia para frenar esta masacre.

Porque indigna ver a los Ministros y Ministras arreglados y arregladas para sus ruedas de prensa y sus conexiones en directo y tu sin ganas de nada en casa, hecho un adefesio ya de cuerpo y alma. Porque oyes los discursos y piensas ¿quién ha escrito semejante parrafada repleta de palabrejas que no entienden ni ellos? Asesores sin experiencia en gestión de crisis, en experiencias vitales dedicados a buscar palabros nuevos que digan lo que no quieres decir pero lo insinúe o lo envuelva.

¿Quién puede arrojar un poco de sano juicio a toda esta barbarie? Parecemos tontos o lo somos. Porque nos tratan de tontos. A veces sientes que te hablan como si tuvieras 5 años. ¿Dónde están los análisis y autopsias de los 21.282 fallecidos que nos hagan acelerar el control de esta situación?¿Cómo es posible que tras 6 semanas de encierro y con una alerta por este Coronavirus desde el mes de Enero sigamos sin dar respuesta y solución a tantas preguntas? ¿Cuántos errores más estamos dispuestos a perdonar?

“Reflexiones sobre las medidas. Pico alcanzado. Doblegar la curva, lo estamos logrando, las medidas están dando resultados. Ha beneficiado a todos los españoles y al conjunto de las comunidades españolas. Nos va a llevar un tiempo…No va a ser fácil. No estamos en una fase de desescalada. Alivio del confinamiento… Semanas difíciles.”. Son algunas de las frases que le hemos oído al Ministro de Sanidad en su última comparencia. Inaudito.

Día 38 de confinamiento. El Gobierno sigue queriendo establecer los precios de las mascarillas y guantes que no hay en ninguna farmacia a la redonda. Mientras la televisión nos emite un reportaje de cómo trabajar el miedo al salir tras el encierro. Creo que mañana podrían sustituir a todos esos lumbreras que hablan en las tertulias por ex-presidiarios para que nos ayuden a vivir en este encierro que dice el Presidente Sánchez va a ser lento. ¿Hasta cuándo nos piensa tener encerrados Sr. Presidente? ¿Indefinidamente a este paso?

Si por encima de toda celebración está la salud de los españoles y ya les hemos entregado nuestros derechos y nuestra libertad actúen con rapidez. De eso se trata, de estar preparados para gobernar. Si no, dejen que el pueblo elija a otros representantes. Entregamos nuestro voto 3 veces en las ultimas elecciones y podemos hacerlo de nuevo ante este despropósito desmedido. ¿Cuánto tiempo más podremos aguantar encerrados, sin preguntarnos, si podemos exigir nuevas elecciones y cambiar el Gobierno? ¿Quién puede tomar el mando de este país que naufraga por días ante nuestras narices?

Necesitamos seguridad y resultados. No qué nos digan qué escribir y compartir a estas alturas de nuestra vida. Vamos a seguir siendo igual de tontos que como ustedes nos están tratando. Porque es una auténtica locura encender la televisión y ver platós repletos de personas que llevan 6 semanas yendo, viendo, permaneciendo y moviéndose en 50 metros cuadrados mientras millones de españoles están viendo desde su sofá cómo toda su vida se va al traste.

¿Qué significa ser responsable?

Estamos hechos de la sangre de hombres y mujeres valientes que trabajaron y lucharon por entregarnos un mundo mejor. El pueblo español le está fallando a sus padres y a sus madres y eso no va a ver quién lo arregle ya. No destrocemos más vidas. Pidamos respuestas y cambiemos los aplausos de las 20 horas por salir a la puerta de nuestras casas, de nuestros bloques, a las aceras y en silencio demostrarle a este Gobierno que el Pueblo está unido. Esas imágenes pueden dar una lección al mundo. Siempre han dicho de nosotros que Spain is diferent. Sin violencia. Con mascarilla. En silencio, Señor Presidente. No conseguirán engañarnos a todos. A todos no.