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Enigmas

Clara Guzman
Clara Guzmán*

_Niña, ¿tú desde cuando no pasas la prueba del aplauso o del salero? Sí, mujer, esa en que el descuelgue de las carnes del interior del brazo, cercanas al sobaquini, bailan el bamboleo.

_No sé, no me hagas multiplicar ni dividir que soy de letras. Pero pon desde el siglo pasado.
_ ¿Y tú qué prefieres que bailen el bamboleo o que tus brazos se parezcan a los de Schwarzenegger?
_Verás, mujer, ni tanto ni tan calvo. En el centro estaba Suárez.
_Dime la verdad, ¿a que tú usabas combinaciones más o menos como esta?
_Claro, pero negras, no. Hija, negras eran de tú sabes, sí, vamos a dejarlo en gente de poco trapío. Las mías eran de piel de ángel blancas, beis, celestitas, rositas. Muy recatadas y con sus encajitos pero sobrepuestos, nada de transparentes y sin escotes en la espalda. Claro que entonces, si hubieran llevado escote en la espalda, se vería carne en abundancia, no huesos.
_¿Y tú irías con esto a un teatro?
_ Depende si es real o virtual, aunque en estos días qué más da. Sales a la calle, te retratan y tu foto, en función de quién seas, claro, se convierte en viral, de virus, como lo que dicen ahora los médicos que tienes. Un virus o depresión con tal de no mandarte al especialista.
_Los recortes se tienen que notar en todo, chiquilla. En la Sanidad, en la Enseñanza, en los vestidos reales de F.V.
_Niña, yo no sé dónde quieres llegar. Te pareces al periodista ese, a Jaime Peñafiel con sus enigmas. Cuando dice por ejemplo eso de ¿quién es esa señora que comparte amante con su hija mientras el marido paga hasta el apartamento donde se citan? Si es en mi bloque, digo la del tercero, pero de Despeñaperros para arriba me pierdo y además que será gente principal.
_Es que para descifrar sus enigmas tienes que haberte empapado de todos los programas esos de la tele, el Sálvame, las Campos, el Gran Hermano, más las revistas de todas las vísceras menos del corazón, porque para mí del corazón es de romanticismo y ahí imperan otros ismos.
_Y de los que se lo llevan calentito, que nunca he sabido por qué se dice lo de calentito.
_Mujer, eso es como cuando te caes y te das un jardazo, una costalá, como la que te diste este verano. En caliente, nada, ni te enteras. Hasta seguiste bailando la Conga. Lo malo fue luego, en frío, que te dolió hasta el cielo de la boca.
_ Oye, qué curioso. Ya lo he pillado, niña. Pero digo yo que al Peñafiel le darán un algo, como poco invitarlo a comer, por incitar a la gente a ver esas revistas y esos programas para que luego resuelva sus jeroglíficos.
_Me imagino, ya sabes cómo son de frescales los periodistas…
_Ya, hija, pero Lola tiene un yerno periodista y está siempre a la cuarta pregunta…
_Será de Cultura, niña. Ahí como no hay demanda…

 

 

*Clara Guzmán es Periodista.