The news is by your side.

Epifanía 2017

Benito Fdez 2
Benito Fernández *

Son las diez de la mañana del día 5 de enero. El ferry procedente de Ceuta atraca en la terminal del Puerto de Algeciras. Los pasajeros hacen cola ante la aduana. La mayoría son vecinos de la ciudad autónoma o españoles que vuelven a la península tras pasar unas cortas vacaciones navideñas en Marruecos. El control de pasaportes y equipajes es rápido hasta que el funcionario encargado contempla a tres individuos extraños que, vestidos con atuendos estrafalarios y fuera de época, portan enormes bultos embalados en vistosos papeles de celofán.

-Pasaportes por favor, les pide, ¿tienen algo que declarar?

Los interpelados hablan un idioma desconocido que el agente no entiende pese a que domina bastante bien el español, francés, inglés y árabe. No traen documentación alguna y parece que proceden de distintos países ya que uno tiene pinta de ciudadano nórdico, otro de magrebí y el tercero es un subsahariano de raza negra. Ante la duda y, en previsión de meterse en un lío, decide llamar a su superior.

-A sus órdenes mi capitán. Tenemos un problema. Aquí tengo a tres fulanos a los que no entiendo ni papa pero que parece que intentan colarse sin papeles en España disfrazados de carnaval. Van cargados de bultos y me dan a entender que son reyes y que traen muchas mas cosas en unos camellos que están aún en la bodega del barco custodiados por sus criados.

-¿Cómo dice, García?, pregunta el capitán. ¿Todavía le dura la papalina que agarró en Nochevieja? Busquese a alguien que les comprenda en su idioma aunque éste sea el arameo. Y que se expliquen, ¡Ah! Le advierto que como sea tan torpe de creerse las pamplinas que le suelen contar los emigrantes y les deje pasar sin más, le va a caer un paquete no se le va a olvidar en el resto de su carrera.

Hechas las gestiones pertinentes y aclarado algo el asunto con los extraños, el funcionario García vuleve a llamar a su capitán.

-A sus órdenes mi capitán. Le informo. La cosa va de mal en peor. He conseguido a alguien que entiende su idioma. Dicen que efectivamente son reyes, pero no de un país en concreto, sino magos de oriente y que vienen a España a traerle regalos a los niños, aunque, si le digo la verdad, a mí me parecen sospechosos. Los hemos registrado y el primero llevaba escondido un lingote de oro, el segundo unas barritas que dicen que son incienso, y el tercero un bote con una especie de perfume de color rojo que da un cante que no vea.

-¿Usted es tonto o qué, Garcia? Está claro que son traficantes. De divisas, de hachís y vaya usted a saber de qué más. Eso por lo menos. Y además sin papeles. Cuando no sean también pederastas porque a mí eso de traerle regalos a los niños, así porque sí, me suena a pura mafia internacional. Además, según me dice, pretenden también introducir en el país diversos animales no autóctonos de contrabando junto con otros individuos que los llevan y que tampoco tendrán papeles. De momento, reténgalos a todos que voy a llamar a mis superiores a Capitanía a ver qué me dicen. Por lo que usted me cuenta se trata de toda una operación a gran escala como la que se suelen producir un día sí y otro también en la frontere ceutí de El Tarajal. Estos mendas se han colado en el ferry y ahora quieren dispersarse por nuestro país. Como si no tuviésemos bastante con los cientos que nos llegan todos los meses en las pateras.

Veinte minutos después, el capitan llama al sargento García al puesto de aduanas

-Vamos a ver, García. He hablado con mis jefes y éstos con el Ministerio. Y, aunque le parezca extraño, parece que no vamos a tener más remedio que hacer la vista gorda y dejar pasar tanto a esos tres que ested tiene retenidos como a sus acompañantes y sus camellos. Parece que podríamos crear un conflcito internacional si los extraditamos y los devolvemos en caliente a sus respectivos países, que, por cierto nadie sabe ni de dónde son. Debe de ser por eso nuevo de la alianza de civilizaciones que puso de moda Zapatero, pero el caso es que no sólo hay que dejarles el paso libre a ellos, a sus criados y a sus camellos, sino, además darles escolta oficial para que no les ocurra nada y puedan llegar sin problemas esta misma tarde a todos y cada uno de los rincones de España. Pero, cuidado, García, los primeros y los últimos. No vayan a querer colarse con ellos los marroquíes que se meten bajo los camiones. Si le digo la verdad, García, cada día entiendo menos a los políticos. Vamos a ver si el año que viene siguen con esta perra de los Reyes Magos o la han cambiado por una troupe de artistas del Circo del Sol. Que todo se andará…

P.D.-Espero que este cuento de final de Navidades no provoque malentendidos ni malos rollos. Mi intención ha sido sólo ponerle algo de humor a todas esas cabalgatas de Reyes Magos que han inundado estos días las calles de los pueblos y ciudades de toda España repartiendo alegría e ilusión entre los más pequeños. Que no nos falten.

 

*Benito Fernández es Periodista.