¿Escribo hoy de la temperatura?. No. ¿De la calor?. No. ¿Del horror del cambio climático?. No.

Escribo del alcalde de Sevilla y del pleno de la Corporación municipal sevillana. Este caballero sedicente de izquierdas, militante del terrible PSOE que espanta al tal Rivera, junto con sus concejales y los del PP se ha subido el sueldo así: un 33% a él y a los  concejales izquierdistas del PSOE y un 43% a los concejales del PP y de los restantes partidos presentes, como Jose Antonio Primo de Rivera en nuestro afán, y en el pleno corporativo.

El alcalde Espadas, como Scaramouche, va a cobrar a partir de ahora 84.600 euros anuales. Hasta ahora cobraba 63.500. El alcalde Espadas, como Scaramouche, tiene en su ciudad , los tres o cuatro barrios más pobres de España. Es su segundo mandato. Durante el primero, con sueldo de 63.500 euros anuales, parte de los cuales se los han succionado vía impuestos indirectos o directos a los habitantes de esos barrios, no ha podido hacer planes y actuaciones para romper la pobreza porque no le llegaba el sueldo y tenía que echar horas en su partido, como Scaramouche en los teatrillos franceses delXVII. Ahora que va a cobrar 21.000 euros más al año va a poder editar un folleto en colores y papel couché contándo los planes para erradicar la pobreza en las próximas legislaturas municipales, si es que no vuelve Zoido con su guardias de la porra. En ese caso serían más legislaturas.

Las 3000, el Polígano, el Vacie, los Pajaritos, Tres Barrios van a seguir igual. Para eso ha ganado el PSOE y hemos mandado a Zoido a comer frites y moules a Bruselas donde puede pasar las horas contemplando el Manneken Pis, como el alcalde Espadas contempla guiris en el paseo Colón.

No soy de Podemos, ni siquiera como simpatizante, valga la aclaración. El alcalde Espadas va a cobrar a partir de ahora, 15 veces lo que cobra una unidad familiar que perciba la renta de inserción en los barrios pobres de su ciudad. Es magnífico. Y el exjuez Serrano espantado en Vox por la peligrosa izquierda que gobierna España. ¡Qué vista política!. Ni Popper hacía tan finos análisis.

El alcalde de Cadiz José María González  acude al trabajo en bicicleta y cobra un sueldo de 1.880 euros mensuales, el mismo que cobraba cuando era profesor. Le ahorra el resto de su salario a la Administración y ha renunciado al coche oficial que le correspondería como alcalde. Vive junto a su pareja, la líder de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez, en un piso alquilado de 40 metros cuadrados en el barrio de La Viña (Cádiz). Sin hacer ídolos, por ahí deberían ir los tiros. Así se regenera.