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Esos extraños personajes, regidores de nuestro destino

España... Ya lo dijo Antonio Machado: ese pedazo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín.

 

Cuando menos, resulta rocambolesca la escena del repentino abrazo entre los señores Sánchez e Iglesias. Aquellos amores abroncados de sueños intranquilos, hoy firman actas matrimoniales para un prolífico procreo, ilusionante proyecto (palabras de Sánchez) para cuatro largos años.

Si bien Rivera hubiese sido más coherente con una inmediata dimisión, ahora, dada las circunstancias, bien podría don Pedro haber frenado sus prisas ─a pesar de su retroceso en votos y escaños─  para llegar al ridículo abrazo.

Es posible la llegada de las palabras de Kahalil Gibran a los tímpanos del Presidente. «Y dijo Dios: ‘Ama a tu enemigo y yo le obedecí y me amé a mí mismo’». Ese repentino idilio, fruto de sus cambiazos genéticos ha vuelto a inquietar a los barones socialistas, reacios siempre a pactar con los comunistas. Por fin, cayó en la tentación de entregarse a los cánticos de don Pablo, letrista con música de nanas ensayada en su chalet de Galapagar para dormir al trío de sus pequeños. Don Pedro sabe de la superioridad oratoria y argumental de su futuro vicepresidente, hombre constante, fagocitador nato. Aún no ha terminado la digestión de IU y ya habrá  preparado los condimentos para el gran festín.

Tal vez tengamos una deuda al ganar libertades democráticas, pero hemos perdido la seguridad por tener opciones frágiles. Ya no hay políticas sosegadas porque ahora son fruto de encuestas escandalosamente pagadas y fallidas. Antes, los revolucionarios venían a cambiar el mundo y ahora nadie cree en los políticos como agentes de cambio porque la ética y la coherencia son conceptos dinamitados. Claro, la crisis de la política con sus fracasos hacen crecer otras opciones, la gente escucha nuevos cánticos porque los otros han decepcionado. Si los políticos hubieran arreglado los problemas no habrían crecido los partidos radicales. Podemos considera que el liberalismo es la causa mayor de problemas y persigue una política antiliberal, pero políticamente resulta un error. Tsipras estuvo ahí y ya vemos  el resultado: aceptar las medidas porque estaba obligado. La política ya no va de sueños. Esto no hace bueno al liberalismo, pero si alguien cree poder escapar de él cometerá un error.

A todos nos debería interesar los problemas de España,  pero nos encanallan los gobiernos actuales en parte por haber negociado de antemano los asuntos importantes. De esta certeza llega el abstencionismo y la desafección. En fin, esperemos se enriquezcan los futuros revolucionarios gracias a sus generosos sueldos y prebendas para quedar satisfechos sus egos y barrigas. El sistema democrático puede ser el menos malo por carecer de violencias al cambiar de gobierno, aunque lleva camino de un engendro errado.

Mi antigua profesión me asalta otra vez. La atadura a tanto Internet cercena el proceso educativo y origina carencias en todos los órdenes, incluido el político. La saturación de tecnología no solucionará nuestros problemas. Hasta en determinados casos los móviles son un arma formidable para coordinar las guerrillas urbanas ¿nos imaginamos a los CDR sin ellos? ¿actuarían con tanto furor si hubiesen carecido de un proceso educativo de odio hacia el español?

España… Ya lo dijo Antonio Machado: ese pedazo de planeta por donde cruza errante la sombra de Caín.