No, no es un artículo erótico. Ni mucho menos. Es un artículo sobre higiene y política, así que no lo lea.
Todo empezó cuando leí en El País, periódico que celebra este año sus cuarenta en la calle; o sea, que es mayor en edad, saber y gobierno, que la película esa de amo tu cama rica, con coma o sin coma después de cama, se acabó. Se acabó porque la cama es una pocilga. Así, sin anestesia. Un vertedero, un estercolero, un basurero legal o ilegal salga ardiendo o tiritando.
Resulta que esas sábanas que usted cambia como mínimo una vez a la semana ¡qué menos! son un nido de ácaros, bacterias, restos de pieles muertas, pelos, mohos y materia fecal, porque el sudor lleva en su expansivo equipaje bacteria E-coli. Claro que si usted es de los que gustan dormir desnudo, el número de estos bichitos aumenta porque no hay barrera que los frene. O sea, un asco.
Sigamos echando números. Calcule que si usted duerme ocho horas diarias se pasa la tercera parte de su vida rebozado en un permanente sumidero. Pero, si, un poner, es como Ignatius, el personaje aquel de “La conjura de los necios”, de John Kennedy Toole, que se estaba prácticamente todo el día encamado, la desinfección tendría que hacérsela la Nasa.
Pero ahora viene lo peor de lo peor. Que las sábanas que usted cree que ha escamondado metiéndolas en la lavadora, retornan a la cama con todas sus bacterias vivitas y coleando si no les pone un programa de 60º. Sí, ese que dicen los ecologistas que se carga el planeta. ¡Ufffff!
Así que me dio por cavilar, ahora que todavía me dejan, y dije, pero oye qué listo era Winston Churchill, cuando dijo aquello de que la política hace extraños compañeros de cama. Porque la cosa, si es que la han seguido, no está muy limpia. Lo que pasa es que como es nostra…
La verdad es que ante este panorama da miedo meterse en determinadas camas. Leo que el Staphylococcus aureus puede causar infecciones urinarias o neumonía, mientras que la E-coli y el norovirus, desarreglos gastrointestinales Y para que la lavadora deje de ser el cuartel general de estas bacterias conviene hacer un lavado mensual sin ropa con un desinfectante específico.
Hombre, nosotros en esta ocasión vamos a hacerlo el 26 de junio, seis meses después del anterior lavado, que, visto lo visto, fue un mero lavado de cara, en frío y a 30º. Pero, ¿de verdad cree usted que Unidos Podemos? No acabo de verlo claro. Exterminar toda esta porquería no es fácil. No sólo hay extraños en la cama, también son extraños en la noche y de noche todos los gatos son pardos. Además, ya lo dice la estadística, unos por otros, la casa sin barrer. Y, claro, las sábanas sin lavar… Y mientras tanto, los políticos fumándose un puro. Como Churchill.