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Fatiguita popular

Juanma Vidal2
Juanma Vidal*

Decía una respetada y admirada colega este fin de semana pasado que el gobierno actual, pese a solo llevar un año de legislatura, daba sentidas muestras de agotamiento por los casos de corrupción propios, que no son pocos, los escándalos que afectan a cargos populares y por la confrontación con el reto secesionista catalán.

Partiendo de la base de que yo hubiera empleado el concepto de erosión o desgaste, debido al roce, creo que más al contrario somos los propios ciudadanos quienes mostramos ira, rabia, furia o si lo prefieren, fatiguita, por quitarle dramatismo, ante tanto despropósito en tan solo un año.

Realmente hay que evaluar los seis años que lleva el presidente actual, que han supuesto una pérdida de derechos y libertades por la estricta aplicación de ajustes y recortes, que han dejado extasiadas a muchas capas sociales mientras paralelamente se producían toda clase de excesos dentro del partido ahora gobernante…

Pero ya saben que la culpa fue nuestra, por el arriolano argumento de que «hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” …mientras algunos robaban delante de nuestras narices, bien para enriquecerse, bien para financiar intereses políticos a costa del erario.

Lo peor del caso es que sabían que actuaban con plena impunidad, porque para ello al mismo tiempo se habían encargado de parasitar todas las instancias de control, haciendo imposible limitar sus acciones pues, bien por decisiones comprometedoras de los togados o bien por entorpecimiento de la labor investigadora, nada llegaría a buen puerto o solo caerían mindundis.

La consecuencia de esta fatiguita es la inacción política, debida en buena medida a la inconsistencia o fragilidad del gobierno, dada la minoría mayoritaria de su grupo parlamentario, que le obliga a pactar todas y cada una de sus decisiones, y voto a voto, pues no sobra ni uno, evitando que se cometan excesos.

Ciertamente ello evita el rodillo de la legislatura pasada, en que el gobierno actuaba a su libre albedrío, porque para eso contaba con el respaldo masivo de la ciudadanía…Progresivamente muchos de los que le votaron como castigo a otras opciones y creyendo las promesas electorales, han ido rectificando tras sufrir en sus propias carnes las mentiras y el rigor de las medidas implementadas por el gobierno en curso.

 

La principal diferencia con el deporte de los pedales es que aquí es la audiencia quien ya empieza a estar muy harta del espectáculo, porque no hay escapadas, ni hay springs especiales, ni escaladas épicas…Solo hay pactos para llegadas masivas sin emoción ni diversión, y eso pasa factura, cansa, aburre y fatiga.

 

Tour político

Por estas fechas se está disputando una nueva edición del Tour de Francia, donde titanes de la bicicleta disputan la que sin duda es la prueba más dura de todo el calendario ciclista. Cada etapa quema a uno o varios corredores, obligados a retirarse, bien por cansancio prematuro, bien por descalificaciones, bien por caídas, pero el resultado es el mismo, se quedan fuera de la disputa final.

Los que mejor fondo tienen, que suelen coincidir con los que acumulan más experiencia, aguantan mejor estas carreras, porque saben dónde tienen que poner más esfuerzo, donde deben contemporizar, donde deben bajar el fuelle, porque muchas veces lo importante es llegar a meta, bien por mérito propio, bien por colaborar con el equipo, pues no es un deporte individual, sino colectivo, y aunque el triunfo en París sí lo sea, detrás hay un grupo humano.

Tiendo a ver el ejercicio del gobierno como un tour político, donde los conjuntos avanzan, cada uno con los componentes que dispone tras votación popular, y el trascurso del periodo legislativo va dejando en la cuneta a quienes no pueden, no saben y/o a los descalificados, incluyendo al líder, solo que en este caso éste flota por encima de los niveles del corcho e incluso se coaliga con otros grupos por intereses comunes, como también pasa en el ciclismo.

La principal diferencia con el deporte de los pedales es que aquí es la audiencia quien ya empieza a estar muy harta del espectáculo, porque no hay escapadas, ni hay springs especiales, ni escaladas épicas…Solo hay pactos para llegadas masivas sin emoción ni diversión, y eso pasa factura, cansa, aburre y fatiga.

Muchas de las etapas que está quemando este gobierno son consecuencia directa de sus decisiones, mientras que otras vienen impuestas desde Europa. Lo que ya no sirve es seguir apelando a la herencia recibida, ni responder a las críticas con presuntos datos positivos, ni amenazar con tanques, ni agarrarse al no me consta o no tengo conocimiento, porque ya son corredores bregados y acumulan muchos kilómetros a sus espaldas. Esperemos que sea su último Tour…al menos por una temporada larga.

 

*Juan Manuel Vidal es Periodista y Community Manager.

@VidalJuanma