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Frontex, la última trinchera entre Policía y Guardia Civil

Jose Manuel Sanchez Fornet
Jose Manuel Sánchez Fornet

Frontex es la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea. Entró en funcionamiento el 1 de mayo de 2005 y tiene fijada su sede en Varsovia. Su Consejo de Administración está formado por un representante de cada país miembro y así se organizan otros órganos de coordinación operativa de menor rango. Desde su nacimiento ha sido motivo de conflictos entre Policía y Guardia Civil porque los barcos que realizan operativos son de la Guardia Civil y el representante en el grupo de coordinación es de la Policía Nacional y no por capricho, así lo establece la ley orgánica 2/86 de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que impone a la Policía la competencia en las relaciones internacionales. Este apartado de la ley, como otros, han sido incumplidos sistemáticamente por la Guardia Civil y sus generales, empeñados en que España sea el único país de la UE con un cuerpo de seguridad militar como Policía del Estado. Y van camino de conseguirlo, porque también la policía civil del Estado español es la única que no puede afiliarse a sindicatos de clase, mientras la Guardia Civil son los únicos de su condición en Europa con normas legionarias, sin derecho al asociacionismo reivindicativo ni sindicatos, como existen no ya en cuerpos militarizados similares en otros países sino hasta en ejércitos. Esta “singularidad” de España tiene su origen en la dictadura y la transición “atada y bien atada” y será motivo de otros artículos.

Otro hito de la carrera del coronel Pérez en Navarra fue denunciar por amenazas a una niña de 14 años, hija de Alberto y Silvia, quien le remitió un whatssapp diciendo que esperaba que sufriera lo mismo que estaban haciendo sus padres.

La última batalla en esta guerra de Frontex viene determinada por la personalidad de los mandos de uno y otro Cuerpo, el general Juan Luís Perez y el jefe superior de Ceuta, Alfonso Sánchez.

 

El primero se hizo famoso siendo Coronel en Navarra, por actos como mandar al servicio de informática que reparasen un escanciador de sidra particular, extremo que fue denunciado pero que no produjo ningún efecto, más allá del acoso al sargento Alberto Nava, que fue jubilado para que no siguiera denunciando casos de corrupción, y posteriormente de su esposa, también guardia civil, como represalia por las denuncias de su marido. Silvia presenció cómo el mismo psiquiatra militar que le había firmado que no estaba en condiciones de seguir en el Cuerpo, en un programa de TV del que es tertuliano, negaba que tuviese ningún problema laboral y consideraba que estaba fingiendo para causar baja. Otro hito de la carrera del coronel Pérez en Navarra fue denunciar por amenazas a una niña de 14 años, hija de Alberto y Silvia, quien le remitió un whatssapp diciendo que esperaba que sufriera lo mismo que estaban haciendo sus padres. Ascendido a general y como responsable de Frontex, hace escasas fechas cometió lo que en la Guardia Civil es un grave atentado contra la disciplina interna: no respetar el conducto reglamentario, aunque eso no se aplica a los generales y otros mandos. Dirigió escrito a la dirección de Frontex denunciando a la Policía Nacional por participar en un acto de coordinación sin haber sido informado él, el general, del asunto. No lo remitió a su Director Adjunto Operativo, para que a su vez tratara el asunto con el director general de la Guardia Civil, y si procedía, tramitarlo a la Secretaría de Estado de Seguridad, que es quien tiene las competencias para la coordinación de la Policía y la Guardia Civil. Aireó en un organismo internacional los graves problemas de coordinación de los dos cuerpos de seguridad de España. Los servicios secretos de otros países no necesitan espías, ya está el general Pérez para contarlo. Disputas así son habituales en todas las áreas de actividad, ya sea con bandas organizadas, narcotráfico o terrorismo, sin que nunca nadie en los últimos 30 años haya puesto remedio al asunto.

Sí diré que siendo jefe de la comisaría local de Getafe era conocido como “Alfonso el del puntito”, porque hacía llamar e ir a la comisaría a media mañana a alguien que había estado de servicio la noche anterior en la oficina de denuncias y estaba descansando, porque se le había olvidado poner un punto en las diligencias.

El comisario Alfonso María Sánchez Núñez ha sido polémico desde siempre. Aparece ya su nombre en una información de ABC de 1985 siendo inspector, entregando una manta de joyas recuperadas a unos atracadores como miembro de la brigada provincial de Policía Judicial de Madrid. En esos años los atracos proliferaban, desapareció un atracador, Santiago Corella “el Nani” y algún joyero denunció que le habían entregado menos joyas que las que le habían sido robadas y él creía recuperadas. Este asunto está pendiente de un juicio oral por una querella presentada contra mí, que es la última que tengo de mis tiempos de secretario general del SUP (sindicato cuya dirección actual dice que no va con ellos y eso los califica) y no ahondaré por lo tanto en más datos. Sí diré que siendo jefe de la comisaría local de Getafe era conocido como “Alfonso el del puntito”, porque hacía llamar e ir a la comisaría a media mañana a alguien que había estado de servicio la noche anterior en la oficina de denuncias y estaba descansando, porque se le había olvidado poner un punto en las diligencias. Por eso hubo concentraciones en la puerta de la comisaría. Después, como jefe de la brigada provincial de seguridad ciudadana de Madrid tuvo una gestión controvertida, con múltiples denuncias sindicales y muchos policías que pedían la baja en la unidad, y hasta un miembro de la escala ejecutiva abandonó la Policía por el trato que recibían. Por esto vino nuestra crítica en el Carné x Puntos, su denuncia, el archivo, su recurso y la Audiencia Provincial que dice que se celebre juicio que todavía no tiene fecha. Ya como jefe superior de Ceuta ha sido noticia por diversos conflictos, como negarse a que su coche sea registrado por la Guardia Civil, que tiene esa función en la frontera (los policías controlan a personas y los guardias civiles vehículos y efectos materiales), o por pedir la baja todos los miembros de un grupo de UDyCO en Ceuta, y ahora por este incidente con un mando de la Guardia Civil sobre Frontex.

La conclusión es que si el enfrentamiento entre Policía y Guardia Civil viene de lejos, con mandos como estos, uno ascendido a general a pesar de múltiples denuncias, y otro a jefe superior por libre designación y confianza del ex DAO, el conflicto está garantizado.

Lo que conozco de este último incidente es que una responsable de Frontex iba a visitar Ceuta. Un mando de la Guardia Civil de Madrid y los de la ciudad la esperaban en la escalera de salida de pasajeros del barco que llegaba desde Algeciras. El jefe superior envió a dos policías para que recogieran a la responsable de Frontex y la bajaran por una zona reservada y la llevaran a la comisaría, donde él había convocado rueda de prensa para hacerse la foto y aparecer la Policía como la responsable de esa visita a Ceuta. Enterados los mandos de la Guardia Civil acudieron a la comisaría y accedieron al despacho del comisario, dispuestos a aparecer en la foto, lo que motivo la reacción que se ve en el vídeo del jefe superior “en mi despacho mando yo”, al tiempo que suspendía la rueda de prensa. La conclusión es que si el enfrentamiento entre Policía y Guardia Civil viene de lejos, con mandos como estos, uno ascendido a general a pesar de múltiples denuncias, y otro a jefe superior por libre designación y confianza del ex DAO, el conflicto está garantizado.

Y mientras esto pasa, Frontex tiene fecha de caducidad. El 15 de diciembre del pasado año 2015 la Comisión Europea presentó una propuesta para crear una nueva Guardia Europea de Fronteras y Costas para reemplazar a Frontex, que se encargaría de proteger el espacio Schengen y contaría con unos 1.500 efectivos con capacidad de actuación en menos de 3 días en cualquier país miembro. Esta propuesta se produce por considerar los dirigentes de la Comisión Europea que Frontex se ha acreditado como ineficaz en la crisis de los refugiados. Esta es la siguiente batalla, quién forma parte y representa a las fuerzas de seguridad españolas en la dirección y gestión de esa nueva policía comunitaria. Ya están los cuchillos funcionando hace meses bajo las mesas de los despachos. Los comisarios y generales deberán ir provistos de chalecos anti-corte a las reuniones.