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FITUR, el túnel del tiempo

Ramon Ramos2
Ramón Ramos

Era 1983 y era enero. El entonces recién estrenado gobierno de la Junta se estrenaba en la entonces recién estrenada Fitur, que cumplía entonces su tercer año de existencia. La Junta presentó un ‘stand’ que era un octógono en el que cada una de sus caras representaba a una de las provincias andaluzas. Ocurrió que la cara principal, la de entrada, la que daba al pasillo principal era Sevilla y que, a espaldas, de cara a la pared, por casualidad o vaya usted a saber por qué, estaban Málaga y Granada. Esa fue la versión que llegó a Granada, probablemente con algún grado de deformación. Pero lo cierto es que en Granada se armó: «hemos cambiado un centralismo por otro» fue lo más suave que se oyó y escribió.

Para el año siguiente empezó la disgregación de la oferta. El Ayuntamiento de Granada montó su propio pabellón. Y la Diputación granadina, también. Sencillamente, porque era el momento más duro del ‘divorcio’ que supuso la escisión de los ‘catetos’ en el socialismo granadino y cada uno iba por su cuenta. He aquí, pues, el ‘factor político’ que en los años sucesivos tanto ‘show’ iba a producir en el gremio de la política y el periodismo. Yo estuve en aquella Fitur 84: Radio Granada, el medio para el que entonces trabajaba, decidió que había que estar allí, a la luz de la polémica del año anterior. Pagó la empresa. Creo que nunca, en el desarrollo de esta profesión, me he aburrido tanto. Allí, periodísticamente, no había por dónde meter mano. Menos mal que, a mediodía, una charanga de brasileñas en ‘top-less’ amenizaba los pasillos.

[blockquote style=»1″]Creo que la ‘juerga’ ha terminado y que ahora el nocivo ‘menage a trois’ político-periodismo-publicidad ha menguado bastante, nos evitaremos así alguna ‘orgía’ de titulares.[/blockquote]

Llevo este baldón pionero en mi trayectoria porque al año siguiente los políticos se apoderaron de aquello. Y con cargo al erario público se dedicaron a trasladar a la Fitur de Madrid un nutrido contingente de periodistas que reunían en Madrid para explicarles toda una serie de novedades tan insólitas como las bondades del gazpacho, la belleza de la Alhambra, la excelencia playera de la Costal del Sol, los fenómenos festivo-culturales del Rocío, la Feria de Sevilla o el Carnaval de Cádiz. Algo que ningún periodista había intuido hasta aquella jornada que desembarcó en Fitur… Cuando a finales de los 90 en Sevilla la Consejería de Turismo tuvo color andalucista; la Diputación, socialista, y el Ayuntamiento, popular, cada una de las instituciones programaba su viaje diario y allí tenías a los ‘plumillas’ AVE arriba-AVE abajo, a rendirse al protagonismo del político correspondiente. De las excelencias que para el sector produzca Fitur no hablaré porque las desconozco. Supongo que serán altas según su capacidad de convocatoria. La presencia de técnicos y profesionales, así, está más que justificada. De la concentración de políticos por metro cuadrado, pues qué quieren que les diga…

De entrada hay que reconocer el genio de la hostelería madrileña, que ha conseguido en el mes más triste de la temporada baja y la ocupación hotelera poner el completo en todos los hoteles de Madrid que, de paso, ponen unos precios desorbitados en estas fechas de la Feria Internacional de Turismo. Y si no lo creen, intenten como particulares reservar habitación para estos días y pidan tarifas. Claro, es que durante Fitur el hotel no lo paga el particular; lo paga la institución…

Creo que la ‘juerga’ ha terminado y que ahora el nocivo ‘menage a trois’ político-periodismo-publicidad  ha menguado bastante, nos evitaremos así alguna ‘orgía’ de titulares como el que se permitió -por poner un ejemplo- Gaspar Zarrías, consejero de Turismo, en la Fitur 2005, cuando anunció que el ferrocarril Granada-Motril -una reivindicación secular en la Costa granadina- echaría a andar en tres-cuatro años… Has pasado once y si alguien ve una traviesa, por favor, que avise. Fue en 2005, digo: el mismo año que una cena organizada por el Ayuntamiento de Granada dentro del programa de su presencia en Fitur reunió en un restaurante de Madrid a granadinos ilustres que residen en la capital. En aquella reunión el ‘maestro de ceremonias’ que organizaba la función no era otro que uno de los grandes imputados de la ‘Gürtel’… Uy, uy, uy…