The news is by your side.

Galenos en huelga

Nuestros médicos poseen las virtudes de los héroes.

 

Batas blanquean la Avda. de la Constitución: son las protestas ruidosas de unos profesionales de la medicina. Sus semblantes introspectivos ponen de manifiesto firmeza en las actitudes, fruto de acumuladas exasperaciones. Su educación cívica hace compatible la reivindicación con dejar expeditas los raíles del tranvía, hecho nada frecuente en otros colectivos menos numerosos.

Me acerco a una señora embatada de edad madura para interesarme directamente sobre los brillos ─tal vez últimamente marchitos─ de las joyas de la famosa corona sanitaria andaluza. Le digo la posibilidad de publicar algunas de sus reivindicaciones.

«Caballero, por favor, hágalo. Reciba de antemano mis gracias y las de los compañeros. Acabo de salir de una guardia, observe mi cara de cansada…En nuestras reivindicaciones estáis presentes. Pedimos no sobrepasar los 1.500 pacientes por médico y diez minutos mínimos; solicitar las pruebas diagnósticas necesarias en un plazo de 30 días; libertad para recetar todos los tratamientos y ayudas técnicas; sustitución de las ausencias de inmediato; tiempo para la formación y para las visitas domiciliarias; elección del director entre los médicos del centro; gestión clínica en función de los resultados en salud y no en balances económicos; jornada diaria máxima de 12 horas y, por último, un salario homologado a la media nacional: estamos entre los peores pagados de España. No puedo entretenerme más, me esperan los compañeros».

 

Me acerco a una señora embatada de edad madura para interesarme directamente sobre los brillos ─tal vez últimamente marchitos─ de las joyas de la famosa corona sanitaria andaluza. Le digo la posibilidad de publicar algunas de sus reivindicaciones.

 

Andalucía es la comunidad con menos camas por habitante de España, a la cola de Europa. Según anoté en su día hay unos 90.000 andaluces en lista de espera para una intervención quirúrgica; unos 200.000 pacientes en cola para la primera consulta con el especialista y 30.000 más pendientes de procedimientos de diagnóstico. No digamos en verano, época donde se suprimen miles de camas.

Aunque hay aspectos positivos otros muchos quedan lejos de ese modélico sistema tan cacareado, orgullo irreal de la presidenta. Muy comentado fue el suceso ocurrido en el hospital infantil del Virgen del Rocío al cambiar de habitación a unos  niños porque iban a reformar la planta. Los padres accedieron pero la indignación les llegó cuando se enteraron del motivo del adecentamiento: la presidenta iba a inaugurar un nuevo departamento y los pasillos estaban indecorosos. Un padre grabó la escena y la colgó en las redes sociales de la sanidad andaluza.

Anoche escuché íntegro el último debate y, otra vez, la presidenta andaluza aireó las bondades de la sanidad pública. «La uso con frecuencia, yo predico con el ejemplo, nuestro deber es defenderla porque garantiza la igualdad».

Si la presidenta andaluza decidió dar a luz en un hospital público era, precisamente por subrayar la excelencia de la sanidad.  Pero un médico ─jugándose el tipo─ afirmó tener un ala a su disposición tras el encerado del suelo, pintura en paredes y puertas, colchones nuevos para su habitación y cuatro habitaciones preparadas:una para ella, otra para los familiares, otra para los escoltas y otra más para los regalos y parabienes previstos en los cinco días de hospitalización. «A todo el personal se nos somete a unos controles inusuales para evitar cualquier problema de filtraciones de noticias».

 

Anoche escuché íntegro el último debate y, otra vez, la presidenta andaluza aireó las bondades de la sanidad pública. «La uso con frecuencia, yo predico con el ejemplo, nuestro deber es defenderla porque garantiza la igualdad».

 

La loada igualdad queda pulverizada por el agravio comparativo. Mientras el pueblo convive sin intimidad en habitaciones de tres camas y los acompañantes terminan con esclerosis, ella ocupa lo descrito. De una ciudadana más en absoluto, carnaza para los debates.

Ojalá la presidenta tenga más niños, futuros contribuyentes para pagar las pensiones y con la certera posibilidad de reparaciones en los hospitales de la red. Acabo de llegar del urólogo y los deterioros de la consulta claman al cielo bendito. Nuestros médicos poseen las virtudes de los héroes.