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Góngora al banquillo o la venganza de Juan Enciso

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Como si de un fantasma justiciero del pasado se tratase, Juan Enciso Ruiz, ex alcalde de El Ejido, ha vuelto a planear esta semana sobre la vida política de la capital del Poniente almeriense. Regresa para vengarse y lo ha hecho haciendo daño al PP donde más pueda dolerle.  Una denuncia de su grupo político, el Partido de Almería (PdAL), tramitada desde 2011 a trancas y barrancas en vía judicial -extraño archivo incluido- va camino de abrir la Sala de Vistas y sentar en el banquillo a Francisco Góngora Cara, actual alcalde del PP de la localidad de El Ejido, junto a su familia y socios.

Para comprender mejor el significado político de este procesamiento del edil ejidense por presunta falsificación de documentos público y delito contra la Hacienda Pública. conviene recordar que los de blanqueo de capitales y tráfico de influencias fueron apartados de la causa por prescripción dado el tiempo transcurrido. Este hecho, políticamente hablando, aumenta la gravedad de la actuación de Góngora en su etapa de concejal de Urbanismo a las órdenes de Juan Enciso, ambos en el PP,  época en la que su familia dio un importante pelotazo urbanístico, con él como accionista y con supuesta información privilegiada del responsable político municipal; el mismo que tenía en su mano el lápiz rojo para decidir qué fincas del extenso término eran urbanizables y cuales no en el plan correspondiente. Pero si realmente hubo «tráfico de influencias» nunca se sabrá porque legalmente no se puede investigar al haber prescrito. Sin embargo en fuentes jurídicas consultadas ayer en Almería no se descarta que finalmente el delito de «blanqueo de capitales» pueda ser nuevamente incorporado en los escritos de acusación de las partes.

 

Pero si hubo «tráfico de influencias» nunca se sabrá porque no se puede investigar al haber prescrito.

 

 

el pelotazo del clan góngora

 

Convendrá también contextualizar el escenario político almeriense en la segunda mitad de la década inaugural del siglo XXI. El PSOE en manos de Martín Soler empezó a perder su hegemonía electoral provincial, tras arrebatarle el control del partido al guerrismo de Nono Amate. En el PP se disputaban el liderazgo ( y algo más, como se acabaría comprobando) Juan Enciso y Gabriel Amat. Pocos meses antes a Javier Arenas se le llenaba la boca proclamando en los mitines de aquellos años que «Juan Enciso es el mejor alcalde de España». Los sucesos xenófobos  de febrero del 2000 no hicieron dudar a Arenas, entonces ministro de Trabajo, y decidió dar vía libre al habilidoso y astuto Amat para que asumiera el poder total del partido en la provincia. Claro que eso suponía, ni más ni menos, echar mano de la artillería pesada, abundante plomo y pólvora, para asaltar la fortaleza de El Ejido bien defendida por Enciso y sus acólitos. Habría sangre política en el ruedo, seguro, y largas penas preventivas de prisión para Enciso, el Interventor Pepe Alemán y otros miembros de la trama.

 

La Malaya de Almería

 

Pero que nadie se llame a engaño. Montar como se montó la Malaya de Almería aunque con menos glamour, incluyendo una guerra fratricida en el seno de la derecha almeriense, estaba más que justificado para Javier Arenas y el PP dado el potencial de una provincia considerada exótica, lejana, rica, próspera y muy discreta para lo que hiciese falta. Quizás por eso nunca ni PP ni PSOE potenciaron las comunicaciones con Almería.

A nadie se le escapa que, dadas las fechas en que todo esto ocurría, la denominada Caja B del PP de Génova 13 funcionaba día y noche, según se está viendo en los casos Gürtell, Púnica o trama levantina del PP. Enciso, Amat y por supuesto Javier Arenas sabían de la importancia que suponía controlar, de verdad, el botín de la próspera Almería. Por eso al final Arenas acabó sentando sus reales en su nueva provincia como cunero y adoptando como hermano mayor a Gabriel Amat, su fiel manijero en la plaza. Esa y no otra fue la gran motivación política que ayudó a que el PP jaleara la Operación Poniente contra los de El Ejido, que con Enciso al frente querían controlar la caja de Almería.

 

Montar como se montó la Malaya de Almería aunque con menos glamour, incluyendo una guerra fratricida en el seno de la derecha, estaba más que justificado para Javier Arenas y el PP dado el potencial de una provincia considerada exótica, lejana, rica, próspera y muy discreta para lo que hiciese falta.

 

Y aunque el PP decía en privado que no pretendía ver a Enciso en la cárcel, el control judicial del caso se le fue de las manos en la Fiscalia de Almería al intervenir en 2008 la Fiscalia Superior desde Granada a través de Jesús García Calderón. Todo ello tras formalizarse la primera denuncia por parte de un ex asesor jurídico del Ayuntamiento de El Ejido en Granada quien contó con pelos y señales la trama de saqueo y sus responsables. Efectivamente, el abogado Francisco José Sánchez Ramón, actual presidente de la asociación contra la corrupción AMAyT, fue la persona que activó en su momento la actuación de la fiscalía del TSJA en Granada, iniciándose entonces formalmente las pesquisas que conducirían a la explosión de la Operación Poniente en octubre de 2009.

Para situar el inicio de hostilidades hay que remontarse a un dossier, elaborado por encargo del PP de Amat, con todos los activos inmobiliarios y empresariales privados del clan de Enciso, entre ellos el del joven concejal de urbanismo, delfín de Enciso, al que todos conocen por  Paquito Góngora. El denominado Informe Pícaro fue filtrado parcialmente, desapareciendo precisamente las páginas donde se hablaba, entre otros, del patrimonio de la familia Góngora Cara. Y esa fue la base de la denuncia que PP e IU presentaron en su momento ante la Fiscalia de Almería, denuncia que quedó aparcada en un cajón sine die, hasta que Granada actuó.

 

Tendría que pasar algún tiempo para comprender por qué razón los periodistas que destapamos aquel latrocinio de la gente de Juan Enciso, no tuvimos ningun tipo de reparo, indicación o presión por parte de los líderes del PP.

 

En el destape de lo que finalmente se acabaría llamando Operación Poniente, tuvieron especial protagonismo a nivel periodístico  Onda Cero y El Mundo de Almería. Tendría que pasar algún tiempo para comprender por qué razón los periodistas que destapamos aquel latrocinio de la gente de Juan Enciso, no tuvimos ningun tipo de reparo, indicación o presión por parte de los líderes provinciales del PP -Gabriel Amat o Luis Rogelio Rodriguez-Comendador- a quienes sin duda les interesaba la liquidación política del alcalde de El Ejido. O lo que es lo mismo, lograr el control de un partido que a partir de aquel episodio empezaría a ganar elección tras elección por goleada al PSOE en la provincia y a sus antiguos compañeros/socios escindidos en el PdAL de Enciso y Pepe Añéz. La alianza del PSOE de Martín Soler, apoyado por Luis Pizarro y Manuel Chaves desde Sevilla, con la derecha más extrema del PdAL en el manejo de la Diputación provincial, supuso el principio del fin del PSOE en Almería, hoy prácticamente relegado a pequeñas poblaciónes con la excepción de Vícar.

 

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Aquellos folios del Informe Pícaro que desaparecieron misteriosamente, mientras eran filtrados a los periodistas, en lo referido a Paco Góngora parece que hacían referencia al asunto que finalmente le conducirá a él y a su familia al banquillo de los acusados. Y él, mejor que nadie, sabía de la gravedad política de lo que pretendía ocultar  y es por lo que empleó toda su capacidad e influencia para labrarse una nueva imagen de político honesto, anticorrupción, al servicio de la gente y no de los clanes del dinero blanco o de color. Góngora no dudó, a los dos días de salir Enciso de la cárcel y volver a ocupar la alcaldía, ponerse debajo del balcón con un atril del PP, megáfono en mano y pedirle la dimisión por corrupto.

 

Si alguien sabía del talón de Aquiles de la familia Góngora ese era Juan Enciso que nunca le perdonó a Paquito  las reiteradas traiciones y por lo que decide contraatacar llevando al Juzgado el pelotazo familiar.

 

Góngora abandonó a Enciso y volvió al redil del Pp donde se abrió camino como joven promesa para acabar siendo alcalde y con excelentes resultados por cierto. Como alcalde siempre se le notó la escuela de Enciso, las mismas formas y maneras, las mismas compañías, los mismos intereses, las mismas canonjías para los amigos y, por supuesto, grandes partidas destinadas a comprar silencios mediáticos. Siempre llaman la atención y levantan sospecha esos personajes que pagan para que no se hable de ellos.

Si alguien sabía del talón de Aquiles de la familia Góngora ese era Juan Enciso que nunca le perdonó a Paquito  las reiteradas traiciones y por lo que decide contraatacar en 2011 llevando al Juzgado el pelotazo familiar, con posibles delitos tributarios, remozado de información privilegiada presumiblemente aportada por el entonces concejal y socio mercantil en los intereses familiares.

La denuncia ha tardado seis años en tramitarse y aunque lenta, finalmente todos los pasos procedimentales han ido acercando al intachable Góngora al banquillo por delitos políticamente feos por indefendibles. Hubo un sospechoso archivo de la causa por una juez sustituta en El Ejido, a la que la Audiencia enmendó la plana ordenando que siguiese la investigación penal hasta hoy.

Al final el anuncio de la vista oral como próximo paso del procesado Góngora, viene a poner sobre el tapete nuevamente la vertiente política del asunto, que la tiene. Góngora ya ha dicho que no dimitirá aunque esté procesado por algo que no tiene que ver con su gestión pública y resume su participación en el asunto como un «socio de una sociedad en la que no tengo poder de representación y con una presunta irregularidad fiscal».

 

El problema ya no es solo de Paco Góngora, ahora quien tiene una patata caliente sobre la mesa es Juanma Bonilla y Fernando Martínez Maíllo. ¿Será capaz de argumentar el PP la misma tesis que Góngora para no obligarle a dimitir  como alcalde de El Ejido?

 

Paco Góngora no se ajusta a la verdad cuando afirma públicamente  «yo soy el más interesado, desde hace seis años por desgracia, en que se aclare y se entre en el fondo de una cuestión que es civil…». Y no dice verdad Góngora porque él y mucha gente sabe que ha hecho lo imposible para que este asunto no tuviese eco en los medios. Fíjense si se empleó a fondo, con el apoyo inestimable de Gabriel Amat y Javier Arenas, que logró que Onda Cero-AtresMedia despidiese a su delegada en la emisora de El Ejido, Eva Liria Rubio desde de 24 años en la emisora; curiosamente la periodista que cinco años antes había destapado la Operación Poniente. Por cierto, la Asociación de la Prensa ni se inmutó entonces con este escandaloso despido político de una periodista por represalias desde la política y la corrupción.

Ahora el problema ya no es solo de Paco Góngora,  quien tiene una patata caliente sobre la mesa es Juanma Moreno Bonilla y Fernando Martínez Maíllo. ¿Será capaz de argumentar el PP la misma tesis que Góngora para no obligarle a dimitir  como alcalde de El Ejido? ¿Que la Justicia haya reconocido que ha podido haber  trafico de influencias pero que ha prescrito no es motivo para que el PP le pida la dimisión tras el anuncio de la vista oral? De momento PSOE e IU han pedido la dimisión de Gongora. Ciudadanos en El Ejido guarda silencio.

Circula también la versión precongresual que en Almería figura aún con un interrogante final. Nadie te sabe decir quien asumirá el mando del PP en cuanto Gabriel Amat deje el poder. Unos hablan de Javier Aureliano García y otros de Carmen Crespo, la candidata con mayores posibilidades. Góngora, al que le respaldan unos resultados electorales muy buenos, podría haber levantado cabeza y entrar a por la histórica porción de poder del Poniente, aquella que usaba Enciso para conquistar la provincia. El hecho de que a Paco Gongora sea al único dirigente notable del PP almeriense que le haya ido mal, hasta ahora, ante los tribunales de Justicia, es interpretado por muchos como una retirada del manto protector de Don Gabriel. También está resultando muy significativo que ningún dirigente del PP haya dado un paso al frente para defender a Paco Góngora ante su definitivo trance judicial. Y Murcia a 254,5 Kms, mucho más cerca que Sevilla.

 

 

 

Góngora, tres sobres y una imputación

Publicado en Ideal de Almería el  27 de julio de 2014

 

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El 8 de febrero de 2011 era martes. Ese día, una mano anónima, distribuyó tres sobres bajo tres puertas distintas en El Ejido. Uno en una emisora de radio, la que se había destacado por destapar la Operación Poniente cuatro años antes. Otra en el despacho de un activista anticorrupción en la Red. Y un tercero bajo la puerta de la sede de Izquierda Unida, la coalición que primero empezó a denunciar las corrupciones del clan Enciso.

¿Que había en esos sobres? Pues una serie de documentos, fotocopiados, donde quedaba en evidencia la honradez política y la honestidad personal del entonces candidato del PP a la alcaldía Francisco Góngora Cara.

Pocos días antes, a finales de enero concretamente, en el batiburrillo político montado a cuenta del levantamiento del secreto sumarial de la Operación Poniente, empezaron a aparecer extrañas conexiones de políticos del PP con los «apestados» del PAL, cuyo líder ya había pasado por dos prisiones en ocho meses.

El 28 de enero publiqué una crónica en mi blog bajo el titulo «IU pide que se investiguen empresas dela O.P. vinculadas al candidato del PP en El Ejido«.

» La primera reacción procesal de una de las partes personadas en el sumario de la OP – Izquierda Unida- ha sido pedir esta mañana que se amplíen diligencias de investigación entorno a una serie de empresas, algunas vinculadas con la familia del candidato del PP, Paco Góngora y que aparecen en la abundante documentación liberada por la Juez.(…) No es la primera vez, en poco tiempo, que el joven candidato del PP debe responder a esta cuestión. Hace unos meses, el exeditor de ´El Mundo de Almería´, Luis Montoya, le colgó en su perfil de Facebook documentación sobre empresas relacionadas con su familia y con Jesús Aragón. Tras una áspera polémica el asunto quedó zanjado con la aportación de documentos “reales”, según dijo Góngora, en su propio perfil. Pero hoy ha sido, contra todo pronóstico político, la coalición IU-Los Verdes la que le toma la delantera al tándem PAL-PSOE y anuncia que pedirá formalmente que se investiguen esas relaciones familiares y societarias. Paco Góngora, el pupilo más destacado de Juan Enciso, -llegó a ser su responsable de Urbanismo-, desde el PP se convirtió en uno de los azotes más duros del alcalde encarcelado durante ocho meses, al que acabó pidiendo la dimisión bajo el balcón, dos días después de su puesta en libertad».

Aquello de IU levantó las iras del candidato que habló de «juego sucio». Hasta el punto de llamar a un programa regional de radio, en directo, para debatir y rebatir a Rosalía Martín y desmentir las «falacias» de las que, decía, había sido objeto. Era tal el nerviosismo de Góngora en esos días que llegó a insultar a un periodista cuando le preguntó por los extraños negocios familiares.

El destino de los sobres.

IU no cumplió con su anuncio y compromiso de acudir a los tribunales, como tampoco actuó tras recibir uno de los tres misteriosos sobres que se repartirían solo once días después del anuncio frustrado por su responsable en El Ejido.

El segundo sobre, enviado a la emisora de radio, acabó en manos de su director provincial y, posteriormente, en el cajón de su despacho, prohibiendo que se diese noticia sobre tan escandaloso contenido. Algo insólito que no había ocurrido en esa redacción cuando destapó la O. Poniente; pero Góngora era una «apuesta editorial de la cadena en Almería» se justificó el tipo que presumía de ser el adalid de la libertad de expresión en Almería.

El tercer sobre, remitido al activista anticorrupción en Internet, tuvo más recorrido. Yo mismo recibí en mi buzón de correo electrónico una copia escaneada de dicha documentación.

Tras leerla detenidamente comprobé que, con menos indicios documentales, habíamos elaborado años antes informaciones que resultaron auténticas bombas informativas contra el grupo de Juan Enciso y a Pepe Alemán.

Aquella misma noche de febrero llamé a Juan Cantón, presidente local del PP, al que le expuse el contenido del material recibido y pidiéndole su opinión. Cantón, apesadumbrado, no daba crédito a lo que le contaba, hasta que le reboté la documentación recibida. Fue larga la charla, en tono confidencial, no ocultando el bueno de Cantón su preocupación por «el pasado raro de Paquito». Me contó que hacía días que le llegaban rumores y datos preocupantes sobre oscuras operaciones de Góngora en su etapa junto a Juan Enciso; Cantón era de los que, en ese momento, pensaba dentro del PP que mejor sería optar por otro candidato, porque «aún estamos a tiempo». Me agradeció la información y hasta hoy.

Taponado mediáticamente el escándalo, pasarían semanas hasta que el PAL, -Enciso, Añez, etc-, tomó la decisión de venganza y judicializar el asunto.

Pero Paco Góngora y sus cómplices en el silencio, convenientemente remunerado desde el PP, olvidaron que, ya por aquel entonces, Internet y las RRSS se habían convertido en un arma letal contra la corrupción y los corruptos. En la Red queda constancia documental de los supuestos mangazos económicos del clan Góngora, los mismos que se ocultaron a la opinión pública desde los grandes medios. En ese contexto llega el asunto al Juzgado y, tras una instrucción rarita e inconclusa, una Jueza sustituta da el carpetazo y archiva a finales de 2011.

La representación jurídica del PAL insiste y recurre ante la Audiencia que, en marzo pasado, – ¡ casi tres años después de la denuncia!- dicta un Auto por el que ordena que prosiga la investigación, aunque exonera al alcalde de varios delitos por haber prescrito. Quedaban, no obstante, otros por investigar: tráfico de influencias y delito fiscal. El juzgado, con otro juez distinto, ha actuado esta vez con celeridad . Y el viernes pasado, Góngora, comparecía como imputado junto a su familia, ocultos y protegidos por la puerta trasera del Juzgado, obligados a depositar 2,3 millones de euros para hacer frente a las responsabilidades a que hubiere lugar.

De esta forma, el hombre que ganó la alcaldía de El Ejido prometiendo honradez, bailando sobre el cadáver político de su mentor, se ha visto en la Plaza Mayor señalado por vecinos que, cuando le votaron, quizás olvidaron que había sido el alumno más aventajado de Enciso, el líder político de la Operación Poniente. Una historia que empezó con tres sobres y ha acabado con una imputación que tendrá serias consecuencias políticas para el PP.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Editor y Director de Confidencial Andaluz.