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Hace muchos años, en una Galaxia lejana…

… llamada Andalucía, nació para la política un joven cristiano, de derechas, buena labia, aprendiz de demócrata y que estudiaba Derecho con catedráticos de la talla de Manuel Clavero Arévalo, comprometidos a algo más que enseñar Derecho Mercantil en aquellos años que arrancaba la transición política en España. Javier Arenas Bocanegra  supo situarse junto al profesor Clavero y ahí comenzó una larga carrera política, camino de los cuarenta años ya en activo. Aunque hoy, algunos, hayan querido lanzar declaraciones y opiniones que parecen obituarios de despedida. No, Don Javier no se jubila. Simplemente Arenas vuelve a dejar, una vez más, la aburrida política de rodillo andaluza para irse a Madrid. Va de El Último Jedi, capaz de entrar y salir del lado oscuro con una habilidad asombrosa.

Pepe Fdez
Pepe Fernández

Javier Arenas Bocanegra, uno de los más destacados políticos de la escena andaluza de los últimos treinta y tantos años, acaba de dar un pasito – como siempre interesadamente – y ha logrado abrir portadas de los medios de comunicación en estos días, ávidos por interpretar cualquier movimiento, por nimio que sea, en clave de futuro. Deja Arenas su acta de diputado en el Parlamento Andaluz por Almería, o lo que es lo mismo, su último refugio político al que se acogió in extremis, cuando empezó a comprobar que aquel chaval que conoció hace años en las NNGG, al que todos llamaban Juanma, se había creído que era la reencarnación de Rajoy en pequeñito en el territorio  andaluz que un día fue suyo.

«Deja el acta porque, puestas como se han puesto las cosas, no es de recibo que el Sr Arenas mantenga en su poder tres puestos públicos, dos de ellos institucionales» , se asegura en el entorno de Juanma M. Bonilla, fuentes que no reconocen intervención directa del malagueño en esta decisión, aunque sí un claro posicionamiento desde que proclamó lo de un nombre, un cargo. E ilustra la ausencia de Bonilla  en la cadena de transmisión de la marcha con esta otra frase:  «Juanma se ha enterado, el último, seguramente  después incluso que Gabriel Amat, esa es la verdad». El orden, asegura, más bien ha sido este: «Rajoy, Amat, Cospedal y Juanma»

 

[blockquote style=»1″]Javier Arenas ha llegado a ministro y hasta vicepresidente del Gobierno con Aznar, lo único que le queda con posibilidades es el Senado y ese parece que va a ser su objetivo desde hoy mismo, si no lo tiene amarrado ya. [/blockquote]

 

Contra la tesis de que Arenas predica con el ejemplo dejando el Parlamento de Andalucía, hay quien responde de inmediato que «tiempo ha tenido en estos meses para dar ejemplo dejando el acta y no lo ha hecho». Y puede que no le falte razón al veterano militante que pone en duda que todo esto esté improvisado. Conoce bien al líder Arenas. «Javier no mueve ficha sin que previamente tenga claro lo que quiere, así que el dejar la política andaluza, una vez más, significa que él ya tiene en su punto de mira un nuevo destino «.

Un diputado electo del PP en una provincia andaluza, una de las que más ha sufrido con el envite entre clanes y familias de la derecha en estos años de inestabilidad, ausencia de liderazgo y derrotas, cree saber que Javier Arenas no solo no está dispuesto a una jubilación tipo Alfonso Guerra, escribiendo memorias justificativas,  sino que «puede que aspire, llegado el caso, a ser presidente del Senado. No olvides que la cámara alta la controla el PP y que al frente de la misma Mariano Rajoy querrá que esté alguien bregado, maniobrero como Javier y de su absoluta confianza. Además Javier debe estar llegando a los sesenta, es joven todavía».

Ayer Arenas, a la hora del adiós a la política andaluza,  quiso dejar claro urbi et orbe que se iba porque él quería, no porque se lo hubiese impuesto aquel niño tan solícito que conoció hace un cuarto de siglo en las juventudes del PP malagueño.  El senador Arenas  aclaró que se iba tras haber comentado su marcha con Rajoy, Cospedal, Juanma Moreno ¡ y Gabriel Amat!. Faltaría más, su hermano mayor de Almería, o mejor, el perfecto capataz de Arenas en una próspera provincia donde la riqueza y el poder es manejado hace décadas con formas caciquiles por muy pocos. Muchas de esas actuaciones, por cierto, están siendo investigadas actualmente por la Justicia.

Arenas deja la política andaluza, pero en su propio partido creen que «siendo un animal político como es Javier» intentará jugar en lo más alto de la tabla. Ha llegado a ministro y hasta vicepresidente del Gobierno con Aznar, lo único que le queda con posibilidades, ahora, es el Senado y ese parece que va a ser su objetivo desde hoy mismo, si no lo tiene amarrado ya.

Imagen:
Javier Arenas hace años, ya veterano dirigente del PP, ayuda a subir al estrado de Nuevas Generaciones en Málaga, a un chaval llamado Juanma Moreno Bonilla.
Foto: José Antonio García Cordero