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Impuesto de Sucesiones, una lucha a exportar

Francisco Rubiales
Francisco Rubiales*

La lucha de los ciudadanos andaluces contra el Impuesto de Sucesiones es un éxito y sus estrategias y métodos pueden ser copiados y trasladados a otras reivindicaciones en España, como la supresión de impuestos injustos, la eliminación de la corrupción, el fin de los aforamientos de los políticos, la lucha por una Justicia independiente, la supresión de las autonomías, la eliminación de tantos políticos ociosos a sueldo del Estado y hasta la derrota del independentismo anticonstitucional en Cataluña.

Por vez primera en cuatro décadas, el poderoso socialismo que gobierna en Andalucía desde la muerte de Franco ha sido acorralado por el pueblo y obligado a ceder. La presidente Susana, muy a su pesar, se ha visto forzada a rebajar el cruel e injusto Impuesto de Sucesiones, contra el que los ciudadanos han decidido seguir luchando, hasta conseguir que sea eliminado.

La lucha del pueblo andaluz contra el Impuesto de Sucesiones es la primera victoria del pueblo contra el gobierno regional más denso y poderoso de España y de toda Europa. Su modelo de lucha puede ser trasladado a otros frente populares abiertos en España para regenerar la política y crear una sociedad más justa y decente.
Por lo general, es el gobierno quien decide que se debate y que no, pero el pueblo puede imponer asuntos en la agenda pública si se empeña en ello, si utiliza argumentos inteligentes.

El modelo utilizado con éxito consiste en colocar el Impuesto de Sucesiones en la agenda de debate y en poner de relieve la verdad con firmeza y tesón, siendo más claros, eficaces y veraces que los políticos. Por lo general, es el gobierno quien decide que se debate y que no, pero el pueblo puede imponer asuntos en la agenda pública si se empeña en ello, si utiliza argumentos inteligentes y si consigue utilizar con eficacia los medios de comunicación y las modernas redes sociales. El resto viene solo: los ciudadanos y la opinión pública se ponen del lado de la verdad y del bien; los políticos son derrotados en las trincheras de la opinión pública y empiezan a perder votos y adhesiones. Como los políticos carecen de ideología y de principios y solo les interesa el poder, ceden para mantener sus poltronas y privilegios.

El resultado ha sido espléndido y ha logrado incorporar a la lucha contra el impuesto más injusto e impopular de España al grueso de la sociedad civil andaluza, empresarios, colegios profesionales, agricultores, trabajadores del campo, de la sanidad, de la enseñanza, abogados, organizaciones sociales, medios de comunicación y un número enorme de ciudadanos anónimos que no cesan de entregar firmas de protesta, cuyo número se acerca ya a las 300.000 en el territorio andaluz.

Cuando se consigue convertir una idea en una reivindicación popular, esa idea se torna invencible, pues en democracia es el pueblo el que manda, pero los políticos, que lo saben, no le dejan influir ni dominar la agenda. Cuando una idea o reivindicación comienza a hacerse popular, los partidos políticos y organizaciones acuden para vincularse al «caballo ganador», como las moscas a la miel. VOX, el nuevo partido Contigo, el Partido Popular y Ciudadanos ya han incorporado a sus programas la eliminación del denostado Impuesto de Sucesiones.

El pueblo tiene mucho más poder del que cree y por eso los políticos no cesan de dividirlo, enfrentarlo, degradarlo y despojarlo de unidad.

Es una estrategia que no falla. Los mentirosos y corruptos tienen las de perder, siempre que el pueblo les plante cara. Si se domina el método, no es difícil. Los políticos parecen fuertes, pero son puro humo y, como mucho, tigres de papel. Ellos saben que tienen que ceder cuando el pueblo asume una reivindicación con fuerza porque mantenerse en contra equivaldría a perder votos y poder.

El pueblo tiene mucho más poder del que cree y por eso los políticos no cesan de dividirlo, enfrentarlo, degradarlo y despojarlo de unidad, cultura y capacidad de reflexionar.

Con este método se puede también derrotar a los independentistas catalanes y acorralarlos hasta que el mundo descubra su criminal destrucción de la convivencia y su brutal siembra de odio. Basta con que los millones de catalanes y españoles contrarios al independentismo corrupto creen opinión hasta que la verdad reluzca y quede patente que los promotores del odio son auténticos nazis rabiosos y ávidos de una violencia que por el momento temen desatar para que la opinión pública no les culpe y sean criminalizados.

!!! A combatirlos para adecentar y regenerar España!!!

*Francisco Rubiales es Periodista.

@frarumo