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¿Indulto o indulgencia?

Emilio Lucas
Emilio Lucas*

Hace fechas no muy lejanas veíamos cómo Lionel Messi acudía a declarar acusado de un delito fiscal y en la puerta de los Juzgados una cohorte de aficionados le mostraban su apoyo. Y en todo este tiempo he asistido perplejo a numerosos post de los que miles de barcelonistas se hacían eco que acusaban a la Fiscalía y los Tribunales que han sentenciado al astro argentino de estar al servicio del madridismo, y argumentaban que esto era una persecución al F.C. Barcelona, porque a los jugadores del Real Madrid no les tocaban. Y digo perplejo porque no podía entender que alguien ampare el comportamiento antisocial de un futbolista que, ganando millones de euros y sobrándole el dinero, se servía de complicadas estructuras societarias para pagar menos impuestos.

 

Ayer, al que ponía la diana la Fiscalía era a Cristiano Ronaldo. Espero que con eso se hayan acallado esas sospechas de que el aparato del Estado esté al servicio del club blanco, más que nada para ver si así vemos con más objetividad y claridad unos hechos que, desde mi punto de vista, no son justificables. Y espero, también, que los madridistas no vean en esta actuación de la Fiscalía una persecución al Real Madrid, ni justifiquen a Cristiano Ronaldo.

 

Desde que existen las leyes fiscales, siempre han existido expertos en buscar fórmulas o vacíos legales para eximirse en la medida de lo posible del pago de impuestos. Pero aprovecharse de esas fórmulas y vacíos legales es algo que, paradójicamente, sólo está al alcance de los que más ganan que, de este modo, hacen mofa y befa de las normas tributarias de carácter progresivo.

 

Ayer, al que ponía la diana la Fiscalía era a Cristiano Ronaldo. Espero que con eso se hayan acallado esas sospechas de que el aparato del Estado esté al servicio del club blanco.

 

La Administración Tributaria, ya fuere por falta de medios (quiero pensar que es por ello) o porque el poder de esos grandes evasores ha llegado tan arriba que ha influido para ello, los ha dejado “escapar vivos”. No es algo que se esté dando sólo con el actual Gobierno, sino que ha ocurrido siempre.

 

Cuando en algún sitio alguien explica cómo se pueden evadir impuestos mediante estas técnicas fiscales (algunas ya con nombres, como 2l “doble irlandés” o el “sándwich holandés”), son demasiados los que reaccionan admirando la inteligencia del evasor (¡qué tío más listo!), no sin cierta envidia. Que a nadie le gusta pagar impuestos, es obvio.

 

Esas reacciones muestran, innegablemente, una cierta laxitud respecto de la evasión fiscal, aunque también hay que matizar que no siempre existe esa “simpatía” hacia el evasor, pues dependiendo de quien sea, nos movemos desde el odio más visceral hasta la defensa radical. No hay que irse muy lejos. En esta misma semana han estado en la palestra Amancio Ortega y Cristiano Ronaldo. Hemos visto cómo, con ocasión de su donación para la sanidad pública, han llovido sobre el fundador de Zara las acusaciones de ser un gran evasor fiscal (sin existir proceso penal alguno en ese sentido, al menos que yo sepa); y cómo, sin embargo, no faltan madridistas que defiendan que Cristiano Ronaldo no ha defraudado, o barcelonistas que vean injusta la condena de Messi.

 

La indulgencia es la “Facilidad en perdonar o disimular las culpas o en conceder gracias”; y que el indulto es la “Gracia por la cual se remite total o parcialmente o se conmuta una pena”.

 

 

Por eso, me pregunto si lo que hay es indulgencia con el defraudador, o si es que la sociedad indulta a ciertas personas por sus habilidades para jugar al fútbol y meter goles.

 

Dice la Real Academia en su diccionario que la indulgencia es la “Facilidad en perdonar o disimular las culpas o en conceder gracias”; y que el indulto es la “Gracia por la cual se remite total o parcialmente o se conmuta una pena”.

 

A la vista de ello, me inclino por pensar que no existe esa indulgencia, pues basta ver cómo en el caso de Amancio Ortega o los que aparecían, por ejemplo, en los papeles de Panamá,  la gente da por sentado que son evasores (que no digo yo que lo sean ni que no lo sean, habrá casos y casos) y los delezna; y que, por el contrario, estamos ante un indulto de ciertos forofos del fútbol a las figuras que visten la elástica de su equipo. Debe ser mucha la felicidad que dan sus goles para que no les importe que no contribuyan pagando impuestos al estado del bienestar.

 

Me congratula ver que, por fin, las autoridades fiscales empiecen a perseguir las conductas de los grandes evasores fiscales.

 

Si usted es autónomo y se desgrava el coche y la gasolina, es probable que venga un inspector de Hacienda a decirle que sólo puede desgravarse la mitad, porque también hace usted un uso personal del mismo. Aunque usted no use el coche el fin de semana, o aunque entre semana haga usted miles de kilómetros trabajando y el fin de semana apenas 30 para llevar a los niños a sus actividades deportivas. O cuéntele usted a Hacienda que se demoró en el pago del IVA porque sus clientes no le pagan, que verá como eso no le libra de la multa y/o el recargo. Pero si usted conduce un coche del que es propietaria una sociedad de las Islas Vírgenes y juega usted en un club de fútbol, puede estar tranquilo.

 

Bueno, pues parece que ya no tanto. Las leyes están para todos, y que hay que cumplirlas, y que, dado que hay un sistema sancionador para el que las incumple, este sistema es, también, para todos.

 

Me congratula ver que, por fin, las autoridades fiscales empiecen a perseguir las conductas de los grandes evasores fiscales. Y que la excusa del yo-hacia-lo-que-mis-asesores-me-aconsejaban deje de ser válida para los grandes. Porque tendría guasa que, cuanto más asesorado esté uno, fuese menos responsable de sus actos. ¿Qué me quieren decir? ¿Qué Messi o Ronaldo no saben que por lo que ganan han de tributar, y que montar una maraña de sociedades en diversos países (muchos de ellos de los considerados “paraísos fiscales”) es algo irregular y un mecanismo para evitar el pago de los impuestos que les corresponderían si declarasen sus ingresos en España? Vamos, anda.

 

Así que, no. Ni indulgencia, ni indulto.

 

*Emilio Lucas Marín es Abogado.

@elucasmarin